jueves, 25 de abril de 2013

NUEVO RUMBO


Cuando el balón se detiene. Capítulo 18. (Último)


Dispuesta a juntar mis labios con los de Riccardo aparece, de la nada, el todoterreno de mis padres. Que pronto vuelven, iban a llegar más tarde. Joder que oportunos son.
·         ¡Mira, mira! - baja Pablo del coche. Con el brazo derecho escayolado, ¡qué habrá hecho! - ¡Mira lo que me han puesto!
·         Cuida no te caigas – dice mamá saliendo del coche.
·          ¿Qué ha pasado? - Miro a mi madre.
·         Hola Riccardo - sonríe mamá al chico que acaba de besarme-. Se ha caído de un árbol - explica.
·         ¿Qué hacías subido a un árbol? - saludo a mis padres con un beso a cada uno.
·         El tonto - dice papá acercándose a Riccardo-. Hola - le tiende la mano con una sonrisa. Riccardo la acepta con otra sonrisa.
·         Te has ido a caer de un árbol en verano, muy hábil - me río de él dándole un beso en la cara-. ¿Te duele?
·         Ahora ya no.
·         ¿Qué hacéis aquí fuera? Haber entrado - dice mamá.
·         Acabamos de llegar – explico.
·         ¿Cómo te has librado de Alba, Caro y las compras? - me pregunta papá.
·         Una pelea por un trapo. Y Riccardo - le miro sonrojándome.
·         Se junta mucho con su padre - dice mamá mirando a Riccardo-, odia las compras.
·         Ya me he dado cuenta - ríe el chico de ojos azules.
·         Metemos los coches y te quedas a cenar - exige Mesut.
·         Creo que tenía prisa - miro a Riccardo.
·         No, no la tengo – me sonríe victorioso-. Muchas gracias.
·         Hoy la hace Mesut, ¿verdad papá? - dice Alicia mirando a Mesut.
·         ¿Sabe cocinar? - me mira extrañado.
·         Es un cocinitas – sonrío.
·         Vamos a abrir mientras meten los coches - me dice mamá abrazándome-. ¿Te quedas con papá? - mira a Pablo.
·         No - me agarra la mano-. ¿Me haces un dibujo? - me muestra la escayola.
·         Claro, lo que tú quieras - le sonrío.
Mi vista panorámica es; Alicia y Mesut cocinando en la cocina. Bueno... más bien papá cocina, mamá le incordia con caricias y besos. Y en el jardín Pablo jugando al fútbol con Riccardo.
·         ¿Me pintas la escayola? - me grita mientras corre con el balón.
·         Como no tengas cuidado te tendré que pintar dos - bromeo.
·         ¡Sí! - dice con una gran sonrisa.
·         No hagas tonterías - le pido-. ¿Te importa quedarte un momento con él? - le pregunto Riccardo.
·         No - contesta con una brillante sonrisa.
Sin detenerme en la cocina subo a mi habitación a por mis maletines de pinceles y pinturas. Ya tengo un nuevo lienzo el que dibujar y pintar, salgo al jardín y me encuentro a Riccardo sólo dando toques al balón.
·         ¿Y mi hermano? - le pregunto dejando las pinturas en el sofá.
·         Cocinando con tus padres - se acerca con el balón-. Quiero jugar contra ti - me lanza el balón sonriendo.
·         ¿Seguro?
·         Correré ese riesgo.
Pronto dejamos de jugar, Riccardo quiere terminar lo que comenzó haciendo cuando mis padres nos interrumpieron.
·         La ventana de la cocina está ahí - señaló la ventaja sin apartar la vista de Riccardo.
·         Correré ese riesgo - me abraza por la cintura.
·         ¿Sólo te sale esa frase?
·         Correré ese riesgo - repite sonriendo.
·         Idiota - le doy un golpe en el brazo.
·         ¿Tesoro qué haces? - grita mi madre desde la ventana de la cocina-, nada, ¿verdad? Pues pon la mesa.
Enseguida pongo los ojos en blanco y Riccardo se ríe.
·         Pues ahora te quedas sin beso - digo caminando hacia la casa.
·         ¿Segura?
·         Sí - giro la cabeza para mirarle. Y tiene lo que quería.
Es más alto que yo pero al girar la cabeza me encuentro su cara pegada a la mía. Consiguiendo el beso que ambos queríamos.
·         Que boba eres - sonríe agarrándome por la cintura y dándome un beso en la mejilla-. Te ayudo a poner la mesa - dice sin dejar de sonreír.
Mamá ha preparado ensalada y papá un par de pizzas que ya no quedan en los platos. En el postre, sorbete de limón, tras haber hablado de fútbol Riccardo empieza a hacer preguntas personales que con toda la naturalidad del mundo Mesut contesta.
·         ¿Tú no eras musulmán?
·         Y todavía lo soy - responde papá.
·         Pero ellos no...
·         No, nosotros tres no lo somos - contesta mamá.
·         ¿Y a ti no te molesta que no sean musulmanes?
·         En absoluto - sonríe papá.
·         ¿Y cómo os pudisteis casar?
·         Riccardo - le miro.
·         Tranquila hija, no hay problema- dice Mesut-. Que pregunte lo que quiera.
·         O mejor - dice Pablo que está sentando en las rodillas de Alicia-, mamá puede contar la historia.
·         Te la sabes de memoria - le miro. Pablo me saca la lengua-, y es tarde - me quejo.
·         Me encantaría escucharla, pero no quiero incomodar.
·         Si ese es el problema puedes quedarte a dormir - le invita papá.
·          Hay habitaciones libre - añade mamá rápidamente.
·         Sois muy amables pero en serio no quiero causar molestias.
·         No las causas, esta casa siempre está llena de jaleo y una visita tranquila se agradece - sonríe mamá.
·         Mamá, si la cuentas cuenta también como te pidió matrimonio, que es muy bonito – sonrío como una tonta.
·         Eso no – pide Pablo-, que estuviste allí y me da envidia.
·         Tú también estabas – le dice papá-. En la mente pero estabas.
·         ¿Cómo que estuviste allí? – pregunta el chico de ojos azules.
·         Tenía un año cuando le pidió matrimonio.
·         La camiseta que tiene enmarcada en la habitación es de ese día – dice mamá.

