jueves, 11 de octubre de 2012

FIC CXIII


113. De nuevo en casa.

Tras pasar las vacaciones de Navidad en sus países con sus respectivas familias los jugadores del Real Madrid vuelven al trabajo con ganas e ilusión. Les espera un mes duro, en el que se mezclan partidos de liga y de copa del Rey.

Los problemas personales de cada uno siguen sin solucionarse y son añadidos a la presión con la que juegan.

Antes de ir camino al hotel de concentración Mesut quiere estar solo. Quiere pensar en lo que le ha pasado durante las vacaciones de navidad con Eylem. Ahora todo se ha terminado para él. Se acabo la vida que podía tener, se acabo el poder estar de fiesta en fiesta.

Se le hace tarde. Y sin seguir asimilando todo lo ocurrido tiene que poner rumbo al Santiago Bernabéu para ser aislados del mundo en su cuartel en Madrid los días previos  a los partidos y centrarse en el partido de vuelta de cuartos de final de Copa del Rey.

Al querer abrir la puerta del coche la persona con la que quiere hablar pero su cabeza no se lo permite evita que pueda meterse al coche.

-          Llevamos más de un mes sin hablar – le reprocha Soledad a Mesut.
-          ¿Acaso tenemos que hacerlo? Soledad entre nosotros no hay nada, déjame ya en paz.
-          Sé que estas así por lo que te dije.
-          Nada que ver – la mira.
-          ¿Y por qué desde ese día no me coges el teléfono?
-          No tiene nada que ver.
-          Dame una explicación –cierra la puerta del coche de Mesut bruscamente-. Y que sea creíble.
-          Tengo prisa – abre la puerta del coche.
-          Otra vez huyendo – lo mira cruzándose de brazos.
-          Adiós Soledad.

 Se preveía un partido intenso y duro en el Calderón. El 3-1 de la ida era un buen aval, pero nadie del Real Madrid se fiaba del Atlético. Pero los rojiblancos no están para hazañas.
Los madridistas salen muy serios en defensa y buscando una contra para hacer un gol que cierre de manera definitiva la eliminatoria. Los locales, sin el Kun Agüero, pierden por lesión a Reyes en el minuto 22 de juego. Un minuto después llega el 0-1. Pase de Sergio Ramos al interior del área para que Cristiano Ronaldo empale la pelota al fondo de la meta defendida por De Gea. El Atlético se ve en un minuto sin su mejor jugador y con un gol en contra. Ahí se acaba el partido y las pocas esperanzas de remontada de los de Quique Flores. La primera parte transcurre sin un solo sobresalto para la meta defendida por un inédito Casillas.

La segunda mitad comienza con un Atlético algo más intenso en ataque, pero Casillas detiene sin problemas los flojos disparos de Diego Costa y de Fran Mérida. Pero son fuegos de artificio, los locales se sienten inferiores ante un Real Madrid que tan sólo necesita oficio y seriedad para llevarse un partido que supo manejar a la perfección desde el minuto 1.

Mourinho, con el partido controlado, se decide a hacer cambios en el once. Granero entra por Di María en el minuto 68 y Kaká hace lo propio por Özil en el 74 de juego. Los blancos son amos y señores del partido ante un Atlético impotente y sin respuesta ofensiva para hacer daño al Real Madrid. El partido muere entre vanos intentos colchoneros de acercarse a Casillas y alguna que otra arrancada explosiva de Cristiano Ronaldo buscando el 0-2 en el marcador. La nota negativa la pone la lesión de Khedira, que se marcha en el 82 ocupando su lugar Gago. Una última jugada de Kaká puede acabar con un gol de Cristiano, pero Filipe lo evita en última instancia. Así se llega al final.

El Real Madrid se vuelve a meter en una semifinal de Copa cinco temporadas después y jugará ante el Sevilla en una eliminatoria que se presenta apasionante.

Contento de que sus padres permanezcan a su lado en este momento tan difícil Gonzalo Higuaín vuelve a casa tras una semana en Chicago donde han llevado a cabo su operación.  Tras varios días sin ver a sus compañeros aprovecha el día para comer con algunos de ellos.

Tras la comida decide, junto a Mesut Özil, visitar a su amigo Sergio Ramos.

