Fic LXIX

69.  No sirven las palabras. Solo los hechos.

Alicia se da cuenta de que ya es tarde y de que ellos tienen que cenar y descansar así que se acercan a la mesa donde Vanesa y Paris están bien acompañadas.

     - ¿Y si los dejamos hablar? – dice Sergio frenándose.

     - Lo que quieres es que no me marche – mirándolo.

     - Que va – abrazándola por el cuello por detrás – hacen buena pareja.

     - Lo que me faltaba tener de cuñado un jugador del Barcelona.

     - Míralos – parándose y haciendo que Alicia se pare.

     - Que - entrelazando sus dedos con los de Sergio.

     - Es como si se conocieran de toda la vida.

     - Son como los amantes de Teruel tonta ella, tonto él. – Riéndose.

     - Como nosotros.

     - No se tú pero yo no soy tonta.- Se ríe a la vez que Anda y tira del brazo de Sergio.

     - Que mala eres.

     - No, soy muy buena – riéndose.

     - No se, no se – sonriendo.

     - Sergio - mirándolo.

     - Dime – sin dejar de mirarla.

     - ¿Me sueltas la mano?

     - No-. Niega con la cabeza.

     - Sergio-. Lo mira dulcemente.

     - Vale. – Besándole la mano.

     - Que bien os lleváis. – Dice Piqué mirándolos.

     - Igual que vosotros-. Le contesta Sergio.

     - No, nosotros no nos llevamos bien porque no estamos haciendo nada – dice Vanesa mosqueada.

     - Bueno estamos hablando, nos estamos conociendo – la mira Piqué.

     - No, porque yo no tengo interés en conocerte.

     - ¿Enserio? Yo pensaba que si, como no me has echado.

     - Te estoy soportando por Paris.

Mientras Vanesa y Piqué discuten Sergio y Alicia juegan con Paris.

     - Menos mal que no se llevan bien.

     - Los que se pelean se desean.

     - Eso son cosas de niños.

     - No aguantarías a otro cuñado del Barcelona, ¿eh?

     - No – mirándolo sonriente – Con tres del Barcelona en la familia tengo suficiente.

     - Son buenos tipos.

     - Ya me lo contaras dentro de una semana.

     - Hay que separarlos, sino llegaran a las manos – dice Sergio mirando como discuten.

     - Mejor, uno menos y si el trabajo sucio lo hace ella mucho mejor-. Se ríe.

     - Me gusta verte sonreír-. Sonríe a la vez que le quita a Paris.

Alicia le sonríe y se apoya en la mesa de alado junto a Sergio a observar como Vanesa y Piqué siguen discutiendo.

     - Yo pensaba que querías conocerme.

     - Te equivocas. Era Paris – mirándola.

     - ¿Tú no?

     - ¿A que fin te voy a querer conocer?

     - Eres del barça, yo soy jugador del barça. Es lo más normal.

Vanesa lo mira, suspira, le quita a Sergio a Paris y sale de la cafetería. Piqué la persigue. Sergio y Alicia se miran y salen, tranquilamente, tras ellos. Por el camino Sergio saca el móvil y llama a un taxi para que lleguen sanas y salvas a casa.

Mientras esperan a que llegue el taxi Alicia y Sergio hablan por un lado, mientras que Piqué insiste en que Vanesa le hable.

     - Solo quiero conocerte.

     - Pues yo no.

     - Si no te he hecho nada. ¿Me das tú número de teléfono?

     - ¿De que vas? – Alejándose de él – ¿que te crees que por ser jugador del barça vas a conseguir todo lo que quieres?

     - Si-. Sonríe.

     - Que egocéntrico eres por dios-. Dándose media vuelta y alejándose lo más posible de él.

     - Pero no te marches solo quiero hablar contigo-. Siguiéndola.

     - ¡Olvídame! –caminando de lado a lado.

     - No quiero y Paris tampoco – haciéndole gestos por detrás-. Ves quiere venirse conmigo.

Sergio y Alicia conversan en otro lado de la puerta.

     - Al final se mataran – sonríe Sergio mirándolos.

     - Un peso pesado menos – se ríe Alicia.

     - Me encanta que hayas recuperado tú humor – agarrándole la mano y acercándola a él – y tú preciosa sonrisa.

     - No puedo evitarlo – sonríe tímidamente-. Tú eres el que hace que este feliz.

     - ¿Volveremos a ser los mismos que éramos antes de que la cagara? - Mirándola a los ojos.

     - Será difícil.

     - No quiero perderte-. Abrazándola.

     - No me sirven las palabras. Solo los  hechos.

