103.
Horizontes lejanos.
Sergio llega
al coche y pone rumbo a la casa de La Moraleja, mientras que Cristiano intenta
que Karim hable con su diosa, Sami y Mesut los observan desde una esquina.
-
¿Qué
te pasa? – pregunta Sami – desde que has entrado de hablar con Ali estas
cabizbajo.
-
Nada,
tonterías – lo mira con una tímida sonrisa.
-
¿Habéis
discutido?
-
Para
nada.
-
Entonces
dime que es lo que querías.
-
¿Te
queda mucho para tener ya tu casa? – dice con la mirada perdida en algún lugar
de la gran sala.
-
Joder
– dice en español-, que directo – concluye en alemán.
-
¿Si
o no?
-
Pues
no lo sé, mañana te lo diré, ¿por qué?
-
Entonces
sin prisa, nos vemos.
-
¿Pero?
Mesut – lo ve alejarse sin hacerle caso.
-
Luego
nos vemos – se gira Mesut hacia su amigo.
-
Qué
raro esta – le da un sorbo a la copa tras terminar la frase.
Sami sin
saber donde se dirige su amigo va a encontrarse con el número 7 y 9 del equipo.
-
¿Y
Mesut? – pregunta Cristiano.
-
No
sé, esta muy misterioso.
-
Últimamente
mucho – afirma Cristiano.
-
¿Y
este como va? – señala Sami al número 9 del equipo.
-
Solo
la mira.
-
¿Qué
chica es?
-
Aquella
que esta junto a la puerta.
-
¿La
que sigue a los camareros?
-
Si.
Mesut esta
en un lado de la sala riéndose de sus amigos. Le hace gracia que Cristiano y
Sami intenten empujar a Karim para que se choque con la misteriosa chica.
Cuando de repente, como un ángel, Soledad pasa por delante de ellos provocando
que su sonrisa desaparezca de su cara.
Pasa por al
lado de una de las mesas y coge una cigarro de un paquete que encuentra, lo
enciende y sale.
Sentado en
el banco observa la oscura noche sin poder divisar lo que hay bajo el cielo.
Sin dejar de fumar piensa. Piensa en lo estúpido que es. Consigo mismo discute
en su interior como si un ángel y un demonio estuvieran posados en sus hombros.
¿Cómo le pides matrimonio? Eres idiota.
La besas y ahora le pides matrimonio, mal Mesut, mal. Ahora si que no te
hablará más. La has cagado del todo.
-
Fumar
es malo – dice una chica sentándose a su lado.
-
Habla
la que no limpia los ceniceros de su casa – contesta sin dejar de mirar el
horizonte.
-
No
Mesut, no – se altera.
-
Sí
Soledad, sí – gira la cabeza para mirarla – que lo vi cuando estuve en tu casa.
-
¿Otra
vez vamos a discutir?
-
Has
sido tu, yo estaba aquí muy tranquilo – tira el cigarrillo al suelo para
después pisarlo.
-
No
somos niños de infancia para acusarnos el uno al otro.
-
Si
no hubieras venido no te habría acusado de nada.
-
Te
he visto mal y solo quería ver si te podía animar. No he venido con malas
intenciones – dice sosegada y a la vez enfadada.
Al ver que
Mesut sigue mirando la nada sin decir nada Soledad decide irse.
-
No
puedes ayudarme – dice Mesut cuando nota que Soledad se levanta – al igual que
yo no puedo ayudarte en tus problemas – concluye cuando ve que no avanza.
-
Te
equivocas – se da media vuelta para mirarle – no puedes ayudarme en mis
problemas porque no tengo ningún problema.
-
Si
lo tienes – la mira.
-
Sergio
no es ningún problema para mí.
-
¿Quién
ha nombrado a Sergio? – sonríe con ironía volviendo a mirar el horizonte.
-
Vale
si – se vuelve a sentar junto a Mesut – me ha jodido verlos merodeando juntos
por aquí.
-
Era
una pregunta retorica – la mira muy serio.
-
Te
lo he dicho porque tú sientes lo mismo.
-
Tú
no sabes lo que siento o dejo de sentir.
-
Te
he visto salir con Alicia y cuando has entrado parecías otra persona.
-
No
es asunto tuyo, deja de meterte en mi vida.
Sin darle
opción a responder Mesut se levanta y entra para preguntar como va Karim con la
chica misteriosa y despedirse de sus amigos.
