83. Recuerdos.
Alicia hace un par de fotos y busca un lugar tranquilo desde el cual pueda observar todo el entrenamiento.
Pasan los segundo y cada segundo que pasa necesita un abrazo y un ‘todo ira bien’ de esa persona que tanta falta le hace. Esa persona que con una sonrisa, una mirada, un simple ‘hola’ e incluso una regañina le hace sentirse especial y bien.
- Te necesito – dice muy bajito apretando el collar que Sergio le regalo.
Por mas que lo intenta no se le va de la cabeza lo que pasó la noche anterior.
- De verdad chica, que si Sergio se va a jugar a otro país os morís – dice Macarena.
- Si se va a jugar a otro país, cosa que dudo mucho, yo me voy con él – se tumba en la cama.
- ¿Serias capaz de hacer eso? – Pregunta Nicole tumbada en su cama.
- Eso y mucho más.
- ¿Se lo has dicho a Sergio?
- Creo que no hace falta que se lo diga, ya sabe que si se va a la Conchinchina me voy con él.
- ¿Y él? ¿Dejaría el Madrid por ti?
- Explícate – pide Macarena.
- Tú vas a ser una gran periodista – mira a Alicia – imagínate que te ofrecen un trabajo en…yo que se…Italia mismamente. ¿Dejaría el Madrid y jugar en un equipo italiano para estar junto a ti?
- Eso nunca va a pasar porque yo no lo permitiría.
- ¿Pero lo haría o no?
En medio de esa conversación tan interesante que les ha salido sola llaman a la puerta.
- ¡Joder! – rechista Macarena mientras se acerca a abrir la puerta.
- Hola chicas – entran Santiago e Iván.
- ¿Quién os ha dado permiso para pasar? – Los mira mal.
- ¿Os queréis venir a la disco? – pregunta Santiago.
- Nos estábamos metiendo a dormir – dice Nicole.
- Mentirosas – dice Iván-, estabais hablando.
- ¿Dónde estamos metidas? – dice Alicia.
- Hala venga que nos lo vamos a pasar muy bien.
- Yo me apunto – dice Macarena.
- Yo no, ¿sabéis que hora es? – se mira el reloj.
- Venga Ali, no seas aguafiestas – se le acerca Santiago para levantarla y sacarla de la cama.
- ¿Por qué venís a por mi y no a por Nicole?
- Porque ella es fácil de convencerla - dice Macarena-. En cuanto tú digas sí lo dirá ella para no quedarse sola.
- No quiero ir, no me gustan esos sitios, demasiados borrachos y demasiado humo.
- Solo será un ratito – le suplica Macarena.
- ¿Pero y…? – señala con la mirada la tripa.
- Un ratito porfis – pone ojitos.
- ¿Y no podéis ir sin mi?
- Vamos todos, y cuando es todos es todos – dice Iván.
- Esta bien – dice con pocas ganas-. Pero nada de coches.
- Me pido los zapatos blancos de Ali – dice rápidamente Nicole.
- Capulla - dice Macarena.
Al llegar a la calle que Iván le ha pedido al taxista Alicia se lleva una gran sorpresa.
- ¿Qué hacemos aquí? – pregunta muy seria.
- Divertirnos – dice Macarena.
- Yo no voy a pagar 40€ por entrar aquí.
- No tienes que pagar nada – dice Iván-. Nos han invitado.
- ¿Quién? – pregunta Nicole.
- Eso, porque si no eres famoso a ‘Gabbana’ no entras por la cara - dice Alicia.
- ¿Queréis dejar de quejaros y entrar? – les pide Verónica.
- Yo me voy – se da la vuelta Alicia.
- ¡No! – La frena Macarena-. Porfa entra, solo un rato.
- ¿Venís o no? – grita Iván.
Alicia se cansa de bailar y decide volver al reservado que Iván ha conseguido.
Sentada en los cómodos sofás intenta evadirse de la música de afuera poniéndose su música. Con ellos puestos deja que pasen las horas sin importarle nada, solo que llegue la hora de salir de ese lugar.
- ¿Cómo llevas el trabajo? – se sienta Nicole junto a ella.