     - Déjame demostrártelo.

     - Te dejare-. Sonríe.

     - ¿Me dejaras o me dejas?- Deja de abrazarla para mirarla a los ojos.

     - Eso depende de ti. Esta relación solo funcionara si somos sinceros.

     - ¿Es una indirecta?

     - Puede-. Se ríe.

     - Te cuento lo que quieras, pero con una condición. Que tú me cuentes donde estuviste el día que desapareciste.

     - Vale. Pero tú primero.

     - ¡Cabezona!-. Dice Vanesa - vamos que ya ha llegado el taxi.

     - ¿Por qué te llama así? – mirando a Vanesa que esta intentando que Piqué suelte a Paris.

     - Ander-. Sonríe Alicia.

     - Te llamo antes de dormir, y así nos lo contamos todo-. Camina hacia el taxi alado de Alicia.

     - No.

     - ¿No íbamos ha empezar desde cero? – sujeta la puerta.

     - No es un final y un principio. Es un punto y a parte.

     - No me cuelgues el teléfono por favor.

     - No lo haré, pero eso lo tenemos que hablar cara a cara. Solo tienes que pensar en frenar a Cristiano, pero con…

     - Con fair play-. Dice a la vez que Alicia.

Los dos se ríen y se echan una mirada cómplice.

     - Adiós Gerard- . Se despide Alicia a la vez que entra al taxi.

Los dos observan con el taxi se aleja con ellas res dentro.

     - ¿A quien le pones los cuernos?- pregunta Gerard-. ¿A Alicia o a la periodista?

     - A ninguna- contesta dándose la vuelta-. ¿Y tú que te traes con Vane? Parecía que querías sonsacarle algo.

     - No la conozco. Es la primea vez que la veo.

Los dos, sin decir ningún comentario más, se dirigen al comedor donde el resto de sus compañeros están empezando a bajar para cenar. Durante el trayecto de Las Roas ha su casa, Alicia saca el móvil y llama a Mesut.

     - ¿Dónde estas? Te pasó a buscar-. Dice rápidamente.

     - Estoy yendo ha casa con mi hermana y Paris.

     - ¿Cuánto tardas? Te paso a buscar para ir a cenar.

     - ¿Lo podemos dejar para mañana? Se me ha hecho tarde y estoy cansada del viaje.

     - Como quieras- . Con la voz muy apagada.

     - Te ha molestado.

     - No, puedes hacer lo que quieras.

     - No, me mientas. Te molesta que no quiera ir a cenar contigo.

     - Lo que me molesta es que me digas que vamos ha quedar y después de hablar con Sergio me digas que no.

     - ¿Qué quieres dar a entender con eso? – molesta.

     - Nada. Déjalo. Ya hablaremos.

     - Espera. Dímelo.

     - Que no, que da igual. Quédate con Sergio.

     - Ahora por webos vamos ha hablar – enfurecida.

     - Alicia cálmate – le dice Vanesa – aparque ya por donde pueda.- Le dice al taxista.

     - Ya pago yo – dice Alicia sacando el monedero – Espera un momento por favor-. Dice al teléfono.

     - Te dejo, ya hablaremos mañana. – Colgando sin dejar que Alicia responda.

     - Me cawen su calavera – maldice mientras sale del taxi.

     - ¿Qué pasa? – Pregunta Vanesa sacando las llaves.

     - Nada, sube tú que ahora subiré. Marcando un número.

     - No tardes. Que tenemos que hablar de cómo dormir. Metiendo la llave y abriendo la puerta.

     - No te preocupes meteros en la cama ya dormiré en el sofá.

     - ¿Y tú espalda? – La mira apoyada en la puerta.

     - No te preocupes por eso-Yendo a sentarse a un banco-.Por favor coge el teléfono – poniéndose el móvil en la oreja.

Al ver que no lo coge e intentarlo un par de veces, se queda sentada en el banco observando la poca gente que a esas horas pasa por allí.  Después de estar un rato mirando a la nada decide subir a casa. Cuando se dispone a meter la llave en la cerradura del portal una voz de chico pronuncia su nombre. Sonríe antes de darse la vuelta. Se da la vuelta sonriendo se dirige hacia Mesut.

     - ¿Qué haces aquí?

     - Ahora que has venido ya no hace falta que cuide a Manchita-. Dice muy serio dándole una jaula donde lleva a la gatita.

     - ¿Por qué la tenias tú? – Abre la puerta para sacar a manchita.

     - Cuando te fuiste me la lleve a casa. No quería que le pasara nada- . Dejando la “jaula” en el suelo.

