martes, 26 de junio de 2012

FIC CI


101. Las miradas y los silencios dicen más que las palabras II.


Llega la madrina y junto a Sergio recibe todas las instrucciones necesarias.

En el momento que la familia López y resto de familias llegan hacen un pequeño tour por las instalaciones acabando por la habitación de juegos donde va a ser la presentación de la escuela.

Sergio ve a Marcos observar una de las manos pintadas que días antes pintaron. Mira la mano que Alicia pinto. El significado de ese mensaje solo lo conocen ellos dos y con un gesto y una pequeña frase sin sonido le pide a Cristiano que vaya a buscar a Alicia.

Cristiano asiente con la cabeza y con discreción sale a la calle.

-     Ali – la busca por la entrada.
-     Dime – se gira para mirarlo.
-     Entra – se acerca a ellas.
-     No puedo, no quieren.
-     Marquitos si quiere – mira a Paris que se le acerca.
-     ¿Cómo lo sabes? – le mira después de mirar a Paris.
-     Sergio me ha pedido que venga a buscarte, seguro que es porque sabe que quiere verte.
-     La mano – dice Alicia al tiempo que mira hacia la puerta.
-     Vamos – sonríe Cristiano dándole la mano a Paris.
-     ¿Y si me echan? – dice provocando que Cristiano se detenga.
-     No lo hará – la mira sonriendo.

Los tres entran y con cuidado para no molestar y tampoco llamar la atención Cristiano se coloca en el mismo lugar donde estaba y Alicia se sitúa junto a Esteban Granero detrás del resto de jugadores que han asistido.

Termina la presentación y los invitados y patrocinadores aprovechan para hablar con los padrinos y los protagonistas.

Sin escuchar lo que le dicen y sin hacer caso a los abrazos que Lara le intenta dar, Sergio con una gran sonrisa en la cara observa a una Alicia muy feliz junto a un Marquitos también muy feliz.

Cuando Alicia se junta con un niño, sea el niño que sea, se transforma en una niña como ellos, pero cuando esta con Paris, Marquitos y el resto de niños, la primera vez que esta con los dos a la vez, es peor que ellos.

-     Nunca había visto así de feliz a Alicia – le dice Karim a Sergio sacándole del grupo con el que conversaba.
-     Yo sí – se acerca Cristiano a ellos–, el día de la piscina tenía la misma sonrisa que ahora, y creo que fue la última vez que la vi así – mira a Sergio.
-     Cris estamos bien, no metas cizaña – dice Sergio devolviéndole la mirada.
-     Esta todo bien entre nosotros pero me dolió verla así nada más.
-     ¿Y crees que a mi si?
-     ¿Y si dejáis de pelear qué tal? – les pide Karim.
-     No peleamos – dicen los dos a la vez mirándole.
-     ¡Bah! Qué os den.

Cristiano y Sergio se miran, se ríen y observan a su amigo Karim adentrarse entre el resto de invitados.

-     A que la lían – dice Cristiano señalando a los niños que a su vez miran a Karim.
-     Le pasa por estar tanto rato jugando con ellos – dice Sergio riéndose.
-     Todos hemos jugado con los niños – lo mira confuso.
-     Sí pero Karim les a cogido por los aires, se ha hecho un montón de fotos, les ha firmado…
-     Y les ha traído regalos – interrumpe Esteban Granero acercándose a Cristiano y a Sergio.
-     Algún niño se caerá – asegura Sergio.
-     Lo que me da miedo es la copa que lleva.
-     Tampoco os paséis, no va a pasar nada – pone un poco de cordura Esteban.
-     Pasará – dicen Sergio y Cristiano al unísono.
-     Ni que fuera a pasar una tragedia – los mira.
-     Tiempo al tiempo – dice Sergio.
-     ¿Y Larissa?  - cambia Cristiano de tema con una sonrisa en la cara.
-     Es raro que no estéis juntos porque sois dos lapas – dice Sergio.
-     No os acerquéis a ese lado de la sala – llega Marcelo señalando al lado opuesto del que se encuentran.
-     Lari y Ali – dicen Cristiano y Sergio otra vez al unísono.
-     Ajá – asiente Marcelo.
-     ¿Solo sabéis hablar a la vez? – los mira Esteban.
-     No – coinciden otra vez provocándose a ellos mismos una risa ensordecedora.
-     ¿Qué hacen estas dos locas? – pregunta Esteban a Marcelo dejando a un lado a Sergio y a Cristiano.
-     Aparte de jugar con Paris seguro que aburrirse porque están despotricando de la vestimenta de la gente, así que no vayáis. Sobretodo tu Sergio.
-     No te preocupes ya me he llevado el rapapolvo en casa – da Sergio un paso hacia Esteban y Marcelo.
-     Normal – le mira Marcelo de arriba abajo.
-     Pasó – dice Cristiano a la vez que coge una copa de la bandeja de la camarera que pasa por su lado.
-     ¿El que? – se gira Marcelo para mirar el objetivo de Cristiano.
-     No me lo creo – dice Esteban.
-     Te lo dijimos – dice Cristiano victorioso.
-     Y no lo hemos visto – se queja Sergio.
-     Tranqui, esto recién empieza. De momento solo están los niños colgados de él.