MAYO 2016

En el césped del Santiago Bernabéu se encuentran Alicia y Hazine junto a otras parejas e hijos del resto de la plantilla del Real Madrid esperando a que termine la presentación de los jugadores, entrenador y cuerpo técnico.
En la vuelta de honor al estadio Mesut se acerca a, la que hace un par de años, es su familia, coge a Hazine en brazos, le da un achuchón a su hija y a continuación besa a Alicia.
Mesut y Hazine desaparecen entre los jugadores y sus hijos. Cuando Alicia ve que Mesut baja a su hija de sus hombros y la deja en el césped, el futbolista, sin quitar el ojo a la niña de sus ojos que juega con Enzo, hijo de Marcelo, se descalza y le da las botas a Hazine. Cuando vuelven a llegar a la altura de Alicia la periodista se acerca a ellos.
·         Dáselas a mamá – dice Mesut cogiendo a Hazine en brazos sonriendo.
·         ¿Por qué no las dejas en el banquillo? - pregunta Alicia cogiendo las botas con las que el padre de su hija ha jugado el último partido de la temporada.
·          Son para ti - dice Özil sin que le desaparezca la sonrisa de la cara.
·         Mesut en casa hay un montón de botas, ¿para qué quiero más?
·         Éstas son especiales.
Alicia no entiende lo que el hombre más importante de su vida quiere decir.
·         Mira las botas - dice al ver que una de las mujeres más importantes está en shock-, he cambiado las inscripciones.
Alicia mira la bota derecha y el 'M1Ö' de siempre está acompañado por el nombre de su hija 'Hazine' que siempre está en la otra junto al de 'Alicia'.
·         Mira la izquierda - dice Mesut cogiendo la bota derecha y dándosele a Hazine y dejándola en el suelo.

'Marry me, Alicia.'

