Cuando el balón se detiene. Capítulo 17. (Penúltimo capítulo)
A
la mañana siguiente me despierto en el sofá, oigo voces, mi familia desayuna
felizmente en el jardín. Parece que papá y mamá se van a tomar el día libre.
Miro el reloj y son las 9:08. Me quedo tumbada durante unos minutos hasta que
el teléfono fijo suena. De mala gana estiro el brazo y contesto.
·
¿Diga?
·
¿Está
Alicia Martín?
·
¿De
parte de quién? - me levanto y me dirijo al jardín.
·
De
Juan Ignacio.
·
Espere,
voy a mirar - es del trabajo, no sé si querrá atender.
·
¿Quién
es, hija? - me pregunta papá cuando aparezco por la puerta.
·
Juan
Ignacio - tapo el teléfono a la vez que miro a mamá.
·
Trae
- estira el brazo para coger el teléfono.
·
Hoy
no trabajas - la mira papá.
Mamá
se levanta y entra en casa para hablar con tranquilidad, lo más posible es que
le diga que no le toque las narices en su día libre.
·
¿Has
dormido bien? - me pregunta papá sirviéndome zumo en un vaso.
·
Sí
- sonrío cogiendo una tostada-. Gracias - agradezco cuando termina de servirme
el zumo-. ¿Por qué estaba dormida en el sofá?
·
¿Me
la das? - me pone ojitos Pablo mientras unto la mermelada.
·
Te
quedaste dibujando - le entrego la tostada a Pablo mientras escucho a mi padre -
y debiste de dormirte. No queríamos despertarte cuando nos hemos levantado - me
entrega otra tostada.
·
A
mí sí que me despertáis - se queja Pablo.
·
No
seas embustero - lo mira papá-, que a las ocho ya estabas dando mal.
·
Hola
cariño - me da mamá un beso en la mejilla cuando vuelve al jardín.
·
Hola,
mamá.
·
¿Qué
pasa? - se interesa papá por el motivo de la llamada.
·
Nada,
sólo querían saber unas cosas - se sienta en el lugar donde estaba.
·
Mamá
eres imprescindible - dice Pablo. Mamá sólo le da un beso -. ¿Vas a venir con
nosotros? - me pregunta Pablo.
·
No,
me voy con las chicas de compras así que comeremos en algún sitio. ¿Y adónde
vais?
·
A
la sierra - contesta Pablo.
Todavía
voy con la ropa que me puse ayer y no quiero irme a la ducha sin despedirme de
ellos, a la noche estarán aquí pero sus teléfonos móviles estarán
desconectados.
·
¿Estarás
bien? - me pregunta papá cuando le ayudo a meter todo al coche.
·
Si.
·
¿Tienes
dinero?
·
Si.
Aún así no creo que me compre nada, no necesito nada.
·
Bueno
toma por si acaso - me da dos billetes de cincuenta euro -, que te conozco y
seguro que cae algún libro.
·
Gracias
- cojo el dinero a regañadientes.
·
Si
necesitas algo llama a Vega, no tendrá ningún problema en venir.
·
Vale.
·
Hazlo
si necesitas algo - me señala con el dedo.
·
Que
si papá.
Con
la mano les despido desde la puerta y subo para bañarme, un baño relajante es
lo que necesito. Más tranquila me arreglo, seguro que nos pateamos todas las
tiendas hasta que encuentren algo que les guste por lo tanto me decanto por un
short vaquero de color rosa de cintura alta, una camiseta rosa con rayas
blancas y unas zapatillas blancas.
Hemos
quedado a las 11 en la cafetería en la que todo vecino de 'La Moraleja' suele
reunirse. Una cafetería-restaurante discreto y de alto standing la cual suele
estar llena de deportistas, actores, famosillos y gente adinerada que residen
ahí.
En
una de las mesas de la terraza veo a Caro, la saludo y me siento junto a ella.
·
Has
estado desaparecida - me recrimina.
·
Lo
siento, no he tenido un buen fin de semana.
·
Si
ya, eso creía - dice con cierta ironía.
·
Ya
veo que Jenny se ha ido de boca.
·
¿Te
lo pasaste bien al menos?
·
Si
- sonrío como una boba.
·
¿Cuándo
nos vas a presentar a tu nuevo novio? - nos sorprende Alba de repente.
