jueves, 19 de abril de 2012

FIC XCVII


 97. Mi familia tengo que elegirla yo.

A la salida de las clases Alicia se dirige a la cafetería de la calle de atrás de la universidad donde la esperan Nicole y Macarena.
En el momento en el que esta recogiendo sus cosas se siente observada por 2 de sus compañeros y justo antes de salir de clase Laura y Juan la detienen.

-   ¿Te vienes a tomar un café? – pregunta Laura.
-   Lo siento no puedo me están esperando.
-   Tus dos nuevas amiguitas – la mira con rabia Laura.
-   No tengo por qué darte explicaciones pero sí.
-   Desde que los conociste solo vas con los de la otra clase – dice Juan.
-   Los de la otra clase no me han dejado de hablar por influencias de nadie.
-   Llevamos casi 3 años yendo juntos – insiste Juan.
-   Yo no fui la que os dejo tirados y si me disculpáis tengo que irme.

El camino a la salida del campus es largo y el mundo es un pañuelo. La persona que menos te esperas encontrarte te la encuentras.

-   Hola – la para Omar.
-   Omar – dice con una sonrisa partida y un abrazo.
-   No pensé que me saludarías así.
-   ¿Por qué no iba a saludarte?
-   Me evitas.
-   No te evito.
-   La entrevista – la mira expectante.
-   Me tocó otro deporte.
-   Sé que podíais elegir y que el rugby te gusta más que el voleibol.
-   ¿Me espías?
-   Le pregunte a una chica de tu clase, pero no te bajes de la rama.
-   No es que te evite es que me da vergüenza volver a verte. Me llevaste al hospital y en el campo estábamos hablando y prácticamente te dejé colgado.
-   ¿Sólo es eso? Uff… – suspira – que peso me quitas.
-   ¿Cómo? – lo mira.
-   Pensé que te había caído mal o que no te dejaban acercarte a mí.
-   ¿Quién no me va a dejar?
-   El futbolista ese que llegó cuando estábamos hablando.
-   ¿Mesut? - sonríe – sólo somos amigos.
-   Bueno os vi y pensé que era el causante de que estuvieras medio llorando y comiendo tanto helado.
-   No, no fue por su culpa. Él me estaba ayudando.
-   ¿Tienes problemas? – pregunta preocupado.
-   No, ya no – sonríe mirando el móvil-. Gracias por preocuparte.
-   Si tienes prisa vete – mira las manos de Alicia.
-   No te preocupes, que esperen.
-   Con que si que engañas a Sergio – dice un chico al pasar por al lado de Omar y Alicia.
-   Alberto – reconoce la voz-, cambia el discurso que ya rayas – lo mira con los ojos en blanco.
-   Vámonos – le pide Omar pasando el brazo por encima de los hombros de Alicia.

Conversando, Omar acompaña a Alicia a la salida de la universidad, se dan los números de teléfono, un abrazo y quedan en llamarse.

-   Lo siento – dice Alicia conforme se acerca a Macarena, apoyada en la puerta del bar-, me han distraído.
-   Nic esta dentro – la contesta Macarena sin moverse.
-   Fumar mata chata – la saluda con un beso en la mejilla.
-   De algo hay que morir – dice mirando a la acera de enfrente-. Ahora entro – gira la cabeza para mirar a su amiga entrar al bar.

A pesar de la mirada perdida Macarena reconoce a un grupo de chicos los cuales entran a la cafetería de la acera de enfrente. De dos caladas se termina el cigarrillo y entra.

-   Que pálida estas – dice Alicia cuando Macarena se sienta.
-   ¿Estás bien? – pregunta Nicole.
-   Sí – mira de reojo por la cristalera.

El rato que pasan en la cafetería es agradable, divertido y un poco escandaloso. Como siempre que se juntan las tres.

La cosa cambia cuando una misteriosa Nicole abandona la cafetería dejando a Alicia y Nicole solas.

-   Como se nota cuando no esta Nic – dice Alicia.
-   Sí – dice Macarena sin saber muy bien a que contesta.
-   Pues me dicen por el pinganillo que mañana cae un meteorito en la universidad.
-   Sí – vuelve a contestar con la misma actitud.
-   Madre mía, como estamos – dice Alicia en voz baja a la vez que mueve la cabeza en negación.
-   ¿Qué? ¿Un meteorito? ¿Dónde? ¡Cuando! – sale Macarena de su mundo.
-   ¿Ya estás en la Tierra? – La mira.
-   Tú y tu ironía – la mira con los ojos en blanco.
-   ¿Qué te pasa que llevas unos días muy rara?
-   No me pasa nada, estoy bien – le dice con una sonrisa partida.
-   ¿Segura?
-   Que sí, no te preocupes que estoy bien – no deja de sonreír ni un solo minuto-. ¿Quieres que te lleve a casa?
-   Viene Sergio pero gracias – le devuelve la sonrisa.
-   ¿Y va a tardar mucho? – mira el reloj.
-   No creo pero si quieres vete ya. No pasa nada.
-   No tengo nada que hacer.

Se cuentan cosas que les sucedieron antes de conocerse, hablan del presente y de donde creen que estarán en el futuro. Llega Sergio y tomando un café y como 3 madridistas mas hablan sobre el nefasto partido y la rueda de prensa de Sergio. Al terminar la agradable conversación acompañan a Macarena a su coche, sin tener fortuna.

-   ¡Sergio, Ali! – grita alguien desde la acera de enfrente.
-   Si son Alvarito y los chicos – sonríe Alicia.
-   Vamos a saludarles.
-   Yo me voy – dice Macarena.
-   Tú te vienes – la agarra Alicia de la mano-, y te los presentamos.
-   Que no, de verdad – insiste Macarena.
-   Has dicho que no tienes nada que hacer así que chitón.