Karim Benzema no consigue que los niños dejen de perseguirle y colgarse de sus brazos, su espalda y su cuello.

-     ¡Ali ayúdame!  - le pide al verla sentada sin hacer nada.
-     Quieren estar contigo – se ríe.
-     Niños parad que nos vamos a caer – intenta que los niños le suelten.
-     ¡Nooo! – dicen todos a la vez.
-     Me voy con Ali – dice Marcos alejándose del resto de niños y de Karim-. Son como buitres – dice mirando a los niños mientras se sienta en las rodillas de Alicia.
-     ¿Qué harías si entrara ahora mismo David Silva por la puerta?
-     ¿Por qué ese? – Pregunta Larissa.
-     Porque le gusta – contesta ella.
-     Le gustan todos – dice Larissa girando la cabeza para mirar a Paris.
-     Controlarme Alicia, controlarme – dice sosegadamente mientras la mira.
-     Me puedes – le abraza y le da un beso fuerte en la mejilla.
-     ¡Me aplastas! – se queja Marquitos.
-     Al final pasará algo – dice Larissa preocupada.
-     Voy a quitarle la copa para que nadie resulte herido, cuida a Paris porfa.

En el momento en el que Alicia se levanta para quitarle la copa a Karim e intentar ayudarle uno de los niños, por los cuales es esta presentación, se sube a la espalda del número 9 del Real Madrid provocando que este se incline hacia delante derramando a su vez el champán que hay en la copa.

La copa no sale disparada por lo tanto nadie resulta herido.

-     Mirad la que habéis liado – dice Karim mirando a todos los niños-. No pasa nada – dice dirigiéndose al resto de invitados que, atónitos, les miran -, pueden seguir con sus asuntos.
-     ¿Cómo que no ha pasado nada? – se queja una voz femenina.
-     ¿Qué? – dice Karim mirando al lugar del cual procede la voz.
-     Soledad esto le va a salir caro – divisa a la chica a la que le ha caído el champán.
-     Alguien va a perder el trabajo – dice Lara pasando por delante de Karim y los niños.
-     Cállate anda – le dice Alicia.
-     Ali, ¿me ayudas con los niños? – le pide Karim-. Quiero ir a disculparme.
-     ¿Por qué no vais a molestar a Sergio y a Cristiano y dejáis tranquilo a Karim? – dice Alicia sonriendo a Karim – pero sin molestar a nadie más.
-     Os la ha liado – dice Marcelo riéndose.
-     Y Marcelo es muy divertido – añade guiñándole un ojo.
-     Tocarle el pelo – dice Cristiano tincándole el pelo a Marcelo.
-     Gracias – le devuelve Karim la sonrisa.

Cuando Karim ya no esta rodeado de niños se dirige a los servicios donde ha visto entrar a la afectada por el revuelo que los niños han formado.

-     ¿Se puede? – entra Karim despacio.
-     Usted vera, esto es el lavabo de señoras – dice mojando una pequeña toalla sin mirar a quien habla.
-     Perdón, no ha sido mi intención – se disculpa a la vez que se acerca al lavabo colocándose junto a ella-. Déjeme ayudarla – le intenta coger la toalla y la chaqueta
-     No hace falta que me ayude – tira de la chaqueta arrancándola de las manos de Karim.

