115. Aventuras.
Alicia no quiere desvelar ningún detalle hasta estar segura de la verdad. A Sergio no le gusta la idea de que Alicia vaya sola por la ciudad investigando quién sabe qué y sus locuras, así que aprovecha que su amigo Gonzalo no es convocado para pedirle que la acompañe. El delantero argentino, sin ningún inconveniente, acepta.
Sergio y Mesut suben al coche del central y ponen rumbo al Santiago Bernabéu. Por su parte. Gonzalo y Alicia suben al coche del delantero rumbo a casa de la estudiante para revisar y poder poner en práctica todo lo que la, improvisada, detective tiene en mente así como poner al día a su nuevo confidente.
- ¿Cómo sabes que va a estar acá?
- Armas de mujer – le guiña un ojo.
- Yo iría con vos pero no puedo entrar, si me sacan una foto me hacen polvo.
- Entro sola, no te preocupes. No creo que me cueste mucho, o eso espero.
- Si hay novedades acá fuera te aviso.
Entre el humo artificial, las luces de neón y la música Alicia se adentra entre la multitud buscando reseñas que la acerquen hasta su objetivo.
El tiempo pasa y su objetivo no llega. Alicia se desespera y Gonzalo, a través del teléfono, también. Cuando la chica se dispone a salir, por culpa de la insistencia del chico, su objetivo entra por la puerta. De frente y agarrada de la mano de un varón.
Con la mirada la observa. Con un mensaje tranquilizador a su amigo. Y se adentra de nuevo entre la muchedumbre sin perder de vista a Eylem.
Cuando el chico que la acompañaba se aleja de ella no duda ni un solo segundo en saludar cariñosamente a otro chico. Y otro. Y otro. Y otro. Y así sucesivamente hasta que se pierde al subir unas escaleras que llevan a la zona VIP.
Con disimulo varios de los chicos a los que Eylem, afectivamente, a saludado entran uno tras otro a la misma sala a la que la futura esposa de Mesut a entrado.
Aturullada por el humo, la música, los empujones y la información que acaba de entrar por sus retinas decide salir de ese lugar.
Gonzalo más nervioso que el día de su operación observa desde el coche la entrada de la discoteca esperando a que Alicia salga. Preocupado por su tardanza se camufla con una bufanda y un gorro y sale del coche en busca de su amiga.
Al filo de la entrada de la discoteca el número 20 del Real Madrid divisa a Alicia. Aturdida se apoya en la pared para poder respirar el aire puro que dentro no encontraba. Gonzalo, rápidamente, acude para ayudarla y llevarla hasta el coche.
Él conduce por las calles de Madrid hasta conseguir salir de esa zona de marcha. Una vez lejos del ajetreo Gonzalo está dispuesto a llevar a Alicia al hospital más cercano.
- Para el coche – pide Alicia.
- Tenés que ir al hospital, estas descompuesta.
- Gonzalo para el coche o conocerás de primera mano el carácter de una embarazada – le
amenaza.
- Si no me dejas llevarte al hospital déjame decírselo a Sergio – aparca el coche en el primer sitio que encuentra.
- Gonzalo no es nada – intenta salir del paso.
- No me digas que no es nada, tú no te viste.
- Gonzalo, déjalo ya. Lo único que importa ahora es que la tía esa es una puta puta.
- No, lo que importa sos vos y tu salud. Espera, ¿qué dijiste? Eso no tiene sentido – la mira
sorprendido.
- ¿Conoces mi una puta mentirosa?, pues Eylem es una puta puta.
- Sigo sin entenderte, explícame.
- ¡Está engañando a Mesut! A saber de quién es el hijo. Si no se ha dado el filete con media discoteca no se lo ha dado con nadie.
- Sabía que no es de fiar.
- Hay que averiguar que trama.
- Lo averiguaremos pero será más fácil si Mesut sabe.
- No, no hay que decirle nada. Será peor.
Alicia no tiene clases por la tarde y la quiere aprovechar para estar con Gonzalo y descubrir más información. Antes de adentrarse en más aventuras come con su hermana. Algo serio tiene que decirle y no quiere aplazarle la charla más veces.
No tiene prisa así que acompaña a sus amigas, Macarena y Nicole, a la hora de la comida antes de que embarquen otra tarde llena de clases.
- ¿Con quién comes pues? – pregunta Macarena.
- Con mi hermana.
- ¿Y hasta la hora del partido que vas a hacer? – pregunta Nicole.
- He quedado con Gonzalo.
- Ayer también estuviste con él – cuestiona Macarena-, ¿Sergio lo sabe?
- Claro que lo sabe, por él paso ahora tanto tiempo con Gonzalo.
- ¿Qué tramáis? – interroga Nicole-. Ángel dice que últimamente Sergio, Gonzalo y Mesut están muy misteriosos.
- No sé nada de lo que pase en los entrenamientos y concentraciones.
- Estéis en lo que estéis metidos ten cuidado – le advierte Macarena señalándole.
- Otra igual. Por eso mismo hago lo que hago con Gonza, porque Sergio se lo pidió.
- Con lo vago que es no sé si él es el más indicado para cuidarte.
- Que estoy bien con él – sonríe-. Bueno- mira el reloj-, os dejo terminar de comer que me espera mi hermana. Nos vemos en la puerta del Berna.