- ¡Ay! Me has asustado – sale del trance.
- Lo siento.
- No pasa nada, se me pone un tigre a lado y se me come – sonríe.
- ¡Si no has escrito nada! – le quita el cuaderno.
- Estaba observando – mira hacia el campo.
- Las musarañas observabas – ríe-. ¿Estás bien?
- Sí – le quita el cuaderno.
- ¿Algún problema con la prensa?
- No, esta todo bien – escribe en el cuaderno.
- Te dejo escribir, nos vemos luego – le da un beso en la mejilla.
- Ciao guapa – sonríe mientras la ve alejarse.
- ¡Eh tú! – dice un chico señalando a Alicia.
- Tío déjala en paz – dice otro chico frenándolo.
- Déjame – se intenta quitar a su amigo de encima.
- Es novia de un amigo tuyo.
- Yo no tengo amigos en el Real Madrid – se suelta del brazo de su amigo-. ¡Tú! no te vayas – le grita a Alicia que se aleja de ellos-. La patada que me diste ayer te la guardo y a tú amiguito también.
- Vamos a la ducha – insiste su amigo.
- ¿Qué me vas ha hacer? – se da la vuelta para mirarlos - ¿lo mismo que intentaste ayer? – Se cruza de brazos-. ¿Dónde esta el señorío del que presumís?
- Ali vamos –se acerca Santiago – tenemos que arreglar lo de las fotos – termina la frase con una mirada fulminante hacia los dos chicos que increpan a Alicia.
Después de dejar a Marquitos en su casa acuden al nuevo piso de Alicia y Vanesa para organizarlo todo antes de dar entrada a sus cosas.
- Ya veras cuando se entere Ali de que este no es el piso que nos íbamos a quedar y que no ha elegido ella los muebles.
- Este es mejor que aquel y venia con muebles.
- Nos va a montar una…
- Lo he hecho por ella, ese era muy pequeño para los cuatro.
- ¿Qué cuatro?
- Vosotras dos, Ali y yo.
- ¿Te vas a venir a vivir aquí?
- No, sé que ella quiere su espacio y aunque me cueste mucho voy a dejar que lo tenga. Se sacrifica mucho por mí y me toca hacerlo a mí por ella, no quiero que se quede sola en mi casa cuando yo tengo que pegarme 24 horas en un hotel o viajar fuera.
- Tenéis que estar muy enamorados para darlo todo el uno por el otro – se dirige hacia la ventana.
- Yo lo estoy y espero que Alicia también – sin dejar de jugar con Paris-. ¿Y tú de Gerard?
- No lo conozco, yo solo estoy enamorada de una persona y tiene mi misma sangre.
- Y también la de Gerard.
- ¿Qué te ha contado? – Se gira para mirarlo.
- Todo.
- ¿También te ha contado que después de pasar una semana juntos tratándome como una reina me dejo tirada?
- Y que estuvo buscándote por Zaragoza también me lo contó.
- ¿Me estuvo buscando? – Se sienta enfrente de Sergio que no deja de jugar con Paris.
- Eso me dijo.
- ¿Qué mas te dijo? ¿Te contó por qué se fue?
- Le entró miedo.
- ¿Cómo que le entró miedo? ¿Miedo de qué?
- Me dijo que le gustabas pero que en ese momento no quería enamorarse.
- Por qué será que no me sorprende.
- Cuando te vio, os vio, volvió a nacer ese sentimiento.
- No me lo creo.
- Me pidió que le ayudara.
- ¿Qué le ayudes a qué?
- Que hablara contigo.
- No hay nada que hablar.
- Si tenéis de algo de lo que hablar – mira a Paris que juega con el móvil.
- No te pidió mi número para llamarme e informarse si es suya.
- Me pidió que hablara contigo.
- Pero no te pidió mi número, y además, ¿cómo sabe él que es suya?
- Vanesa díselo, él sabe perfectamente que Paris es suya. Reconoció lo que le quitaste.
- Cuando me llame hablaremos.
- Debe de estar sufriendo sabiendo que tiene una hija y recién se entera.
- ¿Y la waka-waka lo sabe?