Karim levanta la vista para mirar los ojos de esa chica a la que intenta ayudar. Con un – por favor – ella lo mira y una corriente recorre su cuerpo.

lunes, 18 de junio de 2012

FIC C


  100. Mi casa, mis normas.

Son las 9 de la mañana y antes de levantarse Mesut se queda pensando y  escuchando música con la mirada perdida en el techo.

Mientras se da una rápida y relajante ducha decide desayunar en Valdebebas pero su padre Mustafa lo evita.

-     Mesut deja esa manzana y siéntate a desayunar como las personas normales – le dice en turco.
-     Tengo prisa – le da un mordisco a la manzana.
-     ¿Prisa para que? ¿Para quedarte 1 hora diciendo tonterías con el resto de futbolistas?
-     Esos futbolistas son mis compañeros y amigos. Y en el campo no solo hacemos lo que muestra la televisión.
-     Haz lo que quieras pero comer si comes conmigo.
-     ¿Contigo y con quien más? – mira a su padre con una mirada desafiante.
-     Sabes muy bien con quién, en cuanto termines el entrenamiento ve al restaurante de siempre.
-     No puedo, hoy tengo un evento.
-     Un evento al cual no tienes la obligación de asistir.
-     Pero sí voy a asistir porque me han invitado.
-     Como asistas a ese evento y no vengas a la comida te juro que se te va a terminar esta libertad que tienes.
-     ¿Qué libertad? Si esto es peor que las concentraciones en Madrid – dice a la vez que sale de la cocina.

Mesut llega al vestuario y se encuentra a Sergio preguntando quién va a ir a la inauguración.

-     Yo iré con Lari – dice Esteban.
-     Yo sí voy, no me quiero perder otro encontronazo entre Ali y Lara – dice Marcelo.
-     Ali no va – dice Cristiano apenado.
-     No va a dejar a Marquitos solo – dice Sergio.
-     La familia de Marcos no la quiere allí – insiste Cristiano.
-     A menudo habla con su hermano mayor y si alguien dice algo viene como mi novia.
-     Pues entonces yo voy, no la voy a dejar sola – confirma al fin Cristiano.
-     ¡Ojo! – dice Álvaro mirando a Sergio – que tienes competencia.
-     ¿Con Cris? – mira Sergio a Cristiano – ninguna – se ríe.
-     ¿Cuándo has entrado? – le pregunta Karim a Mesut.
-     Justo cuando el pirata decía que va con Larissa.
-     ¿Tú vienes? – Mira Sergio a Mesut.
-     No lo sé, creo que no voy a poder ir.
-     Bueno, pues el que quiera que vaya, ya sabe donde es.
-     No sé como te has venido hasta aquí para decirnos solo eso – dice Pepe.
-     No solo he venido para decir eso, tengo que terminar asuntos para esta tarde.

Del vestuario al campo de entrenamiento y del entrenamiento a casa.

En el aparcamiento de la ciudad deportiva de Valdebebas Sergio pasa por al lado del coche de Mesut para tener una breve conversación.

-     Pensaba que te habías ido hace rato – lo observa acercarse a él.
-     Te estaba esperando.
-     ¿Para?
-     Me imagino que serán cosas de tu padre pero si puedes ve. Alicia se alegrara de verte y Marquitos también – sonríe y concluye-, le encanta verte jugar.
-     ¿Pero no le gustaba Iker? – se extraña de lo que su compañero le dice.
-     Y le gusta pero dice que Iker no juega que quien juega en el campo eres tú.
-     Hare todo lo posible por ir – le devuelve una gran y partida sonrisa.

El trayecto de Mesut a casa es interrumpido por una llamada telefónica de su padre.

-     No voy a ir.
-     Ven al restaurante o me presento en la ciudad deportiva.
-     No estoy allí – suelta una pequeña risa.
-     Me da igual. Mourinho seguro que esta y le puedo contar cualquier cosa para que te deje en el banquillo.
-     No serás capaz. Te mueres si mi trayectoria se estanca.
-     Eso evito, que tu trayectoria futbolística no se estanque.
-     ¿Cómo lo vas a evitar? ¿Haciendo que yo no sea feliz? Pues así no lo estás consiguiendo.
-     Ven al restaurante – le grita a través del teléfono.

Mesut cabreado y sin otro remedio que acatar la orden de su padre pone rumbo al restaurante turco en el que se centran todas o casi todas sus reuniones familiares.