Alicia solo puede sonreír al ver a Mesut con una rodilla en el césped. El resto del equipo, que ya sabían lo que el alemán tramaba, los rodea junto a sus hijos y parejas.
·         Alicia, ¿quieres casarte conmigo?
·         Estás loco - ríe-. Claro que quiero - se lanza a sus brazos.
Mientras los jugadores se unen en una montaña encima de su amigo los miles de aficionados que forman parte de la fiesta del madridismo estallan en aplausos.
La fiesta continúa y los jugadores siguen dando la vuelta del honor al césped del estadio Santiago Bernabéu. Acercándose a las primeras filas para fotografiarse y estar junto a los aficionados merengues.
·         ¿Tenías que hacerlo aquí? - le susurra Alicia a Mesut.
·         Por supuesto - sonríe-, ¿dónde mejor que junto a tus 3 amores? Yo, tu hija y el Real Madrid.
·         El burro por delante para que no se espante - le da una cachetada en el trasero.
·         Sí - sonríe dándole un beso en los labios.
·         Mañana vas a salir de casa tú.
·          Mejor, todo el día en casa los tres juntos - le da un beso a su hija que quiere bajar al suelo.
·         No sueñas tú ni nada - sonríe.
Después de dos días de celebraciones y trabajo Mesut y Alicia por fin consiguen un día para estar en casa tranquilos disfrutando de su hija en la piscina de casa y de una conversación sería sobre lo ocurrido en el césped del estadio Santiago Bernabéu.
·         Así que todo el equipo era cómplice eh.
·         ¿Mojamos a mamá? - le dice Mesut a su hija desde el agua para desviar el tema.
·         En serio, ¿por qué lo hiciste delante de todo el mundo? ¡Salió por televisión!
·         Quería que fuera especial.
·         Lo fue - sonríe-. Te amo - lo besa.
·         Te amo - le devuelve el beso.
·          Aunque seguramente a algunas personas no les haya sentado nada bien.
·         No le des más vueltas- la agarra de la mano-, déjalos - y estira del brazo de su prometida para tirarla al agua.

JUNIO 2017

Alicia y Mesut están planeando las vacaciones y también  la boda que continúan sin saber cuándo, cómo y dónde celebrarla.
·         Que no cariño, no insistas.
·         ¿Pero por qué no? Las cosas serían más fáciles.
·         No le voy a dar ese placer a mi padre, ya sorprendiste a todos con el nombre de nuestra hija.
·         Pero Mesut.
·         Que no Ali, joder. Has cedido en muchas cosas y no voy a dejar que te conviertas en musulmana.
·         Eres tú el que cedes en todo.
·         En el momento que les comuniqué que estaba contigo y dejaron de apoyarme dejaron de formar parte de mis decisiones.
·         Eso es lo que siempre he intentado arreglar.
·         Y no han querido, pues ahora que no vengan exigiendo. Ojo no me cabree mucho y nos casemos en la playa sin nadie que incordie.
Mesut se calla. Pensativo observa como su futura esposa baña a su hija.
·         ¡Eso es! - Sonríe Mesut.
·         ¿Eso es, qué? - mira a su futuro marido-. Papá está loco - mira a su hija mientras le echa agua con cuidado.
·         Casémonos en la playa - la agarra de la mano-. Hazine, tú y yo. No necesitamos a nadie más.
·         Pero, ¿cómo?
·         Como sea - la agarra de las mejillas-. A nuestro lado no necesitamos a nadie que no quiere que seamos felices - la besa.
·         Nosotros, quién nos case y los testigos - sonríe sin separar los labios de los de Özil y sin soltar la mano de Hazine.
·         Beso - dice la pequeña Hazine observando a sus padres.
·         ¿Tú también quieres un beso? - dice Mesut besando la cabeza de su hija-. Mañana hago unas llamadas y nos casamos en la isla que tú quieras.
·         Aunque sea en el retiro me conformo.
·         No. Será íntima pero a lo grande y en la isla que quieras.
·         Me consientes mucho.
·         Es lo que te mereces. A que sí Tesoro - mira a su hija que sonríe.



  FIN  
Gracias a todos por vuestra lectura, vuestros comentarios y sobretodo, vuestra paciencia.

