sábado, 6 de abril de 2013

NUEVO RUMBO


Cuando el balón se detiene. Capítulo 15.


Ambos se miran fijamente a los ojos que brillan mostrando el deseo que sienten en cada poro de sus cuerpos. Con el consentimiento uno del otro se funden en un apasionado y erótico beso que les hace flotar. Mesut agarra las nalgas de Alicia y la levanta, ella, automáticamente, enrosca sus piernas en las caderas del hombre que está haciendo suyo. Sin separarse ni un sólo centímetro llegan hasta la enorme cama de ese encantador y sencillo hotel que sin dejar de mirarse a los ojos, buscándose a cada segundo y con un frenesí de necesidad Mesut, dulcemente, se deshace de las ropas de Alicia. Haciendo ella lo propio con las del joven de 23 años.
La inmersión total uno en el otro. Uno dentro del otro. Juntos son uno. No existe nadie más en el resto del universo.
Dentro y fuera, tratando de mantener las cosas con calma al principio, tratando de saborear cada trazo exquisito de su exuberancia. Sin dejar de sentirse, observarse, olerse, tocarse y saborearse llegan hasta el éxtasis.
·         ¿Por qué siento que el miedo me ha abandonado? - pregunta Alicia sin quitarse de encima de Mesut.
·         Tal vez porque ya no lo sientas - recorre la espalda desnuda de la chica de la que no quiere separarse nunca.
·         No quiero irme - levanta la vista para mirar los ojos de Özil.
·         Pues yo quiero irme cuanto antes de Turquía.
·         No.
·         Pensaba que no te gustaba estar cerca de mi familia - la mira exhausto.
·         Ellos me dan igual.
·         Ahora soy yo el que no te entiende, Alicia.
·         No quiero irme de tú lado - se incorpora para tener la cara frente a la de Mesut.
·         No lo hagas - coloca sus manos sobre las mejillas de Alicia- nunca - la besa.
Alicia se levanta dejando a Mesut tumbado en la cama tal y  como llegó a este mundo.
·         ¿Te vas a vestir? - observa a Alicia que se acerca al armario.
·         No, ¿quieres que lo haga? - se gira para mirarlo.
·         No - sonríe-, me gustas mucho más así- observa como coge la rosa-. Pero cerca mío - le pide con la mano que vuelva a la cama.
Con la rosa en la mano Alicia se tumba, otra vez, encima de Mesut y pasa la sabana por encima de ambos.
·         Me gusta estar piel con piel - la abraza por la espalda.
·         Está rosa todavía guarda pocos secretos - le acaricia la mejilla con los pétalos de la rosa.
·         Pues habrá que empezar a llenarla de secretos. 
·         Y que nunca deje de llenarse.
Toda la noche hablando y durmiendo tan abrazados, que continúan siendo un solo cuerpo, amanecen. Sin querer separarse.
·         ¿Y si nos quedamos aquí hasta que tenga que volver a Madrid? - propone Mesut.
·         No podemos.
·         Somos mayores para hacer lo que queramos.
·         Mesut, tengo que subirme a ese avión y a ti te espera tu familia - pone cordura tras una noche de ensueño.
·         Ya te has saltado demasiado las reglas, ya vuelve la Alicia perfeccionista- bromea Mesut.
·         Cuando menos te lo esperes me las volveré a saltar - sonríe.
·         ¿Ducha y desayuno o desayuno y ducha?
·         ¿Qué tal un bañodesayuno?
·         Llena la bañera que voy a por el desayuno.
Antes de llevar a Alicia al aeropuerto me ha pedido ir a mi casa a despedirse de mi familia. ¡De mi familia! Es un disparate. A mi familia no le cae bien Alicia y a Alicia no le cae bien mi familia. Al aparcar el coche frente a la puerta quiero que la tierra me trague.
·         ¿Estás segura que quieres despedirte de ellos?
·         Sí - dice seria.
·         ¿Por qué? No te cae bien mi familia.
·         ¿Quién ha dicho que me caiga mal tu familia?
·         Creo recordar que querías alejarte de la mirada de mi padre - dice Mesut con una media sonrisa.
·         Ante todo educación.
Educación es lo único en que se basa la despedida entre mi familia y la mujer a la que quiero. La más efusiva es Duygu, que adora a Alicia, cada dos días me preguntaba si sabía algo de ella; se ponía más triste que yo. Y mi madre, ay mi madre. Parece que le cae bien pero es como si no pudiera dar su opinión.
