sábado, 14 de julio de 2012

NUEVO RUMBO


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Cuando el balón se detiene. Capítulo 2

Tras un verano tranquilo, referido a lo deportivo, sin competiciones con la selección alemana excepto algún amistoso antes de terminar definitivamente la temporada 10/11 y alguna que otra acción y actitud fuera de lo común para un futbolista de su talla mundial Mesut empieza una pretemporada sublime. Callándoles la boca a todas aquellas personas que decían que tras sus vacaciones no iba a rendir.

Un comienzo de temporada de 10 como su nuevo dorsal.

Dejando detalles que solo están al alcance de muy pocos jugadores, dando pases que solo él sabe dar. ‘Asistencias made Özil’. Dejando boquiabierto y enmudecido el estadio del máximo y eterno enemigo, provocando que el terreno de juego sea el cielo para sus compañeros y el infierno paras los rivales. Enamorando cada día más a la afición merengue.

Pero no siempre es oro todo lo que reluce.

Un problema personal el cual no le ha contado a nadie y un repentino  cambio de actitud provoca que su juego no sea el mismo al que todo el mundo está acostumbrado y a su vez que salten las alarmas en el mejor club del siglo XX.

Rumores y rumores son los que corren por prensa y redes sociales, por mucho que desde dentro lo nieguen todos saben que es verdad. Las reprimendas de su familia, amigos, compañeros, entrenador y presidente no sirven para nada, Mesut continua con la vida que un deportista profesional no debería llevar.

  • ¡Hey Mess! – lo detiene Sami antes de que pueda subirse al coche - ¿cenamos juntos y hablamos?
  • No puedo, tengo cosas que hacer.
  • ¡Mess a las 9 en el restaurante de siempre! – le grita Karim desde su coche-. ¡El Pipita también va!

Con el pulgar y una sonrisa Mesut le da el ‘Ok’ al girar su cara vuelve a ver a su amigo, al ver la cara de desaprobación de su compatriota borra la sonrisa y se mete en el coche. Bajo la atenta mirada de Sami abandona el parking de la primera plantilla.


Tras haber cenado cada uno con su familia y amigos la plantilla del primer equipo va a su cita al Santiago Bernabéu para concentrarse antes del partido. Al llegar al hotel cada uno se marcha a su habitación para poder descansar.

En el desayuno los jugadores más serios tienen en la boca el nombre de Mesut Özil.

  • Lo hemos intentado todo y no hay manera de que entre en razón – dice Casillas.
  • Algo se podrá hacer. No podemos perderlo, el equipo le necesita y la afición también – añade Xabi Alonso
  • Le ha venido demasiado grande – expresa Sahin.
  • Lo primero que hay que hacer es descubrir por qué este cambio tan repentino – dice Sergio.
  • El mejor amigo de Mess en el equipo eres tu Sami – mira Álvaro a Sami.
  • A mí no me dice nada, ni a mí ni a nadie.
  • ¿Qué tan gordo le habrá pasado para que no se lo cuente a nadie? – deja caer Adán.

Los 7 miran al otro extremo de la mesa donde Mesut desayuna tranquilo riéndose con Karim y Gonzalo.

  • No es por nada pero os estoy escuchando – dice Mesut mirándoles.
  • No decimos nada – se escusa Álvaro.

Mesut los observa durante unos minutos. No hablan. Solo comen y lo miran de reojo. Cuando Iker, Sergio, Xabi, Álvaro, Sami, Nuri y Antonio ven claro que Mesut ya no está atento a lo que puedan hacer o decir continúan hablando.

  • Creo que conozco a una persona que puede hablar con él, pero solo Sami o Álvaro pueden hablar con ella – dice Sergio mirando a los dos que están uno sentado al lado del otro.

Álvaro y Sami se contemplan durante unos segundos. Miran a Sergio y los tres asienten con la cabeza.

  • Habla tú – dice Álvaro rápidamente señalando a Sami.

Después de esas dos palabras todo continua normal en un día de partido.

