107. Todo tiene su lado positivo
Alicia está
saliendo de clase con el planning de su nuevo horario en la mano. De camino al
otro lado de la universidad Juan la frena.
-
¿Vas
a hacer el examen el viernes?
-
¿El
de mañana? Claro. ¿Por qué no iba a hacerlo?
-
Como
te vas a Barcelona.
-
Sí,
pero viajamos por la tarde.
-
Mucha
suerte en Barcelona – sonríe Juan.
-
Gracias
– lo observa alejarse.
A pesar de que
comparten muchas horas a la semana ya no sabe de él, lo único que sabe es que
desde hace unos días ya no va con los que eran sus amigos. Al termino de las
clases todos excepto Alicia que con Sergio que pasa a recogerla se marcha a
casa. Sergio quiere ir a la suya de La Moraleja después de ir a tomar algo y
cenar en un restaurante pero lo único que quiere Alicia es ir a casa a
estudiar, repasar el trabajo para la exposición y descansar para el día tan
largo que tiene el día siguiente. Sergio cansado de que su novia solo piense en
sus estudios y que en la tele solo haya los dibujos que Paris quiere ver decide
llamar a su amigo Gonzalo para salir a cenar.
Mesut está en su
casa preparándose para salir a cenar con algunos compañeros de equipo. Su padre
lo impide. «Voy yendo» le dice Sami a Mesut.
-
He
quedado con mis amigos, date prisa – dice Mesut mirando a su padre.
-
No
vas a ir.
-
¿Quién
me lo impide?
-
Yo.
-
Mira
papá, te guste o no voy a hacer lo que quiera.
-
Como
salgas por esa puerta… - le amenaza.
-
¿Qué?
¿Me vas a echar de mi casa? – lo mira-. Ojo no te eche yo a ti.
-
Mesut…
- aparece Eylem por la puerta del salón-. Solo quería quedar contigo.
-
Habérmelo
dicho, no tenias porque hacer que mi padre me obligue.
-
¿Vamos?
-
Si
me lo hubieras dicho antes si ahora ya no puedo. He quedado con amigos para ir
a cenar.
-
Por
favor – suplica Eylem en español-, necesito hablar contigo.
-
¿Es
urgente? – contesta en español mirándola.
-
Si
– afirma con la cabeza.
-
¿Qué
habláis en español? – pregunta Mustafa enfadado.
-
Nada
– dice Mesut en turco mirando a su padre-. Solo vamos dos o tres y van si
novias, puedes quedarte aquí mientras. No tardare mucho, hora y media más o
menos – mira a Eylem.
Mesut llega al
restaurante en el que Sami y Gonzalo le esperan junto a Sergio Ramos.
-
¡Aiba!
- dice Mesut sorprendido mirando a Sergio-. ¿Qué haces aquí?
-
Alicia
está estudiando y haciendo cosas del viaje y no estaba por la labor de hacer
mucho así que para estar tumbado en el sofá he llamado a Gonzalo.
Gonzalo, Sami,
Sergio y Mesut pasan una agradable cena. Chistes y risas son lo que predomina
durante la velada. Cuando Sergio llega a casa de Alicia se encuentra todas las
luces apagadas, solo una raya de luz proveniente de la habitación de Alicia.
Sabe que todavía está estudiando o trabajando en sus proyectos y eso no le
gusta. Al entrar le pide que se acueste pero ella no le hace caso.
-
No
es porque me moleste que estés con la luz encendida es por ti, por vosotros –
posa sus manos sobre los hombros de Alicia.
-
Sergio
necesito terminar esto antes de estar en Barcelona.
-
¿Y
si no llegas a la final? – coge las fotografías de encima de la mesa-. Que muy
mal tienen que estarlo para no hacerte finalista.
-
Pues
mala suerte y me joderé por perder una noche de sueño.
-
¿Solo
has estado con el trabajo? Deberías de estudiar si te vas a quedar despierta.
-
Ya
he estudiado. Déjame terminar esto por favor – lo mira.
Sergio le da un
beso en la cabeza, se cambia y tumbado en la cama la observa trabajar. Su amigo
Mesut tampoco sabe que al llegar a casa no le espera lo que se espera. Al
entrar a su casa su padre le increpa y le exige una explicación del porqué ha
tardado tanto en volver, Mesut sin darle explicaciones va directo en busca de
Eylem que en la tumbona del jardín escucha música.
-
Siento
haber tardado – se disculpa Mesut a la vez que se sienta en la tumbona de al
lado.
-
Tampoco
has tardado mucho – sonríe Eylem.
-
¿Vamos
a mi habitación para hablar tranquilos?
-
¿Y
tu padre?
-
Duerme
en la otra punta de la casa – se levanta-. No creo que nos escuche.
-
Aquí
vive mucha gente.
-
Demasiada
– sonríe Mesut.
Ambos suben a la
habitación y Mesut con un «siéntate» señalando la cama va directo al baño.