·
¿Pero
qué os han contado? Yo no tengo ningún novio.
·
¿Lo
has dejado con Josh? - preguntan sorprendidas a la vez.
·
Ayer.
·
Pues
ahora arrasamos con todas las tiendas para olvidar las penas - dice Alba
alegremente.
·
¿No
viene Jenny? - pregunta Caro.
·
Me
ha llamado mientras venía hacia aquí y me ha dicho que no - explica Alba.
Es
la hora de comer y me está entrando hambre y todavía no quieren parar de mirar
tiendas, son muy indecisas.
·
¿Podemos
ir a comer y seguir luego? - propongo.
·
Que
poco aguante tienes chica - se queja Alba.
·
Poco
aguante no, es que ir con vosotras de compras es agotador.
·
Menos
mal que te queremos.
·
Menos
mal que os quiero yo - bromeo mientras le doy a la dependienta los dos pañuelos
que me he comprado.
Terminamos
de pagar lo que nos hemos comprado y buscamos un lugar para comer. Damos dos
vueltas por todos los restaurantes sin ponernos de acuerdo.
·
¿Vamos
al chino? - propone Caro.
·
Por
mí sí - acepto.
·
Ah
no, está en la otra punta - se queja Alba.
·
Llevas
más de dos horas andando no te vas a morir por andar un poco más - le digo.
·
Quería
ir al italiano.
·
Si
pagas tú yo encantada - la mira Caro.
·
Venga
decidido, vamos al chino - agarro a Alba del brazo para que no vuelva a dar más
vueltas.
Pagamos
a medias y decidimos ir a otro lado a tomarnos un postre en condiciones,
optamos por una cafetería-heladería. La mayoría de nuestras conversaciones no
tienen ni el mínimo sentido pero nos reímos juntas. Risas que pueden durar
minutos y minutos y sólo cuando terminamos de reírnos nos damos cuenta de que
empezamos a reírnos por una simple estupidez.
En medio de esa espantosa risa sin sentido que te deja con dolores me llega la notificación de un mensaje. Es de Riccardo.
En medio de esa espantosa risa sin sentido que te deja con dolores me llega la notificación de un mensaje. Es de Riccardo.
"Me gusta
verte reír."
Me
quedo paralizada. Siento que la sangre deja de correr por mis venas. ¿¡Qué
cojones!? ¿Dónde cojones está? Miro a mí alrededor en busca de unos ojos azules
que estén clavados en mí.
"¿Dónde
estás?"
“Creía que odiabas
el rosa.”
“REPITO. ¿DÓNDE
ESTÁS?”
"Muy
cerca."
"¿Cómo de
cerca?"
"No te lo voy
a decir, búscame."
"¿De verdad
quieres jugar? Tienes todas las de perder :)"
"Juguemos, a
ver quién gana."
Quiere
que me vuelva loca buscándole ¿verdad? Pues no, no le voy a dar ese placer. Él
será el que se vuelva loco y venga a mí encuentro.
·
¿Qué
pasa? - se preocupa Alba.
·
Nada
- sonrío.
·
¿Adónde
queréis ir ahora? - pregunta Caro.
·
Yo
quiero mirar unos libros para llevarme a Nueva York.
·
Eso
es aburrido, Hazine - protesta mi mejor amiga.
·
Pues
mira Alba, vete a mirar trapitos y yo me voy a la librería.
·
No empecéis. Vamos a la librería y luego a
mirar más ropa - plantea Caro.
·
Al
revés. Eres capaz de pagarte ahí media hora.
·
Da igual, id a mirar tiendas yo me voy a la
librería, cuando salga os llamo para ver dónde estáis - digo levantándome.
·
No
te enfades - me pide Alba.
·
No
me enfado - sonrío dándole un beso en la mejilla-. Nos vemos en un rato - le
doy otro beso a Caro.
Me
gusta ir de compras pero no con éstas dos locas que me vuelven mucho más loca
de lo que ya estoy. Hace mucho tiempo que no he podido relajar la mente y los
libros me ayudaran.
Media
hora después salgo con 2 libros bajo el brazo y miro los mensajes que me han
llegado mientras estaba dentro. Son de Riccardo y de Liam.
"¿No me
encuentras? :P"
"No te busco
que es diferente :)"
¿No
quería jugar? Pues juguemos, será divertido.