     - Gracias-. Le echa una brillante sonrisa.

     - Bueno yo me voy ya-. Dándose la vuelta camino a su coche.

     - ¿Quieres subir? – Dice rápidamente, haciendo que Mesut se detenga.

     - ¿No estas cansada? –Dándose la vuelta para mirarla-. Será mejor que te deje descansar. Mejor hablamos mañana.

     - ¿Y para que has venido?

     - Para devolverte a Manchita.

     - Manchita podía aguantar un día mas en tú casa.

     - No quería que te preocuparas.

     - Me lo hubiera dicho mi hermana. No me mientas y dime para que has venido.- Acercándose a él poco a poco.

     - De verdad que era para eso. Nos vemos mañana.

Le da un beso en la mejilla y se da media vuelta. Pero Alicia no es tonta y dice.

     - Has venido para ver si era verdad que estaba viniendo hacia casa-. Observándolo atentamente-. No me has creído. Creías que me iba a quedar allí con Sergio. Que después de hablar iba a viajar con él.

Mesut tarda unos segundos sin moverse y sin decir nada. Cierra las manos hasta formarse un puño, los aprieta fuerte y se da media vuelta. Hasta ponerse a la misma altura que Alicia. Y lleno de ira le echa en cara todo lo que sufre cada vez que la ve con Sergio.

     - No se que tienes en la puta cabeza, pero eres una autentica estúpida. Te esta tomando el pelo y tú le sigues teniendo en un pedestal. Le ves con tus propios ojos engañándote te dice que no lo hace y tú caes- toma aire y continua-. Caes como una autentica estúpida. Si por ti fuera, te ibas con él al fin del mundo. Si te pide que le chupes el culo tú se lo chupas.

Después de escupir todas esas palabras se marcha a su coche dejando a Alicia sola en medio de la calle. Alicia no reacciona, aunque Manchita si intentar bajar de sus brazos. Pero la vibración del móvil que lleva en el bolsillo le hace reaccionar. No lo coge pero le sirve para volver a casa. Sube y sin quitarse la chaqueta y el bolso se sienta en el sofá. Suelta a Manchita pero enseguida vuelve a su lado. El teléfono no deja de sonar. Cuando deja de sonar Vanesa sale al salón y dice.

     - Toma, es Sergio - entregándole su teléfono móvil-. Luego me lo entras-. Dirigiéndose hacia la habitación.

     - ¿Quién? – Dice al teléfono.

     - ¿Estabas dormida?

     - No – quitándose el bolso y dejándolo en el pequeño sillón.

     - ¿Te encuentras bien pequeña?

     - Si. ¿Ya habéis cenado?-. Se quita la chaqueta.

     - Si. ¿Segura que estas bien? Mira que soy capaz de escaparme e ir a tú casa.

     - Que tonto eres – se dibuja una sonrisa en su cara-. Estoy bien, solo estoy un poco cansada.

     - Te llamo mañana, ¿vale?

     - ¿Ya cuelgas?

     - Sabes que me quedaría toda la noche hablando contigo pero tenéis que descansar.

     - Quiero seguir escuchando tú voz – con voz de niña pequeña.

     - Yo también quiero seguir escuchándote, y verte. Pero tienes que dormir para madrugar. Tienes que ir a ver a Marquitos y a la universidad a arreglar todo. Sino al final te quitaran la beca. Y como te quiten la beca te cabrearas y la tomaras conmigo- bromea.

     - Cada día me sorprendes más.

     - ¿Para bien o para mal? – Esboza una pequeña risa.

     - Para bien. Nadie se preocupa por mi tanto como te preocupas tú.

     - Lo hago porque te quiero. Y quiero que estés bien.

     - No se que decirte. Me dejas sin palabras.

     - No digas nada, no hace falta. Se lo que sientes. Ahora a dormir.

     - Si capitán-. Se ríe.

     - Seguro que has hecho hasta el gesto.

     - Que va…

     - Anda tira, tira. Si estuviera yo allí ya estarías en la cama.

     - Ven-. Con tono de pillina.

     - No me lo digas dos veces.

     - Bueno, vamos a colgar ya que sino te escaparas como un adolescente que entra en la edad del pavo y la bronca me la llevare yo. Mucha…

     - No lo digas. Interrumpe.

     - ¿Qué pasa?

     - Mañana me lo dices que cada vez que tenga un hueco libre te llamare.

     - Que tonto eres. Hasta mañana.

     - Que tengas dulces sueños pequeña.