Al llegar a casa de su compañero Sergio Ramos le abre la puerta la pequeña Paris siendo observada por Alicia desde la puerta de la cocina.

-          Siempre comiendo – bromea Gonzalo.
-         Esta vez no son guarrerias – le enseña un plato lleno de rodajas de naranja-. Por fin vuelves a España – le da una rodaja a Paris - ¿Qué tal tu espalda?
-          De momento sigue en su sitio – ríe.
-          No pierdes el humor – sonríe Alicia.
-          ¿Y Sergio?
-         Dentro – indica la cocina con la cabeza-. Me alegro de verte sonreír – le da un abrazo y un beso en la mejilla.
-         Gracias por venir a la comida– le reprocha a Sergio a la vez que le quita a Alicia un par de trozos de naranja.
-          Coge lo que quieras Gonzalo estás en tu casa – ironiza Alicia.
-          Lo sé.
-          Y encima a pares - mira el plato tras mirar a Mesut.
-          Claro, como los goles.
-          ¿No tenéis planes verdad? – dice Mesut mirando a Alicia-, Pipita ha vuelto.
-          ¿Cuánto mal nos vas a dar hoy? – pregunta Alicia todavía desde la puerta.
-          Tranquila, ya lo ha dado en la comida – dice Mesut sentándose junto a Gonzalo.
-          Pues espero que no os escuche desde arriba. Voy a seguir estudiando – le da un beso en la mejilla a Sergio-. Vigilad a Paris por favor.
-          ¿Nos dejas a Paris? – preguntan a la vez.
-          Sí – dice saliendo de la cocina.

Sin que ninguno de los tres se dé cuenta desde una esquina del salón Alicia los observa pircarse entre ellos. Cuando Paris divisa a su tía apoyada en el umbral de la puerta comiendo golosinas deja de colorear y se acerca a ella. Con cuidado de no distraerlos de la partida se sientan en el sofá para verlos jugar.

Con comentarios reales de un aficionado cuando ve una carrera de fórmula 1 Alicia y la pequeña Paris se ríen de lo mal que juegan.

-          ¿De qué os reis pendejas? – curiosea Gonzalo mirándolas.
-          De ti – admite Paris escondiéndose detrás de Özil.
-          Deja de comer – le pide Sergio a Alicia quitándole la bolsa de gominolas.
-     ¡Devuélvemela! – le ordena Alicia intentando coger la bolsa de nuevo-. Es lo primero que como desde que han venido ellos – señala a los invitados sin quitar la vista de Sergio.
-          No mientas – dice Gonzalo – por lo menos has pasado cinco veces a la cocina.
-          Ali te lo digo en serio. Como sigas comiendo porquerías te sentaran mal.

 Alicia hace caso a su novio y se pone a colorear junto a Paris mientras Sergio, Mesut y Gonzalo continúan jugando. Cansada de escucharlos gritar decide, a pesar del frío, salir al jardín. La tranquilidad que se respira le devuelve la paz que los exámenes le quita.

Al divisar  a su novia en el jardín jugando con Paris  a la pelota, Sergio, sale con los abrigos en la mano.

-       Aunque estéis poco rato hace frío – le da un beso en la mejilla después de darle su chaqueta-. Paris ven.
-          ¿Todavía siguen jugando? – observa como Sergio le coloca el abrigo a Paris.
-          Sí.


Cuando los chicos deciden dejar de jugar y la calma vuelve a reinar en la casa, con unos refrescos y unas bolsas de patatas que Paris ayuda a sacar,  Alicia se sienta junto a Sergio y se pone a conversar con ellos.

-          ¿Cuándo vuelves a entrenar? – le pregunta Alicia a Gonzalo.
-          Mañana empiezo a prepararme, en un mes estaré con los chicos.
-          Un mes…- se queda pensativa.
-          Que estará pasando por esa cabeza – la mira Gonzalo con miedo.
-          A saber – la observa también Özil.
-      Si te hubieras operado cuando te lo dijeron por primera vez ahora estarías empezando a entrenar normal.
-          Es cierto – dice Mesut volviendo la cabeza hacia el argentino.
-          Lo sé, pero tenía la esperanza de evitar el quirófano.
-          Más vale tarde que nunca – dice Sergio-. Lo importante es que todo ha salido bien.
-          Gracias amigo.
-          Sabes que no te lo digo de malas.
-          Lo sé – le da un abrazo.