Sentados en los asientos del aeropuerto Alicia y Mesut se gastan bromas, se hacen carantoñas y ríen. Ríen como una pareja. De camino a la puerta de embarque hablan.
·         ¿Hasta cuándo estarás en Madrid?
·         Hasta el 10 de enero más o menos.
·         ¿Dónde estarás?
·         En casa de Mac.
·         ¿Nos veremos cuando vuelva?
·         Te has despertado muy preguntón hoy - sonríe Alicia tocándole la nariz.
·         Me he despertado muy feliz.
·         Seguiré en Madrid cuando vuelvas - confiesa con una sonrisa de oreja a oreja.
·         No te subas a ese avión y viaja mañana conmigo - le pide abrazándola.
·         No podemos, nos vemos en Madrid - promete dándole un beso en la mejilla.
Son ya varios días los que Mesut y Alicia llevan en la misma ciudad e intercambiando mensajes, sin verse. Mesut no entiende por qué Alicia no quiere verle. Con ayuda de Macarena, Mesut, consigue hacerle una encerrona a Alicia.
·         ¿Seguro que te dijo que iba a venir a comer?
·         Sí Mesut. Cuando llame al timbre nos vamos.
·         Muchas gracias Mac.
·         Mientras tú tampoco le hagas daño os ayudaré.
·         Ahí está - dice Jesé levantándose para abrir la puerta-. Es ella.
·         Pues nosotros nos vamos - dice Macarena levantándose-. Mucha suerte.
·         Suerte crack - dice Jesé con la puerta medio abierta mientras Macarena coge su chaqueta y el bolso-. Coge mi chaqueta porfa - le pide a su novia Macarena.
Alicia llama al timbre y se encuentra con que es Mesut quien le abre la puerta. Al verle sonríe. Deja el bolso y la chaqueta sobre el sofá y dice:
·         ¿Qué haces aquí?
·         Tú fuiste a Turquía yo vengo a casa de Mac.
·         Podríamos haber quedado en otro sitio.
·         Aquí es más discreto.
·         ¿Qué quieres?
·         Verte.
·         Mesut, que nos conocemos.
·         ¿Dónde vas a pasar mañana la noche?
·         Aquí con...
·         Con nadie - interrumpe Mesut.
·         No, con Mac.
·         No mientas, sé que se va a casa de Jesé. ¿Por qué me mientes?
·         No somos nada, Mesut. No tengo porque decirte que hago o dejo de hacer.
·         No quiero que estés sola, cambiemos de año juntos. Solos tú y yo.
·         Dónde, ¿en tu casa con tu primo? ¿Aquí en una casa que no es nuestra? No Mesut. No puede ser.
·         Parece que te olvidas de con quién hablas. Puedo pagar una suit en el mejor hotel de Madrid.
·         Eso es lo que no quiero. No quiero estar contigo por quién eres.
·         Lo sé, siempre me has tratado como un chico normal y no como Mesut Özil jugador del Real Madrid. Déjame tratare como a una princesa. Quiero que el último día y el primero lo pases sonriendo y no pensando.
·         Pero tú no…
·         Pero tú sí y no voy a dejarte sola. Sólo quiero estar contigo, no creo que vaya a morirme.
Son las ocho de la tarde y Mesut pasa por casa de Macarena para recorre a Alicia. Está sola.
·         Dejo abierto arriba - dice Alicia por el telefonillo - entra sin llamar.
Mesut llega arriba y cierra la puerta. A los cinco minutos Alicia sale con un vestido negro anudado al cuello y por la mitad del muslo, con unos zapatos de tacón negros en la mano. Preparada pero no lista para marchar.
·         Hola - se acerca para darle un beso en la mejilla.
·         Vas muy sencilla, estás preciosa.
·         Gracias.
·         ¿Ya estás lista?
·         A medias.
·         ¿Qué ocurre?
·         Me has dicho que coja una maleta pequeña con cosas de aseo y tal.
·         Sí, cepillos, cremas, ropa interior, ropa para cambiarte esas cosas.
·         Ya, ya. El problema es que todavía no la he hecho - sonríe tímidamente.
·         Vamos te ayudo - sonríe metiéndose la llave del coche en el bolsillo.
