domingo, 31 de marzo de 2013

NUEVO RUMBO

Cuando el balón se detiene. Capítulo 14.

Alicia, asustada, está en la salida del aeropuerto. Quieta. Pensativa. <<¿Me vuelvo?>>. Es lo único que su interior le pregunta. Con el papel en el que apuntó la dirección que Ümit le dio se dirige a la parada de taxis. Por suerte los idiomas se le dan bien y días antes la joven estuvo aprendiendo algo de turco para poder guiarse en ese país que jamás pensó que visitaría. 
Le dice al taxista la dirección del hotel en el que se alojara los pocos días que este. Después de dejar la maleta, acicalarse y prepararse la conciencia para la visita pide en recepción que le pidan un taxi.
Plantada delante de la dirección respira hondo dos veces. Retrocede. Vuelve a la puerta decidida a tocar el timbre. Cuando está a punto de tocar la puerta se abre. Es Nese que pone los ojos en blanco.
·         ¡Mes, tienes visita! - Grita y sale de la casa.
·         Gracias - le dice en turco. Nese continúa su camino.
Alicia espera y en unos minutos sale Mesut.
·         ¡Alicia! - la mira.
Inmediatamente la abraza. Para él es un abrazo que le quita toda la presión que tiene en su cuerpo. Alicia no rechaza el abrazo. Le gusta estar entre sus brazos.
·         ¿Qué haces aquí? - sonríe-, aquí en Turquía. En mi casa. ¿Cómo has conseguido la dirección?
·         Calma, calma.
·         Me alegro mucho de verte -  vuelve a abrazarla.
·         No me hagas esto - susurra apoyando la cabeza en su pecho.
·         ¿El qué? - la abraza más fuerte.
·         Esto. No me abraces así porque querré quedarme.
·         Quédate - la abraza mucho más fuerte a la vez que le besa la cabeza.
·         No Mesut - se separa del cuerpo del futbolista.
·         ¿Y para qué has venido entonces?
·         Para hablar contigo.
·         ¿Viajas de Londres a Turquía sólo para hablar? Hay muchas formas de hablar sin necesidad de que vengas hasta aquí.
·         Quería hacerlo a la cara. Me han pedido que te ayude y quiero hacerlo.
·         Ayudarme en qué. No necesito ayuda.
·         Si que la necesitas sí.
·         Te acompaño al hotel - entra, muy serio, en la casa y en tres minutos sale con la chaqueta.
·         Mesut vuelve - sale Mustafa enfadado.
·         Voy a acompañarla al hotel. Ahora vuelvo.
Mesut conduce desde su casa hasta el hotel en el que Alicia se aloja. En completo e incómodo silencio llegan al hotel. Antes de que Alicia salga del coche intenta calmar el ambiente.
·         ¿Hasta cuando estás?
·         Depende de ti.
·         Si quieres hablamos ahora - propone-. Si no estás cansada, claro.
·         Si encuentras un sitio donde no puedan molestar.
·         ¿Volvemos a mi casa?
·         No sé si será buena idea, no le caigo muy bien a tu familia.
·         ¿Tu habitación? - sonríe.
Sentados en el pequeño sofá que hay en la habitación de Alicia se observan. Sin decir nada. Sin saber cómo empezar la conversación.
·         ¿Quién te ha dicho que necesito ayuda? - pregunta Mesut sin dejar de mirar a la chica que hace mucho tiempo esperaba tener delante otra vez.
·         Sami, tu hermano, yo.
·         Estoy bien, no necesito ninguna ayuda.
·         Sí que la necesitas. Estás llevando una mala vida y te está pasando factura.
·         Tengo 23 años no puedes pedirme que deje de hacer esas cosas.
·         No te pido que dejes de hacer cosas que hace un chico de 23 años y que te comportes como uno de 40, sólo que te cuides y que pienses lo que haces.
·         ¿Por qué?
·         Porque lo perderás todo. 
·         Cuando te fuiste ya lo perdí todo.
·         No Mesut, hablo enserio. Tu amigo Sami se está distanciando y la mitad de los aficionados te quieren vender. No das ni una en el campo y este no es el Mesut Özil que enamoró a todos los Madridistas. Si no quieres perderlo todo deja de ser un niñato mal criado y empieza a madurar.
·         Es muy duro lo que me estás diciendo.
·         Y también verdad. Sami me llamaba casi todos los días preocupado para pedirme que me pusiera en contacto contigo.
·         ¿Por qué no lo hiciste?
·         No tenía el valor suficiente para volver a mi pasado.
·         ¿Y por qué has viajado hasta aquí?
·         Para abrirte los ojos.
·         Y lo has conseguido - sonríe.
·         ¿Sí? - Sonríe también.
Mesut asiente.
Mesut se despierta dispuesto a pasar el día con Alicia puesto que después de hablar y hacer lo que quería hacer en Turquía ella quiere volver a Londres, a su nuevo hogar.
Mustafa no quiere que su hijo salga de casa y obliga a Mesut a llamar a Alicia y decirle que no la verá más.
Sentado en una de las sillas de la cocina observa en el teléfono una foto de Alicia y él. No quiere llamarla si no es para quedar con ella pero tampoco quiere tener más problemas con su familia.
·         ¿Qué tal tu amiga? - pregunta Gülizar.
·         Bien - contesta con una media sonrisa.
·         ¿Qué pasa hijo? - se sienta junto a él.
·         Nada madre.
·         Es muy guapa - sonríe mirando el teléfono móvil.