Tras un mes viéndose poco o casi nada Alicia y su hermana Vanesa por fin encuentran un tiempo para compartir. En una cafetería del centro de la capital de España Ness espera junto a su hija Paris la llegada de Alicia.
Vanesa prefiere tocar otros temas y dejar el motivo de la comida para los postres.
- Buenos, me cuentas lo sumamente importante o esperamos otro mes – se impacienta Alicia.
- Es delicado.
- Aquí no nos escucha nadie – mira a su alrededor.
- Estas navidades hemos estado en Barcelona con Gerard.
- Creía que no querías saber nada de él.
- Y yo, pero antes de Navidad estuvimos hablando.
- ¿De eso eran los viajes? Pensaba que eran por trabajo.
- Y lo eran. Uno de los viajes era a Barcelona y me enteré allí que era para su sesión de fotos.
- ¿Paris sabe que es su padre?
- Sí. Nos vamos a vivir con él.
- ¿No es muy precipitado?
- Si pasamos juntos Navidad es porque estaba segura. Sé que no te cae bien por el hecho de que es del Barça.
- No es que me caiga mal porque es del Barcelona – interrumpe Alicia a su hermana- sino por lo que te hizo.
- Eso es pasado. Cuando me contaste como te suplicaba en el hotel y lo que me conto Sergio me puse en contacto con él.
- A pesar de nuestros más y nuestros menos siempre nos hemos apoyado la una a la otra y en está ocasión no va a ser menos. Si tú estás feliz todo está bien – sonríe.
- Y ahora vete – observa el teléfono de Alicia que no deja de sonar-. No sé qué tramas con Gonzalo pero no le hagas esperar – sonríe – Ya pago yo.
- En casa te doy mi parte.
Alicia le da un fuerte abrazo a su hermana, un beso a su sobrina y sale del restaurante italiano enviándole un mensaje a Gonzalo.
Como si de su casa se tratase un Gonzalo como Pedro por su casa y una Alicia tímida llegan a casa del turco-alemán. Sentados en el sofá junto al amigo y el hermano de Mesut charlan y comparten minutos jugando a la consola.
- ¿Y Eylem? – pregunta Alicia.
- Estará arriba maquillándose – dice Ümit.
- ¿Puedo subir?
- Claro, tú como en tu casa.
Cuando Alicia pasa por su lado el delantero le aprieta la mano comunicándole el miedo que le da su plan y a la vez trasmitiéndole toda su energía.
Al subir al piso de arriba dispuesta a llamar a la puerta escucha hablar a Eylem en un idioma familiar pero que no entiende. De todos los presentes en la casa hay una persona que sabe el idioma y también cree que la futura esposa trama algo.
Mutlu y Gonzalo se quedan paralizados al ver como Alicia, casi arrancándole el brazo, se lleva a Ümit escaleras arriba de un tirón. No produce palabra hasta que ambos se encuentran frente a la puerta de la habitación en la que Eylem se encuentra.
- Traduce – pide Alicia.
Sin pronunciar vocablo Ümit escucha atentamente lo que Eylem dice. No le gusta lo que escucha y solo balbucea.
- Grábalo, luego te traduzco – dice en alemán.
Un silencio invade la habitación. Ante tanto silencio Alicia y Ümit no saben cómo reaccionar. Solo se miran esperando a que el otro haga algo. Sus corazones comienzan a latir con su pulso normal al escuchar el grifo de la ducha.
Antes de que la chica turca salga y pueda descubrirlos tras la puerta Ümit coge a Alicia de la mano y se la lleva al pequeño despacho donde Mesut guarda todos los trofeos conseguidos y camisetas que ha intercambiado con otros profesionales del terreno.
Con bolígrafo en mano Ümit le escribe en alemán en un folio lo que ha escuchado tras la puerta. De vuelta en el salón Ümit continúa jugando a la consola con Mutlu y Gonzalo y Alicia se sienta junto a su cómplice a observarlos. Como si nada hubiera pasado. Como si la bella joven no se hubiera llevado de un tirón al mejor amigo de Mesut.
Al cabo de una hora de Eylem contándole historias a Alicia, mientras los chicos continúan jugando, la novia de Sergio Ramos decide irse.
- Me tengo que ir – se levanta para despedirse.
- ¿No vienes al partido? – pregunta Ümit.
- Sí pero he quedado con mis amigas para ir – sonríe.
- Pensaba que ibas a tu casa a cambiarte – dice Eylem.
- ¿Cambiarme para qué? – la mira.
- Para que va a ser, para ir al fútbol.
- Así voy bien – se mira a si misma de arriba abajo.
- Con ese jersey y esas botas no se va al palco de un estadio de fútbol.
- ¿Cómo tengo que ir con un cinturón y unos taconazos como tú? No gracias, de toda la vida de dios he ido así a un campo de fútbol. Y no me pongo la camiseta del Real Madrid porque no me apetece ir a casa a por ella – le guiña un ojo.
- Nos vemos allí – le da un beso en la mejilla Gonzalo.
Gran capítulo! Enhorabuena ^^
ResponderEliminarMenuda zorra es Eylem... ¬¬
Y me encanta el momento Ümit-Alicia! xD
Con ganas de leer el siguiente!!!! :D