·         Tú también vas muy sencillo y guapo - dice cuando entran en la habitación. Va con un vaquero, una camisa y una americana. Todo de negro-. Van a pensar que vamos a un funeral - bromea Alicia.
·         Que piensen lo que quieran. Bien guapos vamos - dice acercándose a Alicia para abrazarla.
·         Que creído te has vuelto - rodea la cintura de Özil con los brazos a la vez que sonríe.
·         ¿Lista para pasar otra noche inolvidable? - pregunta apartando un mechón de pelo de la cara de Alicia.
·         Sí - sonríe tímidamente.
Con la mente puesta en disfrutar de la compañía, Alicia y Mesut cenan sin acordarse de nadie, sólo caben bromas, buenos recuerdos, sonrisas, caricias y miradas que delatan amor.
Conversación tras conversación. Achuchón tras achuchón han cambiando de año sin darse cuenta.
·         Gracias por esta noche - sonríe Alicia levantándose de la silla.
·         ¿Te vas? - se levanta también Mesut.
·         Sí.
·         No te marches.
·         Tu objetivo era que no cenase sola y lo has conseguido.
·         Yo no te dije que quería cenar contigo, te dije que quería pasar la noche contigo - se acerca a ella.
·         ¿Y qué piensas hacer?
·         Como si estamos tirados en el suelo - posa las manos sobre las mejillas de Alicia-, me da igual lo que hagamos mientras sea juntos.
Y la besa. La besa volviendo a encender la pasión que ambos sienten dentro de su cuerpo.
Abrazados y desnudos. Cubiertos únicamente por la fina sábana que sobrevive en la cama de una de las siete suites privadas del hotel ‘Casa de Madrid’
·         Feliz año. Gracias por hacerlo perfecto.
·         Feliz año preciosa – le susurra Mesut al oído.
·         Cada vez que te veo tienes más músculos - dice Alicia apoyada en el pecho de Mesut mientras recorre los abdominales con la mano izquierda.
·         Pasa mucho tiempo, y eso no me gusta.
·         No lo estropees Mesut - pide quitándose de encima suyo y apoyándose en la almohada.
·         Vale, vale - promete levantándose-. Tengo hambre, ¿quieres algo?
·         No gracias - lo observa salir de la habitación de la suite ‘Las Hojas De Abril’ de 25m2.
Tras un par de minutos Özil vuelve a la habitación con un cuenco lleno de fresas. Se encuentra a Alicia con su camisa puesta y sentada en el suelo frente a la ventana. El futbolista se sienta detrás de la joven.
·         ¿Quieres? - le ofrece abrazándola.
·         No, gracias - sonríe.
·         Me gusta ver tus ojos llenos de vida.
·         ¿Por qué dices eso?
·         Estaban apagados. Tristes.
En silencio, dos locos esperando frente al vendaval mirando juntos desde la ventana no saben si esconderse o dejarse llevar.
·         ¿Qué pasará ahora con nosotros? - pregunta Mesut.
·         ¿Qué quieres que pase?
·          Quiero estar contigo para siempre.
·         Mesut, yo no quiero un para siempre de unos meses, yo quiero un poco a poco que nunca acabe.
·         Pues déjame darte ese poco a poco sin final. Déjame hacerte feliz.
·         No será fácil.
·         ¿Hay algo fácil en la vida? - pregunta retóricamente dándole un beso en el hombro desnudo de Alicia.
·         Hablo en serio, Mesut. Ahora vivo y trabajo en Londres y a ti te fotografían con alguna chica cada X meses.
·         Ali, habrá otras chicas - la gira para tenerla cara a cara. Alicia enrosca sus piernas en la cadera de Mesut-, claro que sí, y te llamaran mamá- acaricia su cara-. Tú y las chicas que te llamen mamá son las únicas mujeres que quiero en mi vida.
·         Yo también deseo eso con todas mis fuerzas pero hay muchos obstáculos por medio.
·         Juntos saltaremos todos esos obstáculos.
·         Tu familia es el más grande.
·         Soy yo el que quiere estar contigo, el que te ama y es algo que ellos no pueden resolver.
·         ¿Me amas? - pregunta mirándole a los ojos.
·         Más que nada en este mundo - y la besa.
·         Te amo - dice Alicia sin separar sus labios de los de Mesut.

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