  • ¡Eh! – noto como alguien me da un pequeño y cariñoso golpe en la cabeza.
  • ¡Qué! – grito de malas formas mirando al que tengo más cerca.
  • Estas en la luna – me dice Liam tirándome una bola de papel.
  • Ayúdame a poner las sillas – me pide Alba bajando del escenario.
  • Nuestros padres pagan tanto dinero y este mierda colegio no tiene una sala con sillas – se queja Edu.
  • No te quejes – dice Caro colgándose de su espalda.
  • No creo que te vayas a morir por colocar 4 sillas en el gimnasio – lo mira Jennifer desde el otro extremo del gimnasio.
  • Tenéis que dejar de abusar del servicio domestico – pongo una nota de humor.
  • Mira quién habla – me echa en cara Edu.
  • Yo no tengo servicio domestico en casa, nunca lo he tenido – le contesto con mala cara.
  • ¿Y Vega? – me mira con la misma mirada desafiante.
  • Perdona pero Vega es la niñera que siempre he tenido y ahora tiene mi hermano.
  • Dejadlo ya – dice Alba.
  • Solo estamos hablando - dice Edu acercándose a mí – con lo que la quiero – me da un abrazo por detrás.
  • No me gustaría estar en tú lugar.
  • Explícate – decimos a la vez.
  • Lo digo por Josh que te puede partir un brazo y luego trasplantártelo en el culo.
  • ¡Hala que burra! – dice Jenny empujándola con el culo cuando pasa por al lado de Alba.
  • Josh jamás haría eso – contesto.
  • Es cirujano, así que yo me andaría con cuidado - insiste guiñándole un ojo a Edu.
  • ¡Pero qué dices! Si ni siquiera ha empezado la carrera – me río. De verdad que está loca, nunca me aburro con ella.
  • Tiempo al tiempo – intenta ponerse seria.
  • No sabes ponerte seria – dice Liam riéndose de ella y tirándole una bola de papel que me da a mí.
  • Liam te voy a meter las bolitas por donde tú ya sabes – se la devuelvo.
  • ¡Ya vale de tirar bolas de papel! – Grita Estrella dejándonos a todos callados. Sí, es la delegada de clase y la marimandona de todo el curso.
  • De verdad que me están dando ganas de poner en práctica la frase de tu madre – se frena Liam delante de Alba y mía.
  • ¿Alguna vez lo puso en práctica? – pregunta Edu.
  • Eso queda bajo secreto de hija.
  • Alguna vez sí que lo ha intentado pero no la han dejado – le dice Alba.
  • ¿Y tu como lo sabes? – le pregunta.
  • Mi madre.
  • Ojo que yo también sé cosas de tu madre – le digo señalándola con el dedo.
  • A mi padre le cuesta creer que tu madre sea así – dice Edu.
  • ¿Por qué? – le pregunto.
  • ¿Dejáis de hablar? –nos vuelve a decir Estrella.
  • Maja vete un poco a la mierda – le contesta Alba.
  • A lo que estábamos – dice Edu. Todos atendemos a sus palabras y en un corrillo nos ponemos a hablar.
  • ¿Por qué a tu padre le cuesta creer que su madre es cómo es? – lanza Alba la pregunta.
  • La ve tan seria en la radio y en la tele que cuando le cuento cosas de ella no se las cree.
  • Eso le pasa por no ir a las reuniones de padres – dice Jenny.
  • ¿Tu madre no le dice que dices la verdad? – pregunto curiosa.
  • Sí, pero buah… pasa – contesta.
  • ¡Callad y poned sillas! – nos vuelve a decir Estrella. Por no oírla más hacemos caso.

Quiero mucho a mi padre y al enano pero cuando mamá y yo estamos solas somos más que madre e hija. Somos amigas. Yo le cuento mis cosas y ella me cuenta algunas anécdotas de papá que no quiere que sepamos. Hasta con sus propios hijos es vergonzoso.

La única persona que lo sabe todo de Mesut es mamá. Al igual que la única persona que lo sabe todo de Alicia es papá.

Cuando se miran se dicen más que cuando se hablan.