Alicia coge el pijama de la maleta, va a la habitación a devolverle el móvil a su hermana, pasa por el baño a cambiarse, coge una manta y se tumba en el sofá. Antes de dormir se queda un rato pensando en todo lo que Mesut le ha dicho y en como la trata y la habla Sergio.

Después de intentar despejarse la cabeza conduciendo por las calles de Madrid Mesut llega a casa. Directamente sube a su habitación, no deja de darle vueltas a todo lo que le ha dicho a Alicia y aunque es lo que piensa sobre su relación con Sergio necesita llamarla y pedirle perdón. Sabe que no le va a coger el teléfono por dos razones por que se habrá metido a dormir o porque estará hablando con Sergio. Así que decide esperar a que se haga de día y llamarla por la mañana.

Ya es de día. Mesut al no tener entrenamiento se despierta más tarde. Mira el reloj y ve que son las 11- mierda, Alicia- dice levantándose rápidamente. Pasa por el baño ha despejarse la cara y vuelve a la habitación. Sentado en la cama espera a que Alicia le conteste.

     - ¿Por qué no sigues durmiendo? Cuanto mas duermas mas descansado estarás para los partidos.

Se le hace raro escuchar así a Alicia. Con una voz tan sosegada. Sin pizca de enfado.

     - Ves, si lo que yo te diga. Aun estas dormido-. Con una dulce risa.

     - No, estoy despierto. Quien debería de estar durmiendo eres tú.

     - No me hace falta dormir más. He dormido muy bien esta noche. Hacia mucho tiempo que no dormía así de bien.

Esas palabras le hacen mucho daño. ¿Qué ha dormido bien? ¿Cómo que ha dormido bien? ¿No le ha afectado lo que le dije?-. Piensa.

     - ¿Dónde estas que se escucha tanto ruido?

     - Estoy en la universidad. Recuerda que aun sigo siendo estudiante y tengo una carrera que sacarme. Y no tengo mucho tiempo, tengo que entrar.

     - ¿Con todo lo que te ha pasado estas lista para volver?

     - Hay que seguir para delante. SI no sigo yo con mi vida no va a seguírmela nadie.

     - ¿Y ese repentino cambio de actitud?

     - Las personas que me quieren querían que volviera la Alicia de siempre y eso estoy haciendo. Ser yo.

     - Me alegro mucho que vuelvas a recuperar la felicidad.

     - Espero que tú también seas feliz, te noto un poco…un poco mal.

     - Estoy bien. Estoy recién levantado.

     - Pues a desayunar para que cambie tú animo. ¿Y a que se debe tú llamada? Si puede saberse.

     - Para saber como estas. Como ayer te hable un poco mal.

     - No te preocupes, no pasa nada. No te des mal por eso. ¿Solo me llamas para saber como estoy o para algo más?

     - Y para invitarte a comer. Quiero hablar contigo. No quiero que se quede así.

     - Mejor cenar. Porque comer no te puedo prometer que vaya a llegar. Estoy mirando para apuntarme a unas clases.

     - ¿Mas? No vas ha dar de si.

     - Es lo que quiero mirar. A ver si las puedo unir a las clases.

     - Te llamo esta tarde para ver por donde andas para pasarte a buscar.

     - Nos vemos esta tarde. Un beso.

Mesut se queda tranquilo porque no le afecta lo que le dijo pero intranquilo a la vez de que este tan feliz. ¿Se lo habrá contado a Sergio y le habrá dicho algo? Sin dejar de pensar se da una ducha y baja a la cocina a desayunar. Donde se encuentra con su hermano y Ümit.

     - Que mala cara tienes- dice Mutlu ofreciéndole una taza de café.

     - Gracias-. Acepta la taza y se sienta.

     - Deberías de estar contento, no te han convocado y tienes varios días libres.

     - Hubiera preferido ir a jugar.

     - ¿Nos vas a contar que es lo que te esta pasando?-. Se interesa Ümit.

     - No me pasa nada.

     - ¿Estas teniendo problemas con el club?-. Pregunta serio Mutlu.

     - Con el club esta todo bien.

     - ¿Entonces? ¿Te ha rechazado alguna chica?-. Se ríe Ümit.

     - No es nada de eso. No quiero seguir hablando-. Cogiendo una tostada.

     - Si no nos lo quieres decir lo respetamos. Pero sea lo que sea soluciónalo. Háblalo con Sami que es con el que más tiempo pasas, pero arréglalo ya. Que no afecte a tú juego-. Le recrimina su hermano.

     - No me des sermones. Levantándose-. ¡Rocky!

Mesut coge la correa de Rocky y sale por los alrededores de la casa a pasear a su mascota.