104.
Amores difíciles.
Los jugadores que no tienen el día libre se preparan
para salir al campo a preparar el próximo partido, a la vez que se cambian
conversan. Sin que muchos sepan de qué va el tema saben que el tema que toca
hoy es Karim.
-
¿De
qué concha hablan? – pregunta Gonzalo.
-
De
una chica que conoció ayer Karim – contesta Mesut.
-
Eso
de conocer…- dice Raúl.
-
Esa
chica me a hechizado con la mirada – dice Karim terminando con un suspiro.
-
Se
nos ha enamorado el francés – dice Marcelo.
-
Todos
os enamoráis – le contesta - ¿por qué voy a ser yo diferente?
-
Si
yo no digo nada.
-
¿Has
averiguado algo de ella? – pregunta Raúl.
-
Nada.
-
¿Ni
el nombre? – se sorprende Pepe.
-
Entró
Cristiano y ya, no pasó nada, tenía que seguir trabajando.
-
Que
te ayude Soledad – dice Mesut.
-
¿Quién
es esa? – pregunta Karim.
-
La
chica que organizó todo.
-
Dame
el teléfono de esa chica ¡ya! – le pide.
-
Ve
a verla, tiene el despacho por aquí.
-
Por
lo que escucho tú tienes más confianza con ella.
-
Ayúdale
– dice Xabi – no te cuesta nada pedirle un número de teléfono.
-
Hace
mucho que no hablo con ella decentemente.
-
¿Tan
mala persona es Soledad que ya no os habláis? – pregunta Pepe.
-
Cris
ayúdame – le pide Benzema.
-
Prefiero
no pronunciarme – mira a Karim y a continuación a Mesut.
-
Vais
a conseguir que Karim muera de amor – dice Marcelo.
-
Vale
– dice Mesut – lo voy a intentar.
-
Ahora
que ya os habéis puesto de acuerdo al gimnasio – dice Iker.
-
Habla
el que nunca va – dice Álvaro.
-
Todos
al campo – dice Aitor después de abrir la puerta.
-
¿Adónde
vamos Iker? – dice Marcelo riéndose.
Termina el
entrenamiento y Karim va al gimnasio para hacer más amena la espera a su
compañero Mesut, el cual está por las instalaciones de Valdebebas buscando a
Soledad.
-
¿Qué
haces aquí? – dice Soledad al ver a Mesut en la puerta de su despacho.
-
Esperarte
– la observa.
-
Para
qué – deja en el suelo una de las cajas que lleva para abrir la puerta.
-
Necesito
hablar contigo – coge la caja que Soledad a dejado en el suelo.
-
¿No
era que me dejara de meter en tu vida? – le quita la caja bruscamente.
-
Puedo
pasar o no.
-
Lo
que tengas que decir me lo puedes decir desde ahí – dice metiendo cosas del
escritorio a una de las cajas-, y sé breve.
-
¿Te
han echado?
-
Al
grano - gira rápidamente la cabeza para mirarle.
-
Necesito
el número de teléfono de la chica a la que Karim le tiró la copa por encima.
-
¿También
te la quieres tirar? – sonríe irónicamente.
-
No
te incumbe, me lo das o no – dice serio.
-
No
tengo esa información.
-
Digo
yo que si la has contratado tendrás sus datos.
-
A
los camareros no los contraté yo.
-
No
quiero el número de ninguna camarera, quiero el número de la chica que iba en
traje persiguiendo a todos los camareros.
-
No
te lo puedo dar – lo mira seria.
-
¿No
puedes o no quieres?
-
No
puedo y ahora vete – continúa de lado a lado del despacho.
-
A mí
me hace tanta gracia como a ti esta conversación pero no es para mí, así que si
estas celosa no hay motivo para que lo estés. El número es para Karim.
-
A mí
me hablas con respeto – deja de hacer lo que hace para mirarle – y ahora
márchate – le indica con la mano la puerta.
-
No
me echas, me voy yo.
Mesut, abatido,
se dirige al gimnasio. Su amigo le ha pedido averiguar un simple número de
teléfono y no lo ha conseguido.
-
Lo
siento.
-
No
te preocupes, se quedará en un amor platónico.
-
Lo intentaría
más veces pero con ella es imposible.