  • Mamá – la miro.
  • Miedo me das – le da un sorbo al café. De adolescente no bebía café pero algo le pasó que empezó a beberlo-. Dime.
  • ¿Me vas a contar por qué te fuiste de España antes de empezar con papá?
  • No empecemos. Sabes que a papá y a mí no nos gusta tocar ese tema.
  • ¿Me lo contaras algún día?
  • Puede pero por el momento no - sabía que iba a ser en vano pero tenía que volver a intentarlo.
  • Que misteriosos sois – digo mirando mi helado.
  • ¿Te vas ahora con Josh? - me pregunta quitándome un poco de helado.
  • Más quisiera yo.
  • ¿Habéis discutido?
  • Que va, está en el entrenamiento de Pablo y Terry con papá.
  • Vamos – me sonríe antes de levantarse e ir a pagar.

Llegamos al colegio y vamos al lugar donde mi hermano está entrenando. Y ahí están los dos, como todos los hombres cuando ven deporte y eso que es el entrenamiento de unos niños de 10 años.

  • ¿Pero que sabe papá de baloncesto? – digo mirándolos.
  • Que la vida de tu padre sea el fútbol no significa que no sepa de otros deportes.
  • Se lo has enseñado tú  todo – digo con gracia.
  • Ya vienen a fastidiarnos – escucho decir a Josh.
  • Te molestaran a ti – le dice papá mirándonos.
  • Te he escuchado capullo – le pego un suave tortazo a Josh.
  • Sabes que es broma – me dice agarrándome por la cintura – guapa – me dice antes de darme un beso en la mejilla.
  • Guapo – le agarro de las mejillas y le doy un beso en los labios. Si es que me lo como. Es un amor.
  • Esas cosas en privado – dice mi padre. Me giro y le veo sentado junto a mi madre mirando el entrenamiento.
  • Habla de putas la tacones – le suelto sentándome al lado de Josh.
  • Es la segunda vez que me dices eso hoy – se gira acusándome con el dedo – te estás ganando todas las papeletas para irte con tus tíos este verano.
  • Cuando te lo dice mamá no te enfadas con ella – le reprocho.
  • ¿Quién me lo ha dicho hoy dos veces? – Me pregunta sin quitar la vista de mi hermano.
  • Vale ya los dos – intenta poner paz mi madre.
  • Que conteste – se quedan mirando fijamente. Si no los conociera pensaría que por los ojos están saliendo rayos.
  • Hazine – me mira mi madre con la mirada que dice; ¿qué tienes que decir?
  • Lo siento – digo.
  • No, eso no sirve – quita la vista de mi madre y me mira a mí-. Lo que tienes que hacer es dejar de decir esa frase que ya te expulsaron una vez por decírselo a una chica de tu clase – continua en alemán.
  • Eso fue por culpa de Estrella, no la insulte, solo dije un refrán de los que dice mamá.
  • Los refranes de tu madre no son muy normales y no todo el mundo los entiende – se le escapa una sonrisita cuando la mira.
  • ¿Y por qué mamá puede decirlos y yo no?
  • Tu madre es tu madre y tú eres tú.
  • No es justo – le doy una patada a una botella que tengo a los pies.
  • Coge esa botella – me mira a la vez que señala la botella-, o cambias tu actitud o la cambias – me dice en el momento en el que estoy recogiendo la botella.
  • Vale los dos, los trapos sucios se lavan en casa.
  • Otro refrán – la interrumpo mientras me vuelvo a sentar junto a Josh que mira el entrenamiento sin querer enterarse de lo que pasa a su alrededor.
  • Hazine – me nombra mi padre.
  • Si queréis  seguir discutiendo hacedlo pero no delante mía – nos mira a los dos medio enfadada medio triste.

Sin decir nada más va hacia el otro lado del campo para encontrarse con Sami.

Ella nos echa la bronca pero no es lo mismo. Cuando discuto con papá sufre, y más cuando la discusión no tiene ningún sentido.

  • Has enfadado a tu madre – me dice mirando a mamá que se acerca con Luna en brazos y Sami al lado llevando el carro.
  • ¿Yo? Mejor me callo – me cruzo de brazos y me apoyo en la pared.
  • Sí mejor, así no le estropeas el finde a tu madre – me mira también con la mirada triste. Esto no nos gusta a ninguno.

Ellos dos pocas veces discuten y cuando lo hacen lo pasan mal, muy mal.

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