Cinco minutos después sale cambiado de ropa.
-
Tú
dirás – dice sentándose en el sofá blanco que tiene en su habitación.
-
Esto
no es fácil de decir – lo mira.
-
Dime
lo que sea.
-
Lo
nuestro no va a ninguna parte.
-
Tampoco
hemos puesto ganas en conocernos.
-
Ese
es el problema.
-
Eh,
¿cómo? – dice Mesut atónito.
-
No,
no me entiendas mal. Lo que pasa es que como lo nuestro no avanza mis padres
van a elegir a un chico para que el mes que viene me case con él.
-
¿Se
han olvidado del trato? – pregunta Mesut entusiasmado-. ¡Genial! – añade
sonriendo y levantando el puño en señal de victoria.
-
Genial
para ti - dice Eylem entristecida.
-
Diles
que no te quieres casar y punto – se
levanta para ir al baño a por el móvil que está sonando.
-
No
me hacen caso ni me pregunta que es lo que quiero, por eso…
-
Está
bien que me cuentes que ya no nos casamos ni nada porque también me incumbe –
interrumpe Mesut acercándose a la cama-, pero – tira el móvil encima de la
cama-, ¿dónde entro yo ahora? – se sienta junto a Eylem.
-
Eres
mi única esperanza por eso he acudido a ti – se gira para mirarlo.
-
Dime.
-
Por
favor aunque no lleguemos a nada finjamos delante de nuestros padres. No
soportaría casarme con alguien que no conozco, por lo menos a ti te conozco desde
que éramos pequeños. Me da igual estar siempre sola, solo necesito una cuartada
y tú eres…
-
Vale.
-
Por
favor.
-
Vale
sí.
-
¿Has
dicho si? – sonríe Eylem.
-
Si
– le devuelve la sonrisa.
-
Muchas
gracias de verdad.
-
Así
nos ayudamos mutuamente. Tú te libras de tus padres y yo del mío.
-
Y
de casarme – añade Eylem sin quitar la sonrisa de su cara.
-
Y
de casarte – repite Mesut con otra gran sonrisa-. Si quieres mañana hacemos
aquí una cena y les demostramos que estamos juntos.
-
¿Qué
podemos hacer para que nos crean?
-
Podemos
pasar el día juntos – dice Mesut.
-
Muchas
gracias – sonríe Eylem-. ¿Puedo darte un abrazo? - Pregunta.
-
Si
– sonríe Mesut acercándose a ella para abrazarla.
-
Nunca
olvidare lo que estás haciendo por mi – le dice al oído mientras lo abraza.
-
Si
quieres puedes dormir aquí, la cama es grande – dice Mesut de sopetón sin dejar
de abrazar a Eylem.
-
¿Seguro?
– dice Eylem dejando de abrazar a Mesut para mirarlo.
-
Es
tarde y así empezamos a convencer a mi padre. Si quieres claro.
-
Si
no molesto.
-
Claro
que no, te ofrecería una habitación pero no sé cuales están libres.
-
Pero
no sé, no tengo ropa… - dice seria.
-
Puedo
dejarte una camiseta – interrumpe Mesut-
-
Si
insistes – vuelve a sonreír Eylem-, y puedes contestar el teléfono que me da
igual.
-
No,
no, si no es nadie importante – dice Mesut volviendo la cara para mirar el
móvil que se ilumina.
Mesut le da una
camiseta a Eylem para que duerma algo cómoda, mientras ella se cambia él se
quita la camiseta que lleva puesta y se acuesta. Una vez Eylem está metida en
la cama y Mesut esta apunto de apagar la luz unos nudillos golpean contra la
puerta. «¿Hijo estáis bien? No he visto salir a Eylem.» Ambos
reaccionan volviendo la cara para mirarse.
-
Si
papá, no entres y vete a dormir – contesta Mesut sin quitar la vista de los
ojos de Eylem.
-
Pero
hijo – abre la puerta-, perdón – dice rápidamente al verlos metidos en la cama.
-
Te
he dicho que estábamos bien.
-
Eh
sí, lo siento. Hasta… hasta mañana – dice con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuando Mustafa cierra la puerta Eylem se tapa la boca con las
manos para evitar reírse. Pero no lo controla.
-
¿De qué te ríes? No tiene gracia – dice Mesut
serio.
-
Si la tiene – señala Eylem la boca de Mesut.
-
No, no la tiene – intenta aguantar la risa.
-
Se ha creído que…
-
Ni lo digas – dice Mesut sonriendo-. Qué
vergüenza – se tapa la cara con la manta.
-
Mírale el lado positivo.
-
Todo tiene su lado positivo – se quita la
manta de la cara para mirar a Eylem.
Recuerda que la fecha límite para que dé
finalizado el periodo de entrega del regalo que se le entregara a Mesut Özil
por su cumpleaños es el 2 de septiembre. Para ver las reglas haz click aquí.
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