108. Hay viajes que
no importan.
Alicia se levanta
temprano para terminar de preparar la maleta y todo lo que tiene que llevarse a
Barcelona. No quiere despertar a nadie, con cuidado para no hacer ruido se mete
en el baño para ducharse. Sergio al notar lo mismo que todas las mañana que se
acuesta junto a Alicia nota mira la hora y sale de la habitación en busca de
Alicia, escucha caer el sonido del agua y sin encender ninguna luz y sin llamar
a la puerta entra al baño.
-
Son
las 6:30 de la mañana vuelve a la cama – dice cerrando la puerta.
-
Quien
debería volver a la cama eres tu – dice Alicia mirándolo a través de la pequeña
raja de la puerta de la ducha.
-
Entre
que te acostaste tarde y que no has dejado de dar vueltas no has dormido nada.
-
No
podía dormir – lo observa acercarse a ella.
-
Fíjate
que no me había dado cuenta – dice con un tono irónico abriendo del todo la
puerta de la ducha.
-
Muy
gracioso – le sonríe.
-
Si
sabes sonreír – le coge la mano.
-
Te
voy a mojar – lo mira.
-
No
me gusta despertarme y no ver tu cara – le da un beso en la mano-. ¿Qué es lo
que te pasa? – tira del brazo de Alicia para acercarla a él-, hace varios días
que no sonríes – besa el brazo desnudo de Alicia.
-
¿Me
abrazas? – lo mira a los ojos.
-
No
tienes ni que preguntarlo – dice a la vez que pasa sus brazos por la cintura de
Alicia para abrazarla.
-
Estoy
cansada y no quiero ir a Barcelona – confiesa rodeando el cuello de Sergio con
los brazos.
-
Ojalá
pudiera ir contigo – le da un beso en el cuello-. Ya verás como todo saldrá bien.
-
No
quiero pasar otro fin de semana lejos de ti. Quería ir a Zaragoza y verte jugar
allí – apoya la cabeza en el hombro de Sergio.
-
Aun
así no me verías – apoya la cabeza en la de Alicia.
-
¿Cómo
que no? – lo mira.
-
El
míster me dijo ayer que no jugaría ante el Zaragoza.
-
¿Por
qué no?
-
Dejemos
de hablar de trabajos – besa el mojado cuello de Alicia-. No hables-, la calla deslizando
suavemente los dedos sobre su boca.
La directa mirada
de Sergio a los ojos de Alicia provoca en su cuerpo un sofocante ardor y una
sensación de deseo que solo él puede apagar. Con un largo silencio, casi como
en un sueño, Sergio entiende el significado que los ojos de Alicia le gritan.
Lentamente sube y
baja la palma de la mano por la desnuda espalda de Alicia delineando la curva
de sus caderas. Sin dejar de sentir los húmedos y fogosos labios de Alicia
sobre su cuello Sergio se desprende de sus ropas dejando que las sensibles
puntas de los senos de Alicia choquen con su amplio pecho.
Con la aceleración
de ambas respiraciones Alicia empujada por Sergio, a la vez que lo arrastra,
llega al tope de la fría pared de baldosas sin dejar
que sus manos se desplacen por la espalda de Alicia hasta cerrarse en sus
nalgas y levantarla. Con la piel caliente y resbaladiza por el agua que cae
sobre ellos se unen. Se unen en un solo cuerpo. Lo único que sujeta a Alicia
son sus manos aferradas en los hombros de Sergio y la tensión que ejerce sobre él más abajo.
En
casa de Mesut Özil es hora de despertarse y lo hace junto a Eylem, cuando
termina de ducharse la despierta y baja a desayunar para que se duche
tranquila. Mesut, Mustafa, Mutlu y Ümit están desayunando
tranquilos cuando Eylem aparece todos la miran pasmados. Mesut se levanta, le
da un beso en la mejilla y le cede su silla.
-
Buenos días - dice
Eylem a la vez que se sienta.
-
¿Zumo, café? – le ofrece
Mesut con una sonrisa.
-
Café gracias – le
mira Eylem sonriendo.
-
¿No os dais un beso
en la boca? – dice Mutlu.
-
Vale – dice Mesut
mirando a su hermano-, y papa hoy organizamos aquí una cena con sus padres.
-
¿Y por qué? –
pregunta Mustafa.
-
Queremos deciros
algo – contesta Mesut.
-
¿Tu novia no tiene
lengua? – pregunta Ümit riendo.
-
Muy gracioso –
contesta Eylem mirando a Ümit.
-
¿Y qué comida vas a
encargar? – vuelve a preguntar Ümit sin dejar de reírse.
-
Ninguna, cocino yo
– deja la taza encima de la mesa-. Si has terminado te llevo al hotel – mira a
Eylem.
-
Si, gracias – dice ella.
