Cuando el balón se detiene. Capítulo 14.
Alicia, asustada,
está en la salida del aeropuerto. Quieta. Pensativa. <<¿Me
vuelvo?>>. Es lo único que su interior le pregunta. Con el papel en el
que apuntó la dirección que Ümit le dio se dirige a la parada de taxis. Por
suerte los idiomas se le dan bien y días antes la joven estuvo aprendiendo algo
de turco para poder guiarse en ese país que jamás pensó que visitaría.
Le dice al taxista la dirección del hotel en el que se alojara los pocos días que este. Después de dejar la maleta, acicalarse y prepararse la conciencia para la visita pide en recepción que le pidan un taxi.
Le dice al taxista la dirección del hotel en el que se alojara los pocos días que este. Después de dejar la maleta, acicalarse y prepararse la conciencia para la visita pide en recepción que le pidan un taxi.
Plantada delante de
la dirección respira hondo dos veces. Retrocede. Vuelve a la puerta decidida a
tocar el timbre. Cuando está a punto de tocar la puerta se abre. Es Nese que pone
los ojos en blanco.
·
¡Mes, tienes
visita! - Grita y sale de la casa.
·
Gracias - le dice
en turco. Nese continúa su camino.
Alicia espera y en
unos minutos sale Mesut.
·
¡Alicia! - la mira.
Inmediatamente la
abraza. Para él es un abrazo que le quita toda la presión que tiene en su
cuerpo. Alicia no rechaza el abrazo. Le gusta estar entre sus brazos.
·
¿Qué haces aquí? -
sonríe-, aquí en Turquía. En mi casa. ¿Cómo has conseguido la dirección?
·
Calma, calma.
·
Me alegro mucho de
verte - vuelve a abrazarla.
·
No me hagas esto -
susurra apoyando la cabeza en su pecho.
·
¿El qué? - la
abraza más fuerte.
·
Esto. No me abraces
así porque querré quedarme.
·
Quédate - la abraza
mucho más fuerte a la vez que le besa la cabeza.
·
No Mesut - se separa
del cuerpo del futbolista.
·
¿Y para qué has
venido entonces?
·
Para hablar
contigo.
·
¿Viajas de Londres
a Turquía sólo para hablar? Hay muchas formas de hablar sin necesidad de que
vengas hasta aquí.
·
Quería hacerlo a la
cara. Me han pedido que te ayude y quiero hacerlo.
·
Ayudarme en qué. No
necesito ayuda.
·
Si que la necesitas
sí.
·
Te acompaño al
hotel - entra, muy serio, en la casa y en tres minutos sale con la chaqueta.
·
Mesut vuelve - sale
Mustafa enfadado.
·
Voy a acompañarla
al hotel. Ahora vuelvo.
Mesut conduce desde
su casa hasta el hotel en el que Alicia se aloja. En completo e incómodo
silencio llegan al hotel. Antes de que Alicia salga del coche intenta calmar el
ambiente.
·
¿Hasta cuando
estás?
·
Depende de ti.
·
Si quieres hablamos
ahora - propone-. Si no estás cansada, claro.
·
Si encuentras un
sitio donde no puedan molestar.
·
¿Volvemos a mi
casa?
·
No sé si será buena
idea, no le caigo muy bien a tu familia.
·
¿Tu habitación? -
sonríe.
Sentados en el
pequeño sofá que hay en la habitación de Alicia se observan. Sin decir nada.
Sin saber cómo empezar la conversación.
·
¿Quién te ha dicho
que necesito ayuda? - pregunta Mesut sin dejar de mirar a la chica que hace
mucho tiempo esperaba tener delante otra vez.
·
Sami, tu hermano,
yo.
·
Estoy bien, no
necesito ninguna ayuda.
·
Sí que la
necesitas. Estás llevando una mala vida y te está pasando factura.
·
Tengo 23 años no
puedes pedirme que deje de hacer esas cosas.
·
No te pido que
dejes de hacer cosas que hace un chico de 23 años y que te comportes como uno
de 40, sólo que te cuides y que pienses lo que haces.
·
¿Por qué?
·
Porque lo perderás
todo.
·
Cuando te fuiste ya
lo perdí todo.
·
No Mesut, hablo
enserio. Tu amigo Sami se está distanciando y la mitad de los aficionados te
quieren vender. No das ni una en el campo y este no es el Mesut Özil que
enamoró a todos los Madridistas. Si no quieres perderlo todo deja de ser un
niñato mal criado y empieza a madurar.