-
¿Es
la chica de la que me hablaste?
-
Si
y desde entonces las pocas veces que hemos hablado no han sido agradable.
-
Ahora
entiendo porque no querías.
-
Si
volvemos a coincidir lo volveré a intentar pero no te prometo nada.
-
Gracia
tío, pero no te rompas la cabeza.
-
Lo
siento, de verdad.
Mesut se
queda trabajando en el gimnasio observando cómo su amigo Karim abandona las
instalaciones mientras en el centro de la ciudad Sergio Ramos está en casa de
su novia terminando de comer con Vanesa y Paris.
-
Esta
chica no puede quedarse todos los días a comer allí – dice Vanesa.
-
¿Y qué
quieres que haga? Es muy cabezona.
-
Debería
tener cuidado y no solo por su salud.
-
Pues
ya sabes lo que te toca.
-
Ni
que fuera yo la hermana mayor.
-
En
ese aspecto si – sonríe.
-
Ya
hablare con ella cuando tenga un hueco porque esta siempre ocupada y ahora
suelta lo que me tengas que decir.
-
¿De
qué hablas? – se hace el loco.
-
No
creo que hayas venido aquí para nada.
-
A
comer con vosotras.
-
Si
no está Ali no vienes así que suéltalo.
-
Es
por… - mira a Paris que se come el postre sin enterarse de nada.
-
Llévala
a jugar mientras recojo.
Sergio deja
a Paris en el suelo con sus juguetes y ayuda a Vanesa a fregar los platos para
poder conversar sobre el asunto por el que está ahí.
-
Quiere
la custodia compartida – la mira.
-
Lo
tiene claro.
-
Si
no hablas con él lo hará por las malas y te la intentara quitar.
-
No
tiene pruebas de que sea suya.
-
Son
igualitos, eso no lo puedes negar.
-
Hay
mucha gente por el mundo que se parece y no son familia.
-
Sé
que tienes mucho rencor por lo que te hizo pero tienes que hablar con él. Si no
lo quieres hacer por él o por ti hazlo por Paris.
-
Sergio
que no. Que no tiene pruebas de que es su hija ni de que yo sea mala madre.
-
Contrató
un detective.
-
¿Qué
insinúas? – deja de fregar y lo mira.
-
Que
lo dos último fines de semana Paris estaba con nosotros.
-
¿Tú
quieres ayudarme o destrozarme? – tira uno de los cacharros que limpia al
fregadero, se seca las manos y se mete en su habitación.
-
Vanesa
– gira la cabeza para mirarla-, no te enfades – cierra el grifo -, Vanesa sal
por favor – se acerca a la puerta.
-
Sergio
vete que vas a despertar a la niña.
-
Si
Paris está jugando en el salón – mira a la niña tirar juguetes.
-
Vete
a darle el coñazo a tu novia.
-
Esta
en clase.
-
Pues
te vas a la mierda.
Mientras
Vanesa asimila lo que Sergio le ha contado y se le pasa el tonto cabreo Sergio
juega con Paris, por otro lado, en la universidad Complutense de Madrid Alicia,
Nicole, Macarena, Santiago e Iván se encuentran en clase. Es amena y no se les
hace tan cuesta arriba como otras veces. ¿El motivo? Cada alumno está enseñando
y explicando el trabajo con el que cada uno concursó.
Una vez han
terminado todos los alumnos el profesor lanza una pregunta.
-
¿Creéis
que alguno de vosotros ha pasado de fase?
Algunos de
los alumnos son pesimistas. La mayoría. Excepto la alegría de la clase.
-
Yo
creo que… - se levanta Nicole para mirar a toda la clase.
-
Ya
va – dice Marc riéndose.
-
Macarena
y Alicia – le sonríe a las dos.
-
Claro,
como son tus amigas – se queja Verónica.
-
Vale
– dice Francisco, el profesor-, Nicole ya que estas de pie haz el honor de
abrir el sobre – le ofrece un sobre de color blanco.
-
No
– esconde sus brazos tras su propia espalda rechazando el sobre-. Si no ha
pasado nadie quedo yo como la mala y si he pasado yo también.
-
Nadie
va a quedar mal – ríe volviéndole a ofrecer el sobre.