Con mala cara y sin rechistar Macarena saluda a todos los chicos que Sergio le presenta, aunque sabe quién es quién no dice nada.

-   No sabia que veníais por esta zona – dice Sergio intentando mirar a los cinco.
-   Sólo hemos venido a por Jesé para ir al entreno – dice Juan Carlos.
-   ¿Vives por aquí? – Mira Alicia a Jesé.
-   Voy a la uni de aquí – le echa un vistazo a Macarena después de mirar a Alicia.
-   ¿Enserio? – Dice Sergio – ya tengo quien me la vigile – le da un abrazo a Alicia.
-   Vosotros sois quien me lo tenéis que vigilar – sonríe Alicia a la vez que pasa los brazos por la cintura de Sergio.
-   Tranquilo que lo haremos – dice Morata.
-   Ojo que subes mucho con nosotros – amenaza Sergio de broma señalándole con el dedo.
-   Tengo que irme – mira Macarena a Alicia – además llamáis mucho la atención. Encantada de conoceros – los mira a los cinco terminando por Jesé.
-   Adiós, igualmente – dicen los cuatro canteranos a la vez.
-   Espera – dice Alicia yendo tras ella.
-   Lo siento Ali, pero tengo que irme – camina a la vez que se enciende un cigarrillo.
-   Maca – la frena de un tirón en el brazo.
-   Sabes que no me gusta que me llamen así – la mira fijamente.
-   Lo sé, pero he conseguido lo que quería que te pares y me mires.
-  ¿Qué quieres?
-   ¿Qué es lo que te pasa con uno de los canteranos?
-   Estas de coña, ¿no? – se ríe.
-   ¿Tengo cara de estar bromeando? – dice muy seria y cruzada de brazos.
-   No los conozco, me los acabáis de presentar – gira la cabeza hacia el grupo de los canteranos, algunas chicas y Sergio, que al ver los ojos de ambas clavados en ellos dejan de mirarlas.
-   Hay uno que no, que ya le conocías – vuelve a mirar a Macarena-, y sé quien es.

Macarena suspira y dice.

-   ¿Qué estudias psicología o periodismo?
-   Qué es lo que pasa.
-   Ahora prefiero no hablar – mira de reojo a Jesé.
-   Mañana antes de las clases hablamos – le da un abrazo.
-   No tengo – empieza a saltar con una sonrisa de oreja a oreja.
-   Jodo maña que rápido cambias de opinión.
-   No soy maña.
-   Lo sé y qué – la vacila en tono de broma.
-   Cuando acabes las clases llámame.
-   Adiós petarda.

Macarena continúa su camino hacia el coche y Alicia vuelve con Sergio para despedirse de los canteranos, a continuación van a la casa del centro de la ciudad donde Paris los espera con bandera, bufanda y equipación del Barcelona para burlarse de ellos.

-   ¡Cuidado! – la coge Sergio a corderetas - ¡que nos infectamos! – le hace el avión por todo el salón.
-   Sergio bájala que acaba de cenar – dice Vanesa.
-   Hola enana – dice Alicia dándole un beso.
-   ¿Me das uno a mí? – le pide Sergio agachándose a su altura.
-   Lo sento – dice Paris dándole un beso en la mejilla - ¡Vica Barça!
-   La madre que la echó – dice levantándose.
-   Que palizón – dice Vanesa riéndose.
-   Venga va, ya vale – pide Alicia sentándose en el sofá.
-   Dormís aquí? – los mira Vanesa.

Sergio y Alicia se miran y contestan que sí. Tras cenar los 3 y ver un poco la televisión Vanesa se mete a su habitación y Sergio y Alicia a la suya.


Después de pasar toda la tarde y cenar con su hermano, su amigo y algunos compañeros del equipo Mesut Özil llega a casa volviéndose a encontrar la escena que días atrás se encontró y no le agradó.

Quiere dejar de lado todas las movidas en las que su padre quiere meterle así que pasa por la cocina a coger una botella de agua y se sube a su habitación.

Tumbado en la cama escuchando música a través de los audífonos deja pasar el tiempo hasta que los ojos se le cierren solos y suene el despertador para comenzar un día nuevo.

-   Baja a saludar – entra Mustafa interrumpiendo los pensamientos de su hijo.
-   Papá – se quita el casco derecho – por si no te has dado cuenta estoy durmiendo – dice mirándolo pero sin inmutarse.
-   Con música no se duerme, baja saluda y dinos tu respuesta.
-   No os voy a dar ninguna respuesta, si Eylem quiere quedarse en Madrid que se busque algo.
-   Sois novios y tenéis que estar juntos.
-   No somos novios y sé perfectamente que queréis que se quede aquí para tenerme controlado.
-   Solo te estoy ayudando a sentar la cabeza y formes una familia.
-   Mi familia tengo que elegirla yo.

Al terminar la frase Mesut se levanta de la cama, coge una chaqueta de chándal de encima del sofá que tiene en la habitación y pone rumbo escaleras abajo.

Da unas vueltas por el jardín junto a su fiel amigo Rocky y se sienta en una de las tumbonas que tiene al fondo del jardín.

Desde ahí puede ver las siluetas que se ven a través de las cortinas.

Sabe que es de mala educación no pasar por el salón a saludar pero se siente muy presionado por su padre. Mustafa quiere que Mesut sea de una forma de la cual no quiere ser.

Es joven y si la chica a la cual quiere de verdad lo quisiera de la misma manera no le costaría ningún sacrificio formar una familia pero no es el caso y como no es el caso a sus 22 años quiere disfrutar a tope de la vida que posee ahora.

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