- A ese punto no he llegado pero si Ali y yo no llegamos a reconciliarnos me muero sin ella y sin saber que tengo un hijo con ella.
- No es lo mismo, tú no has dejado tirada a mi hermana él si lo hizo conmigo.
- Vanesa sabes quien es y esta en el Barcelona, si quiere puede quitártela.
- ¿Crees que es capaz de hacer eso?
- Espero que no, pero si quiere verla y no le dejas puede que lo intente.
Nada mas terminar de cenar y antes de que los chicos se levanten de la mesa Alicia sale del comedor del hotel para ir la recepción.
- ¿Alguien sabe que le pasa a Alicia? – Pregunta Jazmín.
- Siempre preguntáis si le pasa algo, dejarla en paz – dice Macarena molesta-. Meteros en vuestras vidas.
Terminan de charlar y Santiago va a buscar a Alicia, la busca por todo el hotel, hasta que la encuentra sentada en los sillones de recepción.
- ¿Qué haces? – Se sienta junto a ella.
- El trabajo – le enseña el cuaderno.
- ¿Cómo puedes escribir esta maravilla de esa basura después de lo que te hizo ayer?
- No hay que mezclar las cosas, yo quiero ser una profesional y si dejo influenciarme por el equipo que soy, la relación que tengo con algunos jugadores o me caen bien o mal no lo seré.
- Pero esa basura no se merece que escribas lo que has escrito de él.
- No he escrito sobre él, he escrito sobre todo el equipo – le quita el cuaderno.
- ¿Se lo has contado a Sergio?
- No, y no lo va a saber – lo mira desafiante.
- ¿Por qué no? Si alguien puede hacer algo es él, es tú novio y se ha pegado un mes en África con Puyol.
- Por eso mismo, son amigos, juegan juntos en la selección y dentro de una semana juegan un clásico y no quiero que pase nada.
- Tú sabrás lo que haces si es mas importante un partido o tú vida. Pero creo que a Sergio le importa más tú vida que la de Puyol.
Alicia se queda pensando en lo que Santiago le ha dicho. Saca el móvil del bolsillo y marca el número de su hermana.
- ¡Anda! Si la desaparecida se digna a llamar.
- ¿¡Qué dices!? Si hablo todos los días con Sergio y le mando saludos para vosotras.
- Con Sergio, no conmigo.
- Necesito hablar contigo, ¿puedo o me vas ha dar la charla?
- ¿Sucede algo?
- ¿Estas con Sergio?
- No – lo mira.
- ¿Segura?
- Si, suelta ya lo que te pasa.
- No, da igual.
- ¿Has tenido algún problema allí?
- No. Todo bien.
- Alicia te conozco y se te nota en la voz que te pasa algo – le tapa la boca a Sergio que parece que va ha decir algo.
- Te lo cuento pero ni se te ocurra decirle nada a Sergio, ya se lo diré yo cuando nos veamos.
- Desembucha.
Estaba en uno de los reservados de la discoteca ‘Gabbana’ tranquilamente sentada en uno de los sofás escuchando música con los cascos, escuchaba gritar a unos chicos, discutir. No le di demasiada importancia hablaban otro idioma, pero empezaron a gritar mas alto en español y me asuste salí a la puerta para ver si podía hacer algo, me acerque a la puerta y comenzaron ha hablar mas tranquilamente así que no me metí.
Tenia sueño y estaba muy cansada y me fui a buscar a los chicos para ver por donde estaban, no llegue, apenas di dos pasos, alguien me agarro bruscamente del brazo y me llevó hasta el reservado en el que estaba.
- ¡Suéltame! – Grité una y otra vez.
- ¿Qué es lo que has escuchado? – Me preguntó empotrándome contra la pared.
- Me haces daño – me intenté soltar.
- ¡Qué es lo que has escuchado! – Gritó dando un puñetazo en la pared.
- Me estas haciendo daño – me caían lagrimas.
- ¿También quieres un hijo? – Me empezó a besar por el cuello.
- Me das asco – intente apartarlo de mi sin dejar de llorar.
- Te gusta verdad – sonreía.
- ¡Suéltame!