"Siempre has
querido que te dijeran la verdad aunque te duela, ¿no? Pues lo siento. Josh
está con Jenny y no como amigos precisamente."
"Puede hacer
lo que quiera, ya no estamos juntos. De todos modos gracias. Muack."
Envío
un mensaje a Alba para ver dónde están y me contesta al instante, están en la
otra punta de donde me encuentro. Genial. Sin prisa e intercambiando mensajes
con Liam camino hacia allí, creo que no me doy de hostias con todo lo que se
cruza en mi camino de milagro.
"¿Estás bien?
¿Quieres que nos veamos?"
"Estoy bien,
gracias por preocuparte. Estoy con Alba y Caro en el centro comercial,
vente."
"¿Día de
chicas? Creo que paso :P"
"Jajaja no es
para tanto. Si cambias de idea ya sabes."
Llego
a la tienda y las localizo. Todavía siguen dando vueltas en busca de algo que
les quede perfecto. Decido salir y esperarlas fuera.
·
¿Por
qué no me has buscado? - se apoya Riccardo en la barandilla junto a mí.
·
Te
han mentido, pega al que te haya dicho eso - le miro de reojo.
·
No
tengo valor para tocarte... al menos no de esa manera.
·
Corre
más despacio que te vas a tropezar.
·
Creía
que íbamos a jugar.
·
Eso
hacía y he ganado - sonrío victoriosa a la vez que le miro.
Sonríe
ladeando la cabeza hacía un lado y hacía el otro.
·
¿Me
estás siguiendo?
·
Simple
casualidad.
·
¿Seguro?
·
No
soy ningún acosador, estaba comiendo con mi familia y te he visto.
·
Me
dejas más tranquila.
·
¿Lo
arreglaste con tu novio?
·
¿Qué
significa 'arreglar' para ti?
·
¿Lo
habéis dejado?
·
Directo
a la yugular.
·
Hay
que ser directo.
·
Sí,
lo hemos dejado.
·
Espero
que no sea por mi culpa.
·
Pues
sí y quiere matarte- me pongo seria.
·
Joder
- suspira.
·
Que
no, que no. Que es broma - le tranquilizo.
·
Hazine
- se acercan Alba y Caro-. ¿No nos presentas? - pide Alba.
·
Riccardo,
Alba y Caro - señalo respectivamente.
Se
saludan y se dan dos besos.
·
¡Vámonos
de aquí, Riki! Aquí sólo hay niñatas - llega una chica exigiéndole. Creo que es
la misma chica que estaba con él en la fiesta. Su hermana.
·
¡Dios!
- suspira Alba poniendo los ojos en blanco al verla.
·
¡Tú!
- la mira la chica.
·
Ay madre - me vuelvo-. Seguro que han peleado
por algún trapo - le susurro a Riccardo que intenta esconder una sonrisa.
·
Devuélveme
mi camiseta.
·
¿La
has pagado tú? Pues que te den - contesta Alba. Tiene muy mala leche.
·
¿Vas
a hacer algo? - me susurra Riccardo.
·
¿Yo?
Ni de coña, ¿tú?
·
Tampoco,
si quieren que se maten. No me meto entre dos mujeres y un vestido. ¿Te apetece
ir a tomar algo?
·
Vale
- sonrío-. Caro me voy con él, hablamos por la noche.
·
No
serás capaz de dejarme sola con estás locas - se queja la hermana de Riccardo.
·
Sí.
Adiós hermanita - le sonríe.
He
pasado con Riccardo lo que quedaba de tarde, al igual que las otras veces que
he estado con él ha sido agradable. Me gusta pasar tiempo con el chico de ojos
azules. Ha sido una gran tarde. Un gran día.
Como
la vez anterior insiste en llevarme a casa en su coche y acompañarme hasta la
verja.
·
Dime
que vamos a vernos muchas más veces - me pide.
·
¿Por
qué?
·
Porque
me gusta estar contigo - corta la distancia que hay entre nosotros y toma mi
cara entre sus manos-, tu imagen no sale de mi mente. No te alejes de mí por
favor. Te necesito.
Y
me besa.
·
Riccardo
- separo mis labios de los suyos -, acabo de dejarlo con Josh.
·
Por
eso lo hago.
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