·         Lo es - sonríe Mesut a su madre.
·         ¿Cuándo se marcha?
·         Mañana al medio día.
·         He oído lo que te ha dicho tu padre.
·         No puedo dejarla sola.
·         Lo sé, ve con ella - asiente sonriendo.
·         No quiero estropearle el día a papá.
·         Que venga aquí - interrumpe Duygu abriendo el frigorífico.
·         Claro - sonríe la progenitora.
·         A papá no le cae bien.
·         No te preocupes, yo me encargo de él - y besa a su hijo.
Después de cenar y pasar una velada agradable con toda la familia por fin Mesut se queda a solas con Alicia en ese salón. Recordando dónde, cómo y cuándo se besaron.
·         Tenía muchas ganas de volver a verte - confiesa Mesut.
·         Mesut ya es tarde - interrumpe Mustafa.
·         Otros no piensan lo mismo - susurra Alicia, muy seria, en español.
·         Te llevaré al hotel.
El trayecto es totalmente diferente al de la primera vez. Cambiando la música que Özil pone Alicia sonríe. Alicia ríe. Ríe como hace mucho tiempo que no la veía reír.
·         Deja de mirarme y mira la carretera - pide Alicia.
Tras avanzar unos kilómetros Özil se mete en un callejón cercano al hotel y frena.
·         ¿Por qué te paras aquí? El hotel está en la otra calle.
·         Cada vez que vengo aquí los paparazzi no dejan de seguirme.
·         ¿Y? - se le queda mirando sin saber a dónde quiere llegar.
·         No quiero que salgan fotos.
·         Mesut no te entiendo.
·         Quiero pasar la noche contigo - esas cinco palabras dejan sin habla a Alicia. El futbolista agarra las manos de la joven y continúa hablando-. Abrazándonos, contándonos secretos, diciéndonos que tendremos una relación eterna. Sea la que sea.
·         Mesut... no.
·         Sé que tú también quieres.
·         Pero...
·         ¡Joder Alicia! - se apoya en el respaldo del asiento-. ¿Alguna vez vas a tener impulsos?
·         Desde que abandoné España he tenido muchos y todos los he hecho, créeme.
·         ¿Y por qué coño no quieres pasar la noche conmigo?
·         Tus padres están cerca y estamos en un país que no está bien visto hacer lo que quieres hacer.
·         ¡Qué más da lo que piensen los demás! - vuelve a incorporarse para mirarla-. Te vas mañana y no has venido aquí sólo para hablar conmigo - coloca su mano sobre la mejilla de Alicia.
·         No quiero sufrir más.
·         No tengo intención de hacerte daño.
·         Lo sé.
·         En 20 minutos subiré a tu habitación. Si no quieres abrirme no me abras, seguiremos siendo amigos.
A Alicia sólo le cuesta 5 minutos llegar hasta su habitación y tiene que esperar 15 minutos a Mesut. Sin dejar de dar vueltas por la habitación, sin dejar de mirar el reloj que rodea su muñeca,  piensa. Piensa en las consecuencias que pueda haber cuando estén los dos en esa habitación y se cierre esa puerta.
Özil sentado en el asiento del conductor no puede dejar de mirar el reloj y de pensar si ha hecho bien en pedirle a Alicia pasar la noche con ella. Hasta que suena el móvil.
·         ¿Dónde estás?
·         Mañana nos vemos papá.
·         ¿Cómo que mañana?
·         Adiós papá.
Estoy muy convencido de que Alicia no me echará de su habitación, tiene las mismas ganas que yo de pasar una noche a solas. Si la pasamos juntos estoy seguro de que ya nada ni nadie nos podrá separar, aunque haya terceras personas que sufran.
Esta mañana ya me he despertado con la idea de pasar un día inolvidable con ella, por culpa de mi padre no he podido y quiero que esta noche sí que sea inolvidable.
Dudo un segundo en ir andando o acercarme con el coche. Es una calle pero me declino por ir en coche, hoy en día todo el mundo puede hacer una foto con el móvil y prefiero no llamar mucho la atención.
Sé el número de habitación, con un simple y educado -buenas noches- saludo a la recepcionista y me dirijo al ascensor.
Unos nudillos chocan contra la puerta. Alicia mira el reloj y los 10 minutos que faltaban se le pasan rápidamente pensando en que hacer. Tarda un segundo en acercarse a la puerta, suspira  y un minuto después abre la puerta. Cuando le deja pasar a la habitación Mesut, aliviado, suelta el aire que aguantaba.
·         Gracias - dice Mesut entrando.
·         Esto es una locura.
·         Lo sé - sonríe-, toma - le entrega una caja rectangular.
·         No tenías que traerme nada.
·         Hoy quería pasar un día inolvidable contigo y no hemos podido tenerlo.
·         Lo he tenido, no voy a quitarme la mirada de tu padre de aquí - bromea señalándose el cuello.
·         A mí también me va a costar - ríe-. ¿No lo abres? - señala la caja.
·         No, no quiero nada material Mesut.
·         Alicia, quería pasar un día entero contigo, sólo contigo. Y lo tenía planeado desde que me he despertado. No es así cómo lo he planeado pero bueno, estamos juntos. Es una tontería pero una tontería que seguro que te hace más ilusión que un diamante.
Alicia abre la caja y se encuentra una rosa con una nota escrita en alemán.