-
Esa
risa quiere decir que está escrito el nombre de alguno de nosotros – dice
Macarena.
-
Que
Nicole abra el sobre y lo averiguaremos.
Nicole coge
el sobre blanco que el profesor Francisco le sigue ofreciendo y con miedo lo
abre.
-
Léelo
sin reírte y sin gritar – le pide Alicia mirándola.
-
Estimados
alumnos de la Universidad Complutense de Madrid - empieza Nicole a leer seria-. Decir que en
esta clase hay mucho futuro para la fotografía. Con mucho talento. Pero
lamentándolo mucho entre todos los participantes solo dos alumnos han sido
seleccionados para acudir a la presentación que se celebra en Barcelona los
días 10, 11 y 12 de diciembre …
-
Eso
es este finde – interrumpe – Jazmín.
-
No
interrumpas por favor – mira Francisco a Jazmín-. Sigue Nicole.
-
Como
ya se aviso en el primer comunicado – continúa Nicole – a la presentación final
no pueden acudir con las fotografías que ya ha visto el jurado… Bueno ya pone
las normas – deja Nicole de leer-, eso que lo lean los elegidos.
-
¿Y
si los dices que tal? – dice Santiago.
-
Que
los digas el profesor – le entrega el sobre – que yo me emociono – finge
secarse una lagrima.
-
Que
payasa eres – dice Macarena cariñosamente.
-
Los
afortunados del viaje a Barcelona son Santiago López y Alicia Martin – sonríe
el profesor.
-
¡Aah!
– grita Nicole yendo a abrazar a su amiga Alicia.
Nicole,
Macarena e Iván salen de clase entusiasmados por lo que sus dos amigos han
conseguido. No tanto los elegidos. Con una sonrisa forzada reciben las
felicitaciones de sus compañeros.
-
¿Por
qué no os alegráis? – les pregunta Iván.
-
Claro
que me alegro – dice Santiago sonriendo.
-
Y
yo… - dice Alicia - ¿no se me nota? – se señala la boca esbozando una gran
sonrisa.
-
¡Qué
bien! – abraza Nicole a los dos.
-
Nicole
aun no ha aprendido a pillar el sarcasmo de Alicia – dice Iván.
-
Sé
que era sarcasmo – dice Nicole mirando a Iván – pero si no se alegran ellos me alegro
yo por los dos.
-
Alegrar
me alegro pero no me hace gracia preparar otro trabajo – reconoce Alicia.
-
Algo
te saldrá – la ánima Macarena.
-
Vamos a tomar algo propone – Santiago.
-
Yo
no puedo y Macarena tampoco – dice Alicia.
-
Claro
que puedo – die Macarena mirando a Alicia.
-
No,
no puedes – insiste Macarena.
-
Si,
si puedo.
-
Que
no, que no puedes – agarra Alicia a Macarena del brazo-. Nos vemos mañana – se
dirige al resto de sus amigos.
-
¿Qué
tramáis? – pregunta Nicole.
-
Cuando
estemos seguras te contamos – dice Alicia-, no te enfades – le da n beso en la
mejilla.
-
Ni
yo lo sé así que estamos igual – dice Macarena mirando a su amiga Nicole.
Macarena y
Alicia ven alejarse a sus tres amigos y comienzan a hablar.
-
¿Qué
es lo que tengo que hacer?
-
Tienes
que ir a esta dirección – contesta Alicia mientras rebusca en el bolso.
-
¿Y
qué me espera allí?
-
¿Tú
qué crees? – le da el papel.
-
No.
-
Mac
– la agarra del brazo-, tienes que ir. Si te tienes que quedar mal que sea por
haber halado con él y no por no haberlo intentado.
-
¿Pero?
-
Pero
nada.
-
¿Cómo
lo has conseguido?
-
Sergio
– dice con una sonrisa.
-
Como
no, puto Sergio.
-
Ve
por favor, no quiero verte mal – le da un abrazo.
-
¿Y
la hora? – mira el papel.
-
Esta
todo anotado.
Macarena
observa como su amiga Alicia se aleja con mucha prisa y se mete en el coche de
su novio Sergio «puto Sergio» piensa
Macarena a la vez que arruga el trozo de papel que Alicia le ha entregado y lo
tira al suelo.