Muchísimas gracias de corazón.

miércoles, 17 de abril de 2013

NUEVO RUMBO


Cuando el balón se detiene. Capítulo 17. (Penúltimo capítulo)


A la mañana siguiente me despierto en el sofá, oigo voces, mi familia desayuna felizmente en el jardín. Parece que papá y mamá se van a tomar el día libre. Miro el reloj y son las 9:08. Me quedo tumbada durante unos minutos hasta que el teléfono fijo suena. De mala gana estiro el brazo y contesto.
·        ¿Diga?
·        ¿Está Alicia Martín?
·        ¿De parte de quién? - me levanto y me dirijo al jardín.
·        De Juan Ignacio.
·        Espere, voy a mirar - es del trabajo, no sé si querrá atender.
·        ¿Quién es, hija? - me pregunta papá cuando aparezco por la puerta.
·        Juan Ignacio - tapo el teléfono a la vez que miro a mamá.
·        Trae - estira el brazo para coger el teléfono.
·        Hoy no trabajas - la mira papá.
Mamá se levanta y entra en casa para hablar con tranquilidad, lo más posible es que le diga que no le toque las narices en su día libre.
·        ¿Has dormido bien? - me pregunta papá sirviéndome zumo en un vaso.
·        Sí - sonrío cogiendo una tostada-. Gracias - agradezco cuando termina de servirme el zumo-. ¿Por qué estaba dormida en el sofá?
·        ¿Me la das? - me pone ojitos Pablo mientras unto la mermelada.
·        Te quedaste dibujando - le entrego la tostada a Pablo mientras escucho a mi padre - y debiste de dormirte. No queríamos despertarte cuando nos hemos levantado - me entrega otra tostada.
·        A mí sí que me despertáis - se queja Pablo.
·        No seas embustero - lo mira papá-, que a las ocho ya estabas dando mal.
·        Hola cariño - me da mamá un beso en la mejilla cuando vuelve al jardín.
·        Hola, mamá.
·        ¿Qué pasa? - se interesa papá por el motivo de la llamada.
·        Nada, sólo querían saber unas cosas - se sienta en el lugar donde estaba.
·        Mamá eres imprescindible - dice Pablo. Mamá sólo le da un beso -. ¿Vas a venir con nosotros? - me pregunta Pablo.
·        No, me voy con las chicas de compras así que comeremos en algún sitio. ¿Y adónde vais?
·        A la sierra - contesta Pablo.
Todavía voy con la ropa que me puse ayer y no quiero irme a la ducha sin despedirme de ellos, a la noche estarán aquí pero sus teléfonos móviles estarán desconectados.
·        ¿Estarás bien? - me pregunta papá cuando le ayudo a meter todo al coche.
·        Si.
·        ¿Tienes dinero?
·        Si. Aún así no creo que me compre nada, no necesito nada.
·        Bueno toma por si acaso - me da dos billetes de cincuenta euro -, que te conozco y seguro que cae algún libro.
·        Gracias - cojo el dinero a regañadientes.
·        Si necesitas algo llama a Vega, no tendrá ningún problema en venir.
·        Vale.
·        Hazlo si necesitas algo - me señala con el dedo.
·        Que si papá.
Con la mano les despido desde la puerta y subo para bañarme, un baño relajante es lo que necesito. Más tranquila me arreglo, seguro que nos pateamos todas las tiendas hasta que encuentren algo que les guste por lo tanto me decanto por un short vaquero de color rosa de cintura alta, una camiseta rosa con rayas blancas y unas zapatillas blancas.
Hemos quedado a las 11 en la cafetería en la que todo vecino de 'La Moraleja' suele reunirse. Una cafetería-restaurante discreto y de alto standing la cual suele estar llena de deportistas, actores, famosillos y gente adinerada que residen ahí.
En una de las mesas de la terraza veo a Caro, la saludo y me siento junto a ella.
·        Has estado desaparecida - me recrimina.
·        Lo siento, no he tenido un buen fin de semana.
·        Si ya, eso creía - dice con cierta ironía.
·        Ya veo que Jenny se ha ido de boca.
·        ¿Te lo pasaste bien al menos?
·        Si - sonrío como una boba.
·        ¿Cuándo nos vas a presentar a tu nuevo novio? - nos sorprende Alba de repente.
·        ¿Pero qué os han contado? Yo no tengo ningún novio.
·        ¿Lo has dejado con Josh? - preguntan sorprendidas a la vez.
·        Ayer.
·        Pues ahora arrasamos con todas las tiendas para olvidar las penas - dice Alba alegremente.
·        ¿No viene Jenny? - pregunta Caro.
·        Me ha llamado mientras venía hacia aquí y me ha dicho que no - explica Alba.
Es la hora de comer y me está entrando hambre y todavía no quieren parar de mirar tiendas, son muy indecisas.
·        ¿Podemos ir a comer y seguir luego? - propongo.
·        Que poco aguante tienes chica - se queja Alba.
·        Poco aguante no, es que ir con vosotras de compras es agotador.
·        Menos mal que te queremos.
·        Menos mal que os quiero yo - bromeo mientras le doy a la dependienta los dos pañuelos que me he comprado.
Terminamos de pagar lo que nos hemos comprado y buscamos un lugar para comer. Damos dos vueltas por todos los restaurantes sin ponernos de acuerdo.
·        ¿Vamos al chino? - propone Caro.
·        Por mí sí - acepto.
·        Ah no, está en la otra punta - se queja Alba.
·        Llevas más de dos horas andando no te vas a morir por andar un poco más - le digo.
·        Quería ir al italiano.
·        Si pagas tú yo encantada - la mira Caro.
·        Venga decidido, vamos al chino - agarro a Alba del brazo para que no vuelva a dar más vueltas.
Pagamos a medias y decidimos ir a otro lado a tomarnos un postre en condiciones, optamos por una cafetería-heladería. La mayoría de nuestras conversaciones no tienen ni el mínimo sentido pero nos reímos juntas. Risas que pueden durar minutos y minutos y sólo cuando terminamos de reírnos nos damos cuenta de que empezamos a reírnos por una simple estupidez.
En medio de esa espantosa risa sin sentido que te deja con dolores me llega la notificación de un mensaje. Es de Riccardo.