"Una rosa llena de secretos."

·         ¿Contiene muchos? - le mira.
·         Lo averiguamos cuando salga el sol - sonríe.
Alicia deja la caja con la rosa en la cómoda que hay junto al armario y se dirige a la pequeña nevera que hay cerca de un pequeño sofá.
·         No tenía pensado tocar el minibar pero si vamos estar toda la noche despiertos habrá que hidratarse - ríe.
·         No irás a beber - la observa.
·         Mesut, aquí no sólo hay alcohol - le enseña una pequeña botella de zumo de tomate.
·         Trae - sonríe acercándose a la nevera.
Al acercarse a ella ambos notan como la electricidad recorre sus cuerpos, mirándose fijamente los ojos empiezan a brillar sacando al exterior todo el deseo que poseen.
Mesut deja las botellas sobre la nevera y besa los labios de Alicia.
·         Mesut, no - separa sus labios de los de Özil.
·         No sé si volveré a verte - dice mirándola a los ojos -, quiero absorberte con los cinco sentidos - continúa besando su  mandíbula.
·         No hagas eso por favor - pide mientras Mesut continúa recorriendo el cuello de Alicia  con dulces besos.
·         Lo deseas tanto como yo - recorre con la mano la espalda de Alicia hasta llegar al muslo.
Alicia no dice nada.
·         Quiero hacerte el amor, Alicia - se acerca más a ella hasta presionarla todo lo posible contra la pared-, pero si me dices que no quieres te suelto y me voy - afirma sin dejar de besar el cuello de la joven periodista.
·         Hazlo Mesut - gime sin aliento rodeando el cuello de Özil con los brazos-. Hazme el amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario