miércoles, 25 de julio de 2012

FIC CIV


104. Amores difíciles.

Los jugadores que no tienen el día libre se preparan para salir al campo a preparar el próximo partido, a la vez que se cambian conversan. Sin que muchos sepan de qué va el tema saben que el tema que toca hoy es Karim.

-          ¿De qué concha hablan? – pregunta Gonzalo.
-          De una chica que conoció ayer Karim – contesta Mesut.
-          Eso de conocer…- dice Raúl.
-          Esa chica me a hechizado con la mirada – dice Karim terminando con un suspiro.
-          Se nos ha enamorado el francés – dice Marcelo.
-          Todos os enamoráis – le contesta - ¿por qué voy a ser yo diferente?
-          Si yo no digo nada.
-          ¿Has averiguado algo de ella? – pregunta Raúl.
-          Nada.
-          ¿Ni el nombre? – se sorprende Pepe.
-          Entró Cristiano y ya, no pasó nada, tenía que seguir trabajando.
-          Que te ayude Soledad – dice Mesut.
-          ¿Quién es esa? – pregunta Karim.
-          La chica que organizó todo.
-          Dame el teléfono de esa chica ¡ya! – le pide.
-          Ve a verla, tiene el despacho por aquí.
-          Por lo que escucho tú tienes más confianza con ella.
-          Ayúdale – dice Xabi – no te cuesta nada pedirle un número de teléfono.
-          Hace mucho que no hablo con ella decentemente.
-          ¿Tan mala persona es Soledad que ya no os habláis? – pregunta Pepe.
-          Cris ayúdame – le pide Benzema.
-          Prefiero no pronunciarme – mira a Karim y a continuación a Mesut.
-          Vais a conseguir que Karim muera de amor – dice Marcelo.
-          Vale – dice Mesut – lo voy a intentar.
-          Ahora que ya os habéis puesto de acuerdo al gimnasio – dice Iker.
-          Habla el que nunca va – dice Álvaro.
-          Todos al campo – dice Aitor después de abrir la puerta.
-          ¿Adónde vamos Iker? – dice Marcelo riéndose.

Termina el entrenamiento y Karim va al gimnasio para hacer más amena la espera a su compañero Mesut, el cual está por las instalaciones de Valdebebas buscando a Soledad.

-          ¿Qué haces aquí? – dice Soledad al ver a Mesut en la puerta de su despacho.
-          Esperarte – la observa.
-          Para qué – deja en el suelo una de las cajas que lleva para abrir la puerta.
-          Necesito hablar contigo – coge la caja que Soledad a dejado en el suelo.
-          ¿No era que me dejara de meter en tu vida? – le quita la caja bruscamente.
-          Puedo pasar o no.
-          Lo que tengas que decir me lo puedes decir desde ahí – dice metiendo cosas del escritorio a una de las cajas-, y sé breve.
-          ¿Te han echado?
-          Al grano - gira rápidamente la cabeza para mirarle.
-          Necesito el número de teléfono de la chica a la que Karim le tiró la copa por encima.
-          ¿También te la quieres tirar? – sonríe irónicamente.
-          No te incumbe, me lo das o no – dice serio.
-          No tengo esa información.
-          Digo yo que si la has contratado tendrás sus datos.
-          A los camareros no los contraté yo.
-          No quiero el número de ninguna camarera, quiero el número de la chica que iba en traje persiguiendo a todos los camareros.
-          No te lo puedo dar – lo mira seria.
-          ¿No puedes o no quieres?
-          No puedo y ahora vete – continúa de lado a lado del despacho.
-          A mí me hace tanta gracia como a ti esta conversación pero no es para mí, así que si estas celosa no hay motivo para que lo estés. El número es para Karim.
-          A mí me hablas con respeto – deja de hacer lo que hace para mirarle – y ahora márchate – le indica con la mano la puerta.
-          No me echas, me voy yo.

Mesut, abatido, se dirige al gimnasio. Su amigo le ha pedido averiguar un simple número de teléfono y no lo ha conseguido.

-          Lo siento.
-          No te preocupes, se quedará en un amor platónico.
-          Lo intentaría más veces pero con ella es imposible.
-          ¿Es la chica de la que me hablaste?
-          Si y desde entonces las pocas veces que hemos hablado no han sido agradable.
-          Ahora entiendo porque no querías.
-          Si volvemos a coincidir lo volveré a intentar pero no te prometo nada.
-          Gracia tío, pero no te rompas la cabeza.
-          Lo siento, de verdad.

Mesut se queda trabajando en el gimnasio observando cómo su amigo Karim abandona las instalaciones mientras en el centro de la ciudad Sergio Ramos está en casa de su novia terminando de comer con Vanesa y Paris.

-          Esta chica no puede quedarse todos los días a comer allí – dice Vanesa.
-          ¿Y qué quieres que haga? Es muy cabezona.
-          Debería tener cuidado y no solo por su salud.
-          Pues ya sabes lo que te toca.
-          Ni que fuera yo la hermana mayor.
-          En ese aspecto si – sonríe.
-          Ya hablare con ella cuando tenga un hueco porque esta siempre ocupada y ahora suelta lo que me tengas que decir.
-          ¿De qué hablas? – se hace el loco.
-          No creo que hayas venido aquí para nada.
-          A comer con vosotras.
-          Si no está Ali no vienes así que suéltalo.
-          Es por… - mira a Paris que se come el postre sin enterarse de nada.
-          Llévala a jugar mientras recojo.

Sergio deja a Paris en el suelo con sus juguetes y ayuda a Vanesa a fregar los platos para poder conversar sobre el asunto por el que está ahí.

-          Quiere la custodia compartida – la mira.
-          Lo tiene claro.
-          Si no hablas con él lo hará por las malas y te la intentara quitar.
-          No tiene pruebas de que sea suya.
-          Son igualitos, eso no lo puedes negar.
-          Hay mucha gente por el mundo que se parece y no son familia.
-          Sé que tienes mucho rencor por lo que te hizo pero tienes que hablar con él. Si no lo quieres hacer por él o por ti hazlo por Paris.
-          Sergio que no. Que no tiene pruebas de que es su hija ni de que yo sea mala madre.
-          Contrató un detective.
-          ¿Qué insinúas? – deja de fregar y lo mira.
-          Que lo dos último fines de semana Paris estaba con nosotros.
-          ¿Tú quieres ayudarme o destrozarme? – tira uno de los cacharros que limpia al fregadero, se seca las manos y se mete en su habitación.
-          Vanesa – gira la cabeza para mirarla-, no te enfades – cierra el grifo -, Vanesa sal por favor – se acerca a la puerta.
-          Sergio vete que vas a despertar a la niña.
-          Si Paris está jugando en el salón – mira a la niña tirar juguetes.
-          Vete a darle el coñazo a tu novia.
-          Esta en clase.
-          Pues te vas a la mierda.

Mientras Vanesa asimila lo que Sergio le ha contado y se le pasa el tonto cabreo Sergio juega con Paris, por otro lado, en la universidad Complutense de Madrid Alicia, Nicole, Macarena, Santiago e Iván se encuentran en clase. Es amena y no se les hace tan cuesta arriba como otras veces. ¿El motivo? Cada alumno está enseñando y explicando el trabajo con el que cada uno concursó.

Una vez han terminado todos los alumnos el profesor lanza una pregunta.

-          ¿Creéis que alguno de vosotros ha pasado de fase?

Algunos de los alumnos son pesimistas. La mayoría. Excepto la alegría de la clase.

-          Yo creo que… - se levanta Nicole para mirar a toda la clase.
-          Ya va – dice Marc riéndose.
-          Macarena y Alicia – le sonríe a las dos.
-          Claro, como son tus amigas – se queja Verónica.
-          Vale – dice Francisco, el profesor-, Nicole ya que estas de pie haz el honor de abrir el sobre – le ofrece un sobre de color blanco.
-          No – esconde sus brazos tras su propia espalda rechazando el sobre-. Si no ha pasado nadie quedo yo como la mala y si he pasado yo también.
-          Nadie va a quedar mal – ríe volviéndole a ofrecer el sobre.
-          Esa risa quiere decir que está escrito el nombre de alguno de nosotros – dice Macarena.
-          Que Nicole abra el sobre y lo averiguaremos.

Nicole coge el sobre blanco que el profesor Francisco le sigue ofreciendo y con miedo lo abre.

-          Léelo sin reírte y sin gritar – le pide Alicia mirándola.
-          Estimados alumnos de la Universidad Complutense de Madrid  - empieza Nicole a leer seria-. Decir que en esta clase hay mucho futuro para la fotografía. Con mucho talento. Pero lamentándolo mucho entre todos los participantes solo dos alumnos han sido seleccionados para acudir a la presentación que se celebra en Barcelona los días 10, 11 y 12 de diciembre …
-          Eso es este finde – interrumpe – Jazmín.
-          No interrumpas por favor – mira Francisco a Jazmín-. Sigue Nicole.
-          Como ya se aviso en el primer comunicado – continúa Nicole – a la presentación final no pueden acudir con las fotografías que ya ha visto el jurado… Bueno ya pone las normas – deja Nicole de leer-, eso que lo lean los elegidos.
-          ¿Y si los dices que tal? – dice Santiago.
-          Que los digas el profesor – le entrega el sobre – que yo me emociono – finge secarse una lagrima.
-          Que payasa eres – dice Macarena cariñosamente.
-          Los afortunados del viaje a Barcelona son Santiago López y Alicia Martin – sonríe el profesor.
-          ¡Aah! – grita Nicole yendo a abrazar a su amiga Alicia.

Nicole, Macarena e Iván salen de clase entusiasmados por lo que sus dos amigos han conseguido. No tanto los elegidos. Con una sonrisa forzada reciben las felicitaciones de sus compañeros.

-          ¿Por qué no os alegráis? – les pregunta Iván.
-          Claro que me alegro – dice Santiago sonriendo.
-          Y yo… - dice Alicia - ¿no se me nota? – se señala la boca esbozando una gran sonrisa.
-          ¡Qué bien! – abraza Nicole a los dos.
-          Nicole aun no ha aprendido a pillar el sarcasmo de Alicia – dice Iván.
-          Sé que era sarcasmo – dice Nicole mirando a Iván – pero si no se alegran ellos me alegro yo por los dos.
-          Alegrar me alegro pero no me hace gracia preparar otro trabajo – reconoce Alicia.
-          Algo te saldrá – la ánima Macarena.
-          Vamos  a tomar algo propone – Santiago.
-          Yo no puedo y Macarena tampoco – dice Alicia.
-          Claro que puedo – die Macarena mirando a Alicia.
-          No, no puedes – insiste Macarena.
-          Si, si puedo.
-          Que no, que no puedes – agarra Alicia a Macarena del brazo-. Nos vemos mañana – se dirige al resto de sus amigos.
-          ¿Qué tramáis? – pregunta Nicole.
-          Cuando estemos seguras te contamos – dice Alicia-, no te enfades – le da n beso en la mejilla.
-          Ni yo lo sé así que estamos igual – dice Macarena mirando a su amiga Nicole.

Macarena y Alicia ven alejarse a sus tres amigos y comienzan a hablar.

-          ¿Qué es lo que tengo que hacer?
-          Tienes que ir a esta dirección – contesta Alicia mientras rebusca en el bolso.
-          ¿Y qué me espera allí?
-          ¿Tú qué crees? – le da el papel.
-          No.
-          Mac – la agarra del brazo-, tienes que ir. Si te tienes que quedar mal que sea por haber halado con él y no por no haberlo intentado.
-          ¿Pero?
-          Pero nada.
-          ¿Cómo lo has conseguido?
-          Sergio – dice con una sonrisa.
-          Como no, puto Sergio.
-          Ve por favor, no quiero verte mal – le da un abrazo.
-          ¿Y la hora? – mira el papel.
-          Esta todo anotado.

Macarena observa como su amiga Alicia se aleja con mucha prisa y se mete en el coche de su novio Sergio «puto Sergio» piensa Macarena a la vez que arruga el trozo de papel que Alicia le ha entregado y lo tira al suelo.

Lo mira una y otra vez. Le da pequeñas patadas y tras pensárselo varias veces coge el papel del suelo, lo desarruga y mira la dirección.

domingo, 22 de julio de 2012

FIC CIII


103. Horizontes lejanos.

Sergio llega al coche y pone rumbo a la casa de La Moraleja, mientras que Cristiano intenta que Karim hable con su diosa, Sami y Mesut los observan desde una esquina.

-          ¿Qué te pasa? – pregunta Sami – desde que has entrado de hablar con Ali estas cabizbajo.
-          Nada, tonterías – lo mira con una tímida sonrisa.
-          ¿Habéis discutido?
-          Para nada.
-          Entonces dime que es lo que querías.
-          ¿Te queda mucho para tener ya tu casa? – dice con la mirada perdida en algún lugar de la gran sala.
-          Joder – dice en español-, que directo – concluye en alemán.
-          ¿Si o no?
-          Pues no lo sé, mañana te lo diré, ¿por qué?
-          Entonces sin prisa, nos vemos.
-          ¿Pero? Mesut – lo ve alejarse sin hacerle caso.
-          Luego nos vemos – se gira Mesut hacia su amigo.
-          Qué raro esta – le da un sorbo a la copa tras terminar la frase.

Sami sin saber donde se dirige su amigo va a encontrarse con el número 7 y 9 del equipo.

-          ¿Y Mesut? – pregunta Cristiano.
-          No sé, esta muy misterioso.
-          Últimamente mucho – afirma Cristiano.
-          ¿Y este como va? – señala Sami al número 9 del equipo.
-          Solo la mira.
-          ¿Qué chica es?
-          Aquella que esta junto a la puerta.
-          ¿La que sigue a los camareros?
-          Si.

Mesut esta en un lado de la sala riéndose de sus amigos. Le hace gracia que Cristiano y Sami intenten empujar a Karim para que se choque con la misteriosa chica. Cuando de repente, como un ángel, Soledad pasa por delante de ellos provocando que su sonrisa desaparezca de su cara.
Pasa por al lado de una de las mesas y coge una cigarro de un paquete que encuentra, lo enciende y sale.
Sentado en el banco observa la oscura noche sin poder divisar lo que hay bajo el cielo. Sin dejar de fumar piensa. Piensa en lo estúpido que es. Consigo mismo discute en su interior como si un ángel y un demonio estuvieran posados en sus hombros.

¿Cómo le pides matrimonio? Eres idiota. La besas y ahora le pides matrimonio, mal Mesut, mal. Ahora si que no te hablará más. La has cagado del todo.

-          Fumar es malo – dice una chica sentándose a su lado.
-          Habla la que no limpia los ceniceros de su casa – contesta sin dejar de mirar el horizonte.
-          No Mesut, no – se altera.
-          Sí Soledad, sí – gira la cabeza para mirarla – que lo vi cuando estuve en tu casa.
-          ¿Otra vez vamos a discutir?
-          Has sido tu, yo estaba aquí muy tranquilo – tira el cigarrillo al suelo para después pisarlo.
-          No somos niños de infancia para acusarnos el uno al otro.
-          Si no hubieras venido no te habría acusado de nada.
-          Te he visto mal y solo quería ver si te podía animar. No he venido con malas intenciones – dice sosegada y a la vez enfadada.

Al ver que Mesut sigue mirando la nada sin decir nada Soledad decide irse.

-          No puedes ayudarme – dice Mesut cuando nota que Soledad se levanta – al igual que yo no puedo ayudarte en tus problemas – concluye cuando ve que no avanza.
-          Te equivocas – se da media vuelta para mirarle – no puedes ayudarme en mis problemas porque no tengo ningún problema.
-          Si lo tienes – la mira.
-          Sergio no es ningún problema para mí.
-          ¿Quién ha nombrado a Sergio? – sonríe con ironía volviendo a mirar el horizonte.
-          Vale si – se vuelve a sentar junto a Mesut – me ha jodido verlos merodeando juntos por aquí.
-          Era una pregunta retorica – la mira muy serio.
-          Te lo he dicho porque tú sientes lo mismo.
-          Tú no sabes lo que siento o dejo de sentir.
-          Te he visto salir con Alicia y cuando has entrado parecías otra persona.
-          No es asunto tuyo, deja de meterte en mi vida.

Sin darle opción a responder Mesut se levanta y entra para preguntar como va Karim con la chica misteriosa y despedirse de sus amigos.