Eylem
pasa por el salón para coger el bolso, donde la noche anterior lo dejo y se
encamina al coche donde Mesut se encuentra metiendo sus cosas al maletero.
-
¿En serio vas a
cocinar? – dice Eylem sonriendo y mirando a Mesut una vez ya está dentro del
coche.
-
Si – le devuelve la
mirada y la sonrisa a la vez que arranca el coche.
Por
la ventana unos ojos los observan. Mustafa que no le convence la escena que
acaba de presenciar observa a dos jóvenes reírse.
-
Papá deja de mirarlos.
-
No me fío – dice sin
quitar la vista del coche de su hijo que desaparece por la entrada de la casa.
-
¿No nos has dicho
que los pillaste en la cama medio desnudos? Mesut no se mete en la cama con una
chica así porque si – insiste Mutlu.
Mustafa
sin estar convencido de las palabras de su hijo mayor y de la relación de su
hijo menor con Eylem se sienta para continuar con el desayuno.
Después
del examen Alicia no tiene nada que hacer antes de coger el tren junto con
Santiago y el profesor para poner rumbo a Barcelona y lo aprovecha para hablar
y despedirse de sus amigas. En la cafetería de la universidad conversan y
aprovechan el poco tiempo que Macarena y Nicole tienen antes de volver a
clases.
-
¿Tenéis algo que
contar? – dice Alicia sonriendo y mirando a Nicole-. Quiero irme a Barcelona
llena de cotilleos.
-
No – dice Nicole
sonriendo y mirando a Macarena.
-
No – contesta
Macarena-. ¿Y tu cotilla? – mira a Alicia.
-
Yo si – sonríe-. El
miércoles estuvimos Nic y yo en el Bernabéu.
-
Guay – dice
Macarena pasivamente.
-
Y como dijo Gonzalo
vimos a la gente que se rascaba el culo.
-
¿Qué desagradable
no? – la mira Macarena con cara de asco.
-
Lo vimos todo –
dice Alicia.
-
Todo, todo – añade
Nicole.
-
Guay – continúa
Macarena hablando pasivamente.
-
No tengo todo el
día – dice Alicia poniéndose seria-, desembucha ya.
-
¿Qué desembuche
qué?
-
¿Carvajal o Jesé? –
suelta Alicia.
-
¿Así sin anestesia?
– pregunta Macarena mirando a Alicia.
-
Sin anestesia –
afirma ella devolviéndole la mirada y asintiendo con la cabeza.
-
Ni uno ni otro – confiesa
Macarena.
-
¡Ah! ¿Pero que hay
un tercero? – pregunta Nicole mirando a sus amigas.
-
No te enteras de
nada – dice Macarena riendo y mirando a su amiga.
-
Y lo feliz que es
ella en su mundo – la mira Alicia sonriéndole dulcemente.
-
Hablad y si pillo
algo opino – dice Nicole con una gran sonrisa.
-
¿Qué paso con Jesé?
– pregunta Alicia.
-
No fue.
-
¿Y qué hacías en el
Bernabéu con Carva?
-
Llegue y me lo
encontré. Estaba esperándome para disculparse en nombre de Jesé y como le
sobraba una entrada me invito a ver el partido.
-
¿Y ya? ¿No te dijo
nada más?
-
No sabía el motivo
por el que Jesé no quería acudir a la cita, nada más.
-
¿Has hablado con
Jesé?
-
Con ese no tengo
nada que hablar.
-
¿Y con Dani?
-
No, me llevo a casa
después del partido y punto.
-
¿Y qué tal estás? –
se preocupa Alicia.
-
Cabreadísima con
Jesé – dice con rabia.
-
Mándalo a la mierda
– dice Nicole.
-
Y bueno… - cambia
Macarena de tema-, ¿y tú qué? – mira a Nicole - ¿Cómo conociste a Di María?
-
Fue…
-
¡No! – grita Alicia
escuchando la melodía del móvil-, hazlo cuando estemos juntas.
-
¿No cogéis el tren
a las 5? – pregunta Macarena mirando el reloj del móvil -Queda más de una hora
– la observa levantarse.
-
Si pero tengo que
ir a casa a por la maleta y quiero pasar esta hora con Sergio – dice con una
sonrisa de oreja a oreja.
-
Que contenta estás
– dice Nicole.
-
Si – dice Alicia
sin dejar de sonreír.
-
Yo no puedo. Voy a
estar lejos de Ángel dos días y se me va a hacer eterno, tres ya ni te digo.
-
Cuando te
despiertas junto a él y sabes que vas a volver a acostarte junto a él no
importan estos viajes.
-
Qué bonito – dice
Macarena con una sonrisa – y vomitivo – añade con mueca de disgusto.
-
Ya te enamoraras ya
– dice Nicole mirándola.
-
Nic – le llama
Alicia la atención.