-          Gonzalo – lo nombra Paris acercándose a él para darle un beso en la mejilla.

-          Qué amor de niña, aunque sea culé – la abraza y la sienta en sus rodillas.
-          ¿Quién te ha llamado y quién no? – curiosea Sergio.
-          Han sido tantos que ya ni me acuerdo.
-         La pregunta es: ¿quién no te ha llamado que querías que te llamara y quién te ha llamado que no esperabas que te llamara?
-         Se nota que estudias periodismo – dice Mesut.
-          Nayelin y Male – contesta Gonzalo serio.
-         Muy bien – coge una manta y se arrima a Sergio-. Respuesta corta y clara.
-         ¿Por qué esa cara?
-         Por nada – apoya la cabeza en el hombro de Sergio que la rodea con su rusto brazo.
-         Ali – la mira Gonzalo-, dispara esa pregunta que tienes en la punta de la lengua.
-         Ojo no le digas eso que le sale la vena periodística – dice Sergio con humor.
-         Que pregunte, que pregunte – pide Mesut.
-         ¿Te arrepientes de haberle hecho a Male lo que le hiciste?
-         Me alegre de su llamada, después de tanto tiempo sin hablar me esperaba que no lo hiciera.
-         ¿Pero? – continua Alicia preguntando.
-         No hablamos, solo dijimos dos frases cortas cada uno.
-         ¿Cuáles fueron? – pregunta Mesut.
-         Eso da igual, me quedo con una frase que me dijo.
-         ¿Y cuál fue? – insiste Mesut.
-          Pronto volverás a darle guerra a los defensas.
-         Seguro que te saco la sonrisa que Nayelin no te saco.
-         Ali no pinches – le pide Sergio.
-         No pincho, es la verdad.
-         ¿Cómo lo sabes? ¿Hablas con Male?
-         No – mira a Gonzalo.
-         Tú cara dice que sí.
-         Sí habla con ella – confiesa Sergio.
-         ¡Oye! ¡Serás! – protesta Alicia mirando al padre de su hijo.
-         ¿Le va todo bien? – se interesa Gonzalo por su ex pareja.
-         No sé mucho.
-         Dile lo que sabes – insiste Sergio.
-         Ha conocido a alguien, a que sí.
-         Sí – lo mira-. Sé llama Tomás y quiere conocerlo antes de empezar algo serio hasta que le demuestre que le quiere de verdad.
-         Yo la quería.
-         Sí, pero no se lo demostraste y no quiere que le pase lo mismo.
-         ¿Le conoces?
-         No, solo se lo que me cuenta.
-         ¿La cuida?
-         Sí, está muy contenta.
-         Si ella es feliz yo también – sonríe Gonzalo apenado.
-         ¿Tú qué vas a hacer? – pregunta Sergio.
-         Lo primero pensar en recuperarme, y lo que pase en otros asuntos que pase.
-         Esa es la actitud.
-         Y bueno, cambiando de tema – mira a Mesut Özil-. ¿Has hablado ya con Soledad? ¿Le respondiste?
-         Pipita, nuevo periodista de la prensa rosa – bromea Alicia.
-         No me atrevo a verla.
-         ¿Qué te dijo pues? – pregunta Sergio.
-         Estoy rodeada de marujos.
-         Calla, que conteste – le pide Sergio.
-         Que lo ama – dice Gonzalo-. Pero hace más de un mes.
-         ¡¿Qué?!¿No le has dicho nada? ¿Has huido? – se incorpora Alicia - Yo te mataría – vuelve a apoyarse en el respaldo del sofá acomodándose entre el brazo de Sergio.
-         No es por eso por lo que no quiero verla. Yo estaría con ella, lo intentaría pero no puedo.
-         ¿Quién te lo impide? – pregunta Alicia.
-         Tú familia – prueba Gonzalo.
-         Más o menos.
-         Explícate tío – le pide Sergio al alemán.
-         No saben de ella, pero no sé cómo decirle que me tengo que casar con Eylem.
-         ¿Pero eso no estaba ya hablado? – pregunta Gonzalo.
-         Sí, pero ha surgido algo.

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