"Me gusta verte reír."

Me quedo paralizada. Siento que la sangre deja de correr por mis venas. ¿¡Qué cojones!? ¿Dónde cojones está? Miro a mí alrededor en busca de unos ojos azules que estén clavados en mí.

"¿Dónde estás?"
“Creía que odiabas el rosa.”
“REPITO. ¿DÓNDE ESTÁS?”
"Muy cerca."
"¿Cómo de cerca?"
"No te lo voy a decir, búscame."
"¿De verdad quieres jugar? Tienes todas las de perder :)"
"Juguemos, a ver quién gana."

Quiere que me vuelva loca buscándole ¿verdad? Pues no, no le voy a dar ese placer. Él será el que se vuelva loco y venga a mí encuentro.
·        ¿Qué pasa? - se preocupa Alba.
·        Nada - sonrío.
·        ¿Adónde queréis ir ahora? - pregunta Caro.
·        Yo quiero mirar unos libros para llevarme a Nueva York.
·        Eso es aburrido, Hazine - protesta mi mejor amiga.
·        Pues mira Alba, vete a mirar trapitos y yo me voy a la librería.
·         No empecéis. Vamos a la librería y luego a mirar más ropa - plantea Caro.
·        Al revés. Eres capaz de pagarte ahí media hora.
·         Da igual, id a mirar tiendas yo me voy a la librería, cuando salga os llamo para ver dónde estáis - digo levantándome.
·        No te enfades - me pide Alba.
·        No me enfado - sonrío dándole un beso en la mejilla-. Nos vemos en un rato - le doy otro beso a Caro.
Me gusta ir de compras pero no con éstas dos locas que me vuelven mucho más loca de lo que ya estoy. Hace mucho tiempo que no he podido relajar la mente y los libros me ayudaran.
Media hora después salgo con 2 libros bajo el brazo y miro los mensajes que me han llegado mientras estaba dentro. Son de Riccardo y de Liam.

"¿No me encuentras? :P"
"No te busco que es diferente :)"

¿No quería jugar? Pues juguemos, será divertido.