-
Perdón - le da un beso a Macarena en la mejilla.
-
Nos vemos el lunes
chicas – le da un fuerte abrazo a cada una.
-
Mucha suerte –
dicen ambas a la vez.
-
Si veis a Santi
decidle que me llame.
Antes
de ir a la estación para que Alicia se suba a un tren con dirección a Barcelona
Sergio no se separa de ella, la hora que tienen la pasan tumbados en el sofá
abrazados, hablando y riendo.
Después
de pasar a buscar a Eylem al hotel en el que la chica turca y sus padres se
están alojando durante su estancia en Madrid se pasan por el supermercado en el
cual el turco-alemán hace sus compras. Ya con todo lo necesario los dos se
meten en el mundo de la cocina. A la llegada de Mustafa, Inci y Tarkan se los
encuentran restregándose, el uno al otro, harina por la cara. Como dos niños
pequeños agachan la cabeza intentando aguantar la risa.
-
¿Está la cena? –
pregunta Mustafa.
-
Eh…- se miran-, no
– masculla Mesut-. Deja de reírte – le cuchichea a Eylem dándole un codazo.
-
Acabadla y
cambiaros - ordena Mustafa.
-
Ni que tuvieran
prisa – refunfuña Eylem cuando vuelven a estar solos en la cocina.
-
Terminemos – pide
Mesut tocándole la nariz a Eylem manchándola,
a su vez, de harina.
Sentados
alrededor de la mesa cenan hablando, otra vez, de la infancia de Eylem y Mesut.
Avergonzados por las historias que sus padres cuentan deciden recoger y sacar
el postre.
-
¿Cuándo se lo vamos
a decir? – pregunta Eylem.
-
¿En el café? – dice
Mesut frunciendo el ceño.
-
Como eres – sonríe
a la vez que acepta la bandeja de pastelitos que Mesut le entrega.
Eylem
deja en la mesa la bandeja de pastelitos variados. Nada más sentarse Mesut en
su sitio Tarkan pregunta.
-
¿Qué queríais
decirnos?
-
Voy a por el café –
dice Mesut levantándose rápidamente.
-
Mesut, no – castañea
Eylem entre dientes levantándose.
-
¿Qué pasa, hija? –
mira Inci a su hija.
-
Nada mamá – le
devuelve Eylem la mirada a la vez que se vuelve a sentar en su sitio.
-
¿Qué tramáis? –
desconfía Mustafa.
-
Nada – contesta Eylem
seria.
-
¿Qué hacíais anoche
metidos en la cama de Mesut?
-
¿Cómo que en la
cama? – dice Tarkan alterado mirando a su hija.
-
Iré a por Mesut –
se levanta para dirigirse a la cocina-. ¿Te estás escaqueando? – le pregunta a
Mesut una vez lo tiene delante.
-
No, vamos. Ya sé
que decirles.
Los
dos aparecen en el comedor portando tazas y el café.
-
¿Qué le has hecho a
mi hija? – le pregunta Tarkan a Mesut.
-
El café – deja
Mesut la jarra sobre la mesa-. Me da igual que no nos creáis – coge las tazas
que Eylem lleva para dejarlas en la mesa- pero estamos juntos.
-
Hija en dos días te
casas con Azad.
-
¿Y quién es ese eh?
Con ese te casas tú.
-
Habla con respeto a
tu madre – pide Tarkan.
-
¿Y a mí quien me
respeta? ¿Quién respeta la decisión de que nos queremos? – agarra con fuerza la
mano de Mesut.
-
¿Hijo, es eso
cierto? – mira Mustafa a su hijo.
-
Si – dice firme
mirando a su progenitor-, no nos vais a
separar.
Mesut
estira de la mano de Eylem para llevársela a la habitación y perder de vista a
sus padres.
-
No está bien mentir
– dice Eylem observando a Mesut sentarse en la cama.
-
¿Qué prefieres
mentirles o casarte con alguien que no conoces?
-
Mentirles.
-
Hija – se escucha
la voz de Inci tras la puerta.
-
Pon a la vista la
maleta – susurra Mesut- y abre.
-
¿Qué quieres mamá?
– dice Eylem después de abrir la puerta.
-
Vuelve al hotel por
favor- le pide.
-
No, voy a quedarme
con Mesut. Nos da igual que este llena la casa.
Esta muy bien tu fic, junto con el de solei este es mi favorito, ánimo y sigue escribiendo ;)
ResponderEliminarPor cierto lo de Nuevo Rumbo es algo así como la continuación de esta historia ??
Espero el siguiente capítulo :D
Efectivamente. Así es. Nuevo Rumbo es el “presente” de Özil narrado por su hija mientras que también enlaza como a trascurrido su vida hasta llegar a ese momento. Gracias por tu comentario y leer la historia.
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