No me soltaba y yo no los soportaba más, me daba mucho asco, de un rodillazo me deshice de él, cogí mi bolso y me fui corriendo, en la puerta me choqué con Santiago, se asusto de verme, miró dentro y vio que Puyol se acercaba furioso hacia mí, se puso delante mío y le pegó antes de que pudiera acercarse a mí.
- Pero…!tienes que salir ya de Barcelona, te puede hacer algo!
- No sabe donde estoy.
- Te puede encontrar con un simple chasquido de dedos.
Vanesa observa a Sergio que esta callado mirando el móvil del que sale la voz de Alicia. Le tapa la boca con la mano y dice.
- Ali que pasa, ¿por qué te callas? ¿Qué ha pasado hoy?
- Nada.
- Alicia Martín qué ha pasado hoy en el entrenamiento – dice muy seria-. ¿Qué te ha hecho Puyol?
- ¿Por qué crees que me ha hecho algo?
- Te conozco. Ayer te hizo esa porquería, esta tarde os habéis visto y ahora por la noche me llamas. Dime que ha pasado y es una orden.
- Me ha dicho que se vengará.
- ¿Y tú qué has hecho? ¿Se lo has dicho a alguien?
- Le he preguntado si me iba a hacer lo que me intento hacer por la noche y si ese era el señorío que les enseñaban en la cantera.
- ¿Enserio le has dicho eso?
- Si.
- Esta chica… - dice Sergio bajito y sonriendo.
- ¿Y eso? ¿Con quien estas?
- Con nadie – mira mal a Sergio.
- ¿Estas con Sergio?
- No, es Paris que se ha despertado.
- ¿Y por qué me dices que estabas sola?
- Ali tranquilízate, vete a dormir y descansar. Si te vuelve a pasar algo me llamas, llamas a Sergio.
Mesut termina de cenar y poner rumbo a casa de Soledad, no le quiere abrir la puerta de abajo, espera a que alguien entre o salga y subir para llamar al timbre hasta que se canse de escucharlo y le abra.
Soledad abre la puerta y ve a Mesut sentado en la escalera con el brazo apoyado en la pared y la mano puesta en el timbre.
- ¿No te cansas de joder? – Le pregunta cruzada de brazos.
- Por fin abres - se levanta.
- ¿Qué haces aquí? – se apoya en el marco de la puerta.
- Tenemos que hablar – se acerca a ella.
- No tenemos nada de que hablar.
- Sí tenemos – se pone serio.
- No. No me acuerdo de nada así que no hay nada de que hablar.
- Por eso mismo. Yo tampoco me acuerdo y necesito saber que pasó sino me voy ha volver loco.
- Pasa – abre la puerta del todo.
En medio de un corto pasillo con una puerta al final y dos puertas a cada lado espera a que Soledad le indique que puerta pasar. Sole abre la puerta más próxima a la de la calle y le pide que pase.
Entra y ve un salón oscuro con dos sofás negros, una estantería con muchos libros y una mesa rectangular con 6 sillas.
- Puedes sentarte – dice Soledad apagando la televisión.
- Gracias – dice sentándose en la silla más próxima a él.
- ¿Y bueno? – Se sienta Sole en la silla de enfrente de Mesut.
- ¿Por qué tan lejos?
- Dime qué quieres.
- Recordar.
- ¿Y no lo puedes hacer en tú castillo?
- No, por mas que lo intento no lo consigo.
- Pues ese es tú problema – se levanta.
- Por favor – la mira.
- Esta bien – se sienta-. La verdad es que yo tampoco consigo recordar.
Sentados uno enfrente del otro, tratan de recordar que pasó la noche anterior.
Sin dejar de mirar a Soledad intenta pensar en la noche anterior, solo le viene a la cabeza el despertar. Despertar a lado de ella ha hecho que su cabeza solo piense en ella. Solo en Soledad.
interesante cap. osea que el vegetorio de puyols es el malo esperando el proximo
ResponderEliminaratt. Naye
Puyol el malo, y empieza Solesut? *o* Solesut!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Ya Sole perdonaloooo hazlo por las ozileras XD Gran Capi Son!
ResponderEliminar