FIC