"Siempre has querido que te dijeran la verdad aunque te duela, ¿no? Pues lo siento. Josh está con Jenny y no como amigos precisamente."
"Puede hacer lo que quiera, ya no estamos juntos. De todos modos gracias. Muack."

Envío un mensaje a Alba para ver dónde están y me contesta al instante, están en la otra punta de donde me encuentro. Genial. Sin prisa e intercambiando mensajes con Liam camino hacia allí, creo que no me doy de hostias con todo lo que se cruza en mi camino de milagro.

"¿Estás bien? ¿Quieres que nos veamos?"
"Estoy bien, gracias por preocuparte. Estoy con Alba y Caro en el centro comercial, vente."
"¿Día de chicas? Creo que paso :P"
"Jajaja no es para tanto. Si cambias de idea ya sabes."

Llego a la tienda y las localizo. Todavía siguen dando vueltas en busca de algo que les quede perfecto. Decido salir y esperarlas fuera.
·        ¿Por qué no me has buscado? - se apoya Riccardo en la barandilla junto a mí.
·        Te han mentido, pega al que te haya dicho eso - le miro de reojo.
·        No tengo valor para tocarte... al menos no de esa manera.
·        Corre más despacio que te vas a tropezar.
·        Creía que íbamos a jugar.
·        Eso hacía y he ganado - sonrío victoriosa a la vez que le miro.
Sonríe ladeando la cabeza hacía un lado y hacía el otro.
·        ¿Me estás siguiendo?
·        Simple casualidad.
·        ¿Seguro?
·        No soy ningún acosador, estaba comiendo con mi familia y te he visto.
·        Me dejas más tranquila.
·        ¿Lo arreglaste con tu novio?
·        ¿Qué significa 'arreglar' para ti?
·        ¿Lo habéis dejado?
·        Directo a la yugular.
·        Hay que ser directo.
·        Sí, lo hemos dejado.
·        Espero que no sea por mi culpa.
·        Pues sí y quiere matarte- me pongo seria.
·        Joder - suspira.
·        Que no, que no. Que es broma - le tranquilizo.
·        Hazine - se acercan Alba y Caro-. ¿No nos presentas? - pide Alba.
·        Riccardo, Alba y Caro - señalo respectivamente.
Se saludan y se dan dos besos.
·        ¡Vámonos de aquí, Riki! Aquí sólo hay niñatas - llega una chica exigiéndole. Creo que es la misma chica que estaba con él en la fiesta. Su hermana.
·        ¡Dios! - suspira Alba poniendo los ojos en blanco al verla.
·        ¡Tú! - la mira la chica.
·         Ay madre - me vuelvo-. Seguro que han peleado por algún trapo - le susurro a Riccardo que intenta esconder una sonrisa.
·        Devuélveme mi camiseta. 
·        ¿La has pagado tú? Pues que te den - contesta Alba. Tiene muy mala leche.
·        ¿Vas a hacer algo? - me susurra Riccardo.
·        ¿Yo? Ni de coña, ¿tú?
·        Tampoco, si quieren que se maten. No me meto entre dos mujeres y un vestido. ¿Te apetece ir a tomar algo?
·        Vale - sonrío-. Caro me voy con él, hablamos por la noche.
·        No serás capaz de dejarme sola con estás locas - se queja la hermana de Riccardo.
·        Sí. Adiós hermanita - le sonríe.
He pasado con Riccardo lo que quedaba de tarde, al igual que las otras veces que he estado con él ha sido agradable. Me gusta pasar tiempo con el chico de ojos azules. Ha sido una gran tarde. Un gran día.
Como la vez anterior insiste en llevarme a casa en su coche y acompañarme hasta la verja.
·        Dime que vamos a vernos muchas más veces - me pide.
·        ¿Por qué?
·        Porque me gusta estar contigo - corta la distancia que hay entre nosotros y toma mi cara entre sus manos-, tu imagen no sale de mi mente. No te alejes de mí por favor. Te necesito.
Y me besa.
·        Riccardo - separo mis labios de los suyos -, acabo de dejarlo con Josh.
·        Por eso lo hago.