100. Mi casa, mis normas.
Son las 9 de
la mañana y antes de levantarse Mesut se queda pensando y escuchando música con la mirada perdida en el techo.
Mientras se
da una rápida y relajante ducha decide desayunar en Valdebebas pero su padre
Mustafa lo evita.
- Mesut deja esa manzana y siéntate a
desayunar como las personas normales – le dice en turco.
- Tengo prisa – le da un mordisco a la
manzana.
- ¿Prisa para que? ¿Para quedarte 1 hora
diciendo tonterías con el resto de futbolistas?
- Esos futbolistas son mis compañeros y
amigos. Y en el campo no solo hacemos lo que muestra la televisión.
- Haz lo que quieras pero comer si comes
conmigo.
- ¿Contigo y con quien más? – mira a su
padre con una mirada desafiante.
- Sabes muy bien con quién, en cuanto
termines el entrenamiento ve al restaurante de siempre.
- No puedo, hoy tengo un evento.
- Un evento al cual no tienes la
obligación de asistir.
- Pero sí voy a asistir porque me han
invitado.
- Como asistas a ese evento y no vengas a
la comida te juro que se te va a terminar esta libertad que tienes.
- ¿Qué libertad? Si esto es peor que las
concentraciones en Madrid – dice a la vez que sale de la cocina.
Mesut llega
al vestuario y se encuentra a Sergio preguntando quién va a ir a la
inauguración.
- Yo iré con Lari – dice Esteban.
- Yo sí voy, no me quiero perder otro
encontronazo entre Ali y Lara – dice Marcelo.
- Ali no va – dice Cristiano apenado.
- No va a dejar a Marquitos solo – dice
Sergio.
- La familia de Marcos no la quiere allí –
insiste Cristiano.
- A menudo habla con su hermano mayor y si
alguien dice algo viene como mi novia.
- Pues entonces yo voy, no la voy a dejar
sola – confirma al fin Cristiano.
- ¡Ojo! – dice Álvaro mirando a Sergio –
que tienes competencia.
- ¿Con Cris? – mira Sergio a Cristiano –
ninguna – se ríe.
- ¿Cuándo has entrado? – le pregunta Karim
a Mesut.
- Justo cuando el pirata decía que va con
Larissa.
- ¿Tú vienes? – Mira Sergio a Mesut.
- No lo sé, creo que no voy a poder ir.
- Bueno, pues el que quiera que vaya, ya
sabe donde es.
- No sé como te has venido hasta aquí para
decirnos solo eso – dice Pepe.
- No solo he venido para decir eso, tengo
que terminar asuntos para esta tarde.
Del
vestuario al campo de entrenamiento y del entrenamiento a casa.
En el
aparcamiento de la ciudad deportiva de Valdebebas Sergio pasa por al lado del
coche de Mesut para tener una breve conversación.
- Pensaba que te habías ido hace rato – lo
observa acercarse a él.
- Te estaba esperando.
- ¿Para?
- Me imagino que serán cosas de tu padre
pero si puedes ve. Alicia se alegrara de verte y Marquitos también – sonríe y
concluye-, le encanta verte jugar.
- ¿Pero no le gustaba Iker? – se extraña
de lo que su compañero le dice.
- Y le gusta pero dice que Iker no juega
que quien juega en el campo eres tú.
- Hare todo lo posible por ir – le
devuelve una gran y partida sonrisa.
El trayecto
de Mesut a casa es interrumpido por una llamada telefónica de su padre.
- No voy a ir.
-
Ven
al restaurante o me presento en la ciudad deportiva.
- No estoy allí – suelta una pequeña risa.
- Me da igual. Mourinho seguro que esta y
le puedo contar cualquier cosa para que te deje en el banquillo.
- No serás capaz. Te mueres si mi
trayectoria se estanca.
- Eso evito, que tu trayectoria
futbolística no se estanque.
- ¿Cómo lo vas a evitar? ¿Haciendo que yo
no sea feliz? Pues así no lo estás consiguiendo.
- Ven al restaurante – le grita a través
del teléfono.
Mesut
cabreado y sin otro remedio que acatar la orden de su padre pone rumbo al
restaurante turco en el que se centran todas o casi todas sus reuniones
familiares.
Sin decir
nada Mesut come escuchando las tonterías que su padre y el padre de Eylem dicen
sobre lo importante que es encontrar una mujer adecuada para el matrimonio.
No dice
nada. Come, sonríe y asiente con la cabeza en reiteradas ocasiones.