·
Es muy duro lo que
me estás diciendo.
·
Y también verdad.
Sami me llamaba casi todos los días preocupado para pedirme que me pusiera en
contacto contigo.
·
¿Por qué no lo
hiciste?
·
No tenía el valor
suficiente para volver a mi pasado.
·
¿Y por qué has
viajado hasta aquí?
·
Para abrirte los
ojos.
·
Y lo has conseguido
- sonríe.
·
¿Sí? - Sonríe
también.
Mesut asiente.
Mesut se despierta
dispuesto a pasar el día con Alicia puesto que después de hablar y hacer lo que
quería hacer en Turquía ella quiere volver a Londres, a su nuevo hogar.
Mustafa no quiere que su hijo salga de casa y obliga a Mesut a llamar a Alicia y decirle que no la verá más.
Sentado en una de las sillas de la cocina observa en el teléfono una foto de Alicia y él. No quiere llamarla si no es para quedar con ella pero tampoco quiere tener más problemas con su familia.
Mustafa no quiere que su hijo salga de casa y obliga a Mesut a llamar a Alicia y decirle que no la verá más.
Sentado en una de las sillas de la cocina observa en el teléfono una foto de Alicia y él. No quiere llamarla si no es para quedar con ella pero tampoco quiere tener más problemas con su familia.
·
¿Qué tal tu amiga?
- pregunta Gülizar.
·
Bien - contesta con
una media sonrisa.
·
¿Qué pasa hijo? -
se sienta junto a él.
·
Nada madre.
·
Es muy guapa - sonríe
mirando el teléfono móvil.
·
Lo es - sonríe
Mesut a su madre.
·
¿Cuándo se marcha?
·
Mañana al medio
día.
·
He oído lo que te
ha dicho tu padre.
·
No puedo dejarla
sola.
·
Lo sé, ve con ella
- asiente sonriendo.
·
No quiero
estropearle el día a papá.
·
Que venga aquí -
interrumpe Duygu abriendo el frigorífico.
·
Claro - sonríe la
progenitora.
·
A papá no le cae
bien.
·
No te preocupes, yo
me encargo de él - y besa a su hijo.
Después de cenar y
pasar una velada agradable con toda la familia por fin Mesut se queda a solas
con Alicia en ese salón. Recordando dónde, cómo y cuándo se besaron.
·
Tenía muchas ganas
de volver a verte - confiesa Mesut.
·
Mesut ya es tarde -
interrumpe Mustafa.
·
Otros no piensan lo
mismo - susurra Alicia, muy seria, en español.
·
Te llevaré al
hotel.
El trayecto es
totalmente diferente al de la primera vez. Cambiando la música que Özil pone
Alicia sonríe. Alicia ríe. Ríe como hace mucho tiempo que no la veía reír.
·
Deja de mirarme y
mira la carretera - pide Alicia.
Tras avanzar unos
kilómetros Özil se mete en un callejón cercano al hotel y frena.
·
¿Por qué te paras
aquí? El hotel está en la otra calle.
·
Cada vez que vengo
aquí los paparazzi no dejan de seguirme.
·
¿Y? - se le queda
mirando sin saber a dónde quiere llegar.
·
No quiero que
salgan fotos.
·
Mesut no te
entiendo.
·
Quiero pasar la
noche contigo - esas cinco palabras dejan sin habla a Alicia. El futbolista
agarra las manos de la joven y continúa hablando-. Abrazándonos, contándonos
secretos, diciéndonos que tendremos una relación eterna. Sea la que sea.
·
Mesut... no.
·
Sé que tú también
quieres.
·
Pero...
·
¡Joder Alicia! - se
apoya en el respaldo del asiento-. ¿Alguna vez vas a tener impulsos?
·
Desde que abandoné
España he tenido muchos y todos los he hecho, créeme.
·
¿Y por qué coño no
quieres pasar la noche conmigo?
·
Tus padres están
cerca y estamos en un país que no está bien visto hacer lo que quieres hacer.
·
¡Qué más da lo que
piensen los demás! - vuelve a incorporarse para mirarla-. Te vas mañana y no
has venido aquí sólo para hablar conmigo - coloca su mano sobre la mejilla de
Alicia.
·
No quiero sufrir
más.
·
No tengo intención
de hacerte daño.
·
Lo sé.
·
En 20 minutos
subiré a tu habitación. Si no quieres abrirme no me abras, seguiremos siendo
amigos.