Alicia entra a clase un poco más tarde pero se levanta antes para llevar a su sobrina con su madre. Antes de despertar a Paris se da una ducha más larga de lo normal.
Bajo el agua templada que cae de “la alcachofa” de la ducha solo le viene a la mente una voz que dice dos palabras. Dos palabras que no quería escuchar en estos momentos. No de esa voz.

Una y otra vez. Una y otra vez retumban en su mente.
Cásate conmigo. Cásate conmigo.
No escucha nada más. Solo esa voz que lleva toda la noche atormentándola.

Al darse la vuelta Sergio nota con el brazo que Paris esta espatarrada en la cama ocupando el sitio de Alicia, al escucha el sonido del agua no se preocupa. Abre los ojos y extiende el brazo hacia la mesilla para coger el reloj. Las 7:28 marca.

Se coloca el pantalón y entra al baño.

-          Ali – abre la puerta de la ducha viendo que Alicia se da la vuelta para que el agua le caiga sobre la cara-. ¿Estás bien?
-          Si – lo mira esbozando una sonrisa.
-          ¿Por qué te levantas tan pronto? – le acerca la toalla al ver que se empieza a escurrir el pelo.
-          Como siempre, gracias- coge la toalla.
-          Hoy entras más tarde – la abraza – quédate un ratito más durmiendo – empieza a besarla por el cuello.
-          Tengo que llevar a Paris antes de ir a clase – dice abrazando a Sergio por el cuello.
-          Yo la llevo – la agarra del mentón – que tengo que hablar con Ness – la besa en los labios.
-          ¿Sobre? – aparta la cara para poder mirarle a los ojos.
-          Gerard -  empieza a desnudarse para meterse a la ducha.
-          Pensaba que desde el partido no os hablabais – lo mira, incrédula, meterse en la ducha.
-          Bueno si, pero me llamo hace un par de días.
-          ¿Y qué tienes que hablar con mi hermana de Piqué? – se enrolla el pelo en una toalla.
-          De la niña – asoma la cabeza y ve a Alicia quitarse la toalla y ponerse la ropa interior.
-          Espero que el capullo ese no separe a mi hermana de su hija.
-          Eso quiero evitar.

Sergio, sin dejar de sonreír, observa a su novia, seria se cepilla y se seca el pelo. Al mirarla a los ojos descubre si está bien o mal. Si le preocupa algo. Y sabe que hoy por la mañana se ha despertado con una preocupación en la cabeza pero que no consigue averiguar cual es.

-          ¿Qué miras? – pregunta Alicia mirándolo sonriente a la vez que enrolla el cable del secador.
-          Lo guapa que eres – le devuelve la sonrisa.
-          Cuida cuando salgas – se acerca a él.
-          ¿Por? – recibe el beso que Alicia le da.
-          Esta el suelo lleno de babas e igual te resbalas – le da otro beso.
-          ¿Tuyas o mías? – posa sus manos sobre las mejillas de Alicia.
-          ¡Qué me mojas! – grita sin dejar de sonreír.
-          Metete conmigo – la acerca hacia él sin dejar de besarla.
-          No que ya estoy seca – le quita las manos-, mañana – le besa.

Alicia sale del baño, se viste, despierta y viste a Paris y baja a preparar el desayuno. Los tres junto a Odie y Manchita desayunan en la cocina.


En el segundo día libre de los cuatro que le han dado e Iker lo aprovecha para acompañar a su novia Sara al trabajo. Tras dejarla en las instalaciones del canal de televisión en el que trabaja intenta ponerse en contacto con la arquitecta que trabaja en su casa.

-          Me ha costado ponerme en contacto con usted.
-          Sí, lo sé, estaba en el avión.
-          Gracias por devolverme la llamada.
-          No pienso dejar escapar un cliente tan VIP – sonríe.
-          Debe de estar acostumbrada a clientes VIP.
-          No tanto como usted.
-          ¿Y Cristiano?
-          Aunque pague él ya es un amigo.
-          Ah bueno – sonríe Iker.

Adriana atenta a las indicaciones de Iker apunta todo lo que le dice para posteriormente trabajar en ellas y decidir cuáles son las mejores opciones siempre bajo la atenta mirada del portero del Real Madrid.