- ¿Verdad Mesut?
- Sí, sí – contesta sin saber a qué.
- ¡Yo no me caso éste verano! – alza Eylem
la voz – ni este ni dentro de dos.
- ¿Con quien te casas? – pregunta Mesut mirándola.
- Hijo, ¿has escuchado algo de lo que
hemos hablado? – pregunta, Tarkan, el padre de Eylem.
- Claro… - sonríe-. No, no sé de qué
habéis hablado.
- ¡Nos quieren casar el verano que viene!
– le resume Eylem gritando.
- ¡Já! Una mierda – dice en español-. No,
ni loco – cambia el idioma al turco.
- Es el mejor momento para casaros porque
no juegas con la selección.
- ¡Qué no papá! Que no me voy a casar con
alguien que no quiero.
- Me da igual si la quieres o no. Cuando
eráis pequeños acordamos que os casaríais cuando fuerais mayores y tengáis la
vida hecha y así va a ser.
- Si quieres me la llevo a casa pero
casarme no.
- No soy un muñeco que lo puedes llevar y
traer – se queja Eylem.
- Entonces aceptas vivir con ella – dice
Mustafa.
- Es lo que querías, ¿no? – mira a su
padre y a Tarkan.
- Lo que queremos es que os caséis – dice,
Inci.
- Poco a poco mamá – mira Eylem a su
madre.
- Pues no hay más que hablar, esta tarde
Eylem se instala en tú casa – dice Tarkan muy sonriente.
- Alto, antes tiene que irse Sami y es mi
amigo y no le voy a echar. Cuando él tenga su casa Eylem se instala.
- Pero… - dice Mustafa.
- Mi casa mis normas – dice Mesut dando la
conversación por finalizada.
Antes de que
empiecen a llegar todos los protagonistas e invitados Soledad revisa cada uno
de los rincones del lugar.
Todo está
perfecto. Pero tiene que estarlo más y lo único que le queda por revisar es la
zona habilitada para el catering.
- Señora Holopainen…
- Señorita – rectifica Soledad
rápidamente.
- Señorita – acentúa la palabra – está
todo listo, cuando usted ordene los camareros saldrán con champán, refrescos y
canapés – dice Beht muy seria mirando a sus trabajadores.
- En cuanto empiecen a entrar gente pueden
salir los primeros, conforme se vaya llenando que salgan más.
- Yo me encargo de que salga todo perfecto
de la zona habilitada.
Es muy
habitual que Sergio Ramos llegue tarde o muy justo de tiempo a los sitios pero
por la importancia del evento, y la insistencia de Alicia, en esta ocasión es
puntual. Tan puntual que son los primeros en llegar.
- Te he dicho que era demasiado pronto.
- Han dicho que el padrino tiene que
llegar pronto.
- Pero no tanto que tengo la comida aquí –
se agarra el cuello.
- ¿Te encuentras bien? – Le agarra las
manos.
- Sí – sonríe.
- Mira el buitre – indica con la cabeza al
ver a Emilio Butragueño salir de un coche.
- ¡Quero
jugar! – dice Paris sentada en la sillita del asiento de atrás del coche.
- No sé porque la has tenido que traer a
este evento – dice Sergio cuando Alicia abre la puerta de atrás.
- No quería dejarla con Juana.
- Sabes que no le importa.
- Pero a mi si y entra ya para saber que
tienes que hacer.
Alicia saca
a Paris del coche y la deja en el suelo para que corra, atenta en todo momento
de su sobrina de reojo observa a Sergio entrar en el local.
- Llegas muy temprano – se acerca Soledad
a Sergio – aún queda un rato hasta que llegue todo el mundo.
- Como soy el padrino pensaba que tenía que
venir antes. ¿Han llegado ya Marquitos y su familia?
- Todavía no, pero no tardaran mucho.
- Esperare fuera.
- Cuando llegue la señorita Álvarez tienes
que estar aquí para daros todos los detalles.
Hasta que
llegue ese momento Sergio sale a la calle junto a Alicia que dándose amor observan
a Paris jugar con las palomas.
Buen capi ! Pobre Mesut :s att. Rösariö
ResponderEliminarAy qué penita me da Mesut!!!
ResponderEliminarSi ya de por sí su padre me cae fatal en este capi me cae aún peor!!!!!! Lo trata como a un niño pequeño y ya sabemos que es cuqui y tal pero joder!! Se pasa tres pueblos!!
Muy buen capi Son! :)
PD: Siento el retraso de mis comentarios :S