A Alicia sólo le
cuesta 5 minutos llegar hasta su habitación y tiene que esperar 15 minutos a
Mesut. Sin dejar de dar vueltas por la habitación, sin dejar de mirar el reloj
que rodea su muñeca, piensa. Piensa en las consecuencias que pueda haber
cuando estén los dos en esa habitación y se cierre esa puerta.
Özil sentado en el
asiento del conductor no puede dejar de mirar el reloj y de pensar si ha hecho
bien en pedirle a Alicia pasar la noche con ella. Hasta que suena el móvil.
·
¿Dónde estás?
·
Mañana nos vemos
papá.
·
¿Cómo que mañana?
·
Adiós papá.
Estoy muy
convencido de que Alicia no me echará de su habitación, tiene las mismas ganas
que yo de pasar una noche a solas. Si la pasamos juntos estoy seguro de que ya
nada ni nadie nos podrá separar, aunque haya terceras personas que sufran.
Esta mañana ya me he despertado con la idea de pasar un día inolvidable con ella, por culpa de mi padre no he podido y quiero que esta noche sí que sea inolvidable.
Esta mañana ya me he despertado con la idea de pasar un día inolvidable con ella, por culpa de mi padre no he podido y quiero que esta noche sí que sea inolvidable.
Dudo un segundo en
ir andando o acercarme con el coche. Es una calle pero me declino por ir en
coche, hoy en día todo el mundo puede hacer una foto con el móvil y prefiero no
llamar mucho la atención.
Sé el número de
habitación, con un simple y educado -buenas noches- saludo a la recepcionista y
me dirijo al ascensor.
Unos nudillos
chocan contra la puerta. Alicia mira el reloj y los 10 minutos que faltaban se
le pasan rápidamente pensando en que hacer. Tarda un segundo en acercarse a la
puerta, suspira y un minuto después abre la puerta. Cuando le deja pasar
a la habitación Mesut, aliviado, suelta el aire que aguantaba.
·
Gracias - dice
Mesut entrando.
·
Esto es una locura.
·
Lo sé - sonríe-,
toma - le entrega una caja rectangular.
·
No tenías que
traerme nada.
·
Hoy quería pasar un
día inolvidable contigo y no hemos podido tenerlo.
·
Lo he tenido, no
voy a quitarme la mirada de tu padre de aquí - bromea señalándose el cuello.
·
A mí también me va
a costar - ríe-. ¿No lo abres? - señala la caja.
·
No, no quiero nada
material Mesut.
·
Alicia, quería
pasar un día entero contigo, sólo contigo. Y lo tenía planeado desde que me he
despertado. No es así cómo lo he planeado pero bueno, estamos juntos. Es una
tontería pero una tontería que seguro que te hace más ilusión que un diamante.
Alicia abre la caja
y se encuentra una rosa con una nota escrita en alemán.
"Una rosa llena de secretos."
·
¿Contiene muchos? -
le mira.
·
Lo averiguamos
cuando salga el sol - sonríe.
Alicia deja la caja
con la rosa en la cómoda que hay junto al armario y se dirige a la pequeña
nevera que hay cerca de un pequeño sofá.
·
No tenía pensado
tocar el minibar pero si vamos estar toda la noche despiertos habrá que
hidratarse - ríe.
·
No irás a beber -
la observa.
·
Mesut, aquí no sólo
hay alcohol - le enseña una pequeña botella de zumo de tomate.
·
Trae - sonríe acercándose
a la nevera.
Al acercarse a ella
ambos notan como la electricidad recorre sus cuerpos, mirándose fijamente los
ojos empiezan a brillar sacando al exterior todo el deseo que poseen.
Mesut deja las
botellas sobre la nevera y besa los labios de Alicia.
·
Mesut, no - separa
sus labios de los de Özil.
·
No sé si volveré a
verte - dice mirándola a los ojos -, quiero absorberte con los cinco sentidos -
continúa besando su mandíbula.
·
No hagas eso por
favor - pide mientras Mesut continúa recorriendo el cuello de Alicia con dulces
besos.
·
Lo deseas tanto
como yo - recorre con la mano la espalda de Alicia hasta llegar al muslo.
Alicia no dice
nada.
·
Quiero hacerte el
amor, Alicia - se acerca más a ella hasta presionarla todo lo posible contra la
pared-, pero si me dices que no quieres te suelto y me voy - afirma sin dejar
de besar el cuello de la joven periodista.
·
Hazlo Mesut - gime
sin aliento rodeando el cuello de Özil con los brazos-. Hazme el amor.