Alicia entra
a clase un poco más tarde pero se levanta antes para llevar a su sobrina con su
madre. Antes de despertar a Paris se da una ducha más larga de lo normal.
Bajo el agua
templada que cae de “la alcachofa” de la ducha solo le viene a la mente una voz
que dice dos palabras. Dos palabras que no quería escuchar en estos momentos.
No de esa voz.
Una y otra
vez. Una y otra vez retumban en su mente.
Cásate
conmigo. Cásate conmigo.
No escucha
nada más. Solo esa voz que lleva toda la noche atormentándola.
Al darse la
vuelta Sergio nota con el brazo que Paris esta espatarrada en la cama ocupando
el sitio de Alicia, al escucha el sonido del agua no se preocupa. Abre los ojos
y extiende el brazo hacia la mesilla para coger el reloj. Las 7:28 marca.
Se coloca el
pantalón y entra al baño.
-
Ali
– abre la puerta de la ducha viendo que Alicia se da la vuelta para que el agua
le caiga sobre la cara-. ¿Estás bien?
-
Si
– lo mira esbozando una sonrisa.
-
¿Por
qué te levantas tan pronto? – le acerca la toalla al ver que se empieza a
escurrir el pelo.
-
Como
siempre, gracias- coge la toalla.
-
Hoy
entras más tarde – la abraza – quédate un ratito más durmiendo – empieza a
besarla por el cuello.
-
Tengo
que llevar a Paris antes de ir a clase – dice abrazando a Sergio por el cuello.
-
Yo
la llevo – la agarra del mentón – que tengo que hablar con Ness – la besa en
los labios.
-
¿Sobre?
– aparta la cara para poder mirarle a los ojos.
-
Gerard
- empieza a desnudarse para meterse a la
ducha.
-
Pensaba
que desde el partido no os hablabais – lo mira, incrédula, meterse en la ducha.
-
Bueno
si, pero me llamo hace un par de días.
-
¿Y
qué tienes que hablar con mi hermana de Piqué? – se enrolla el pelo en una
toalla.
-
De
la niña – asoma la cabeza y ve a Alicia quitarse la toalla y ponerse la ropa
interior.
-
Espero
que el capullo ese no separe a mi hermana de su hija.
-
Eso
quiero evitar.
Sergio, sin
dejar de sonreír, observa a su novia, seria se cepilla y se seca el pelo. Al
mirarla a los ojos descubre si está bien o mal. Si le preocupa algo. Y sabe que
hoy por la mañana se ha despertado con una preocupación en la cabeza pero que
no consigue averiguar cual es.
-
¿Qué
miras? – pregunta Alicia mirándolo sonriente a la vez que enrolla el cable del
secador.
-
Lo
guapa que eres – le devuelve la sonrisa.
-
Cuida
cuando salgas – se acerca a él.
-
¿Por?
– recibe el beso que Alicia le da.
-
Esta
el suelo lleno de babas e igual te resbalas – le da otro beso.
-
¿Tuyas
o mías? – posa sus manos sobre las mejillas de Alicia.
-
¡Qué
me mojas! – grita sin dejar de sonreír.
-
Metete
conmigo – la acerca hacia él sin dejar de besarla.
-
No
que ya estoy seca – le quita las manos-, mañana – le besa.
Alicia sale
del baño, se viste, despierta y viste a Paris y baja a preparar el desayuno.
Los tres junto a Odie y Manchita desayunan en la cocina.
En el
segundo día libre de los cuatro que le han dado e Iker lo aprovecha para
acompañar a su novia Sara al trabajo. Tras dejarla en las instalaciones del
canal de televisión en el que trabaja intenta ponerse en contacto con la
arquitecta que trabaja en su casa.
-
Me
ha costado ponerme en contacto con usted.
-
Sí,
lo sé, estaba en el avión.
-
Gracias
por devolverme la llamada.
-
No pienso
dejar escapar un cliente tan VIP – sonríe.
-
Debe
de estar acostumbrada a clientes VIP.
-
No
tanto como usted.
-
¿Y
Cristiano?
-
Aunque
pague él ya es un amigo.
-
Ah
bueno – sonríe Iker.
Adriana
atenta a las indicaciones de Iker apunta todo lo que le dice para
posteriormente trabajar en ellas y decidir cuáles son las mejores opciones
siempre bajo la atenta mirada del portero del Real Madrid.
Bonito capitulo gracias por escribir cosas tan bonitas.
ResponderEliminarBuen capi (: espero el próximo pronto.. (:
ResponderEliminarNEXT!
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