Sin decir nada Mesut come escuchando las tonterías que su padre y el padre de Eylem dicen sobre lo importante que es encontrar una mujer adecuada para el matrimonio.

No dice nada. Come, sonríe y asiente con la cabeza en reiteradas ocasiones.

-     ¿Verdad Mesut?
-     Sí, sí – contesta sin saber a qué.
-     ¡Yo no me caso éste verano! – alza Eylem la voz – ni este ni dentro de dos.
-     ¿Con quien te casas? – pregunta Mesut mirándola.
-     Hijo, ¿has escuchado algo de lo que hemos hablado? – pregunta, Tarkan, el padre de Eylem.
-     Claro… - sonríe-. No, no sé de qué habéis hablado.
-     ¡Nos quieren casar el verano que viene! – le resume Eylem gritando.
-     ¡Já! Una mierda – dice en español-. No, ni loco – cambia el idioma al turco.
-     Es el mejor momento para casaros porque no juegas con la selección.
-     ¡Qué no papá! Que no me voy a casar con alguien que no quiero.
-     Me da igual si la quieres o no. Cuando eráis pequeños acordamos que os casaríais cuando fuerais mayores y tengáis la vida hecha y así va a ser.
-     Si quieres me la llevo a casa pero casarme no.
-     No soy un muñeco que lo puedes llevar y traer – se queja Eylem.
-     Entonces aceptas vivir con ella – dice Mustafa.
-     Es lo que querías, ¿no? – mira a su padre y a Tarkan.
-     Lo que queremos es que os caséis – dice, Inci.
-     Poco a poco mamá – mira Eylem a su madre.
-     Pues no hay más que hablar, esta tarde Eylem se instala en tú casa – dice Tarkan muy sonriente.
-     Alto, antes tiene que irse Sami y es mi amigo y no le voy a echar. Cuando él tenga su casa Eylem se instala.
-     Pero… - dice Mustafa.
-     Mi casa mis normas – dice Mesut dando la conversación por finalizada.


Antes de que empiecen a llegar todos los protagonistas e invitados Soledad revisa cada uno de los rincones del lugar.

Todo está perfecto. Pero tiene que estarlo más y lo único que le queda por revisar es la zona habilitada para el catering.

-     Señora Holopainen…
-     Señorita – rectifica Soledad rápidamente.
-     Señorita – acentúa la palabra – está todo listo, cuando usted ordene los camareros saldrán con champán, refrescos y canapés – dice Beht muy seria mirando a sus trabajadores.
-     En cuanto empiecen a entrar gente pueden salir los primeros, conforme se vaya llenando que salgan más.
-     Yo me encargo de que salga todo perfecto de la zona habilitada.

Es muy habitual que Sergio Ramos llegue tarde o muy justo de tiempo a los sitios pero por la importancia del evento, y la insistencia de Alicia, en esta ocasión es puntual. Tan puntual que son los primeros en llegar.

-     Te he dicho que era demasiado pronto.
-     Han dicho que el padrino tiene que llegar pronto.
-     Pero no tanto que tengo la comida aquí – se agarra el cuello.
-     ¿Te encuentras bien? – Le agarra las manos.
-     Sí – sonríe.
-     Mira el buitre – indica con la cabeza al ver a Emilio Butragueño salir de un coche.
-     ¡Quero jugar! – dice Paris sentada en la sillita del asiento de atrás del coche.
-     No sé porque la has tenido que traer a este evento – dice Sergio cuando Alicia abre la puerta de atrás.
-     No quería dejarla con Juana.
-     Sabes que no le importa.
-     Pero a mi si y entra ya para saber que tienes que hacer.

Alicia saca a Paris del coche y la deja en el suelo para que corra, atenta en todo momento de su sobrina de reojo observa a Sergio entrar en el local.

-     Llegas muy temprano – se acerca Soledad a Sergio – aún queda un rato hasta que llegue todo el mundo.
-     Como soy el padrino pensaba que tenía que venir antes. ¿Han llegado ya Marquitos y su familia?
-     Todavía no, pero no tardaran mucho.
-     Esperare fuera.
-     Cuando llegue la señorita Álvarez tienes que estar aquí para daros todos los detalles.

Hasta que llegue ese momento Sergio sale a la calle junto a Alicia que dándose amor observan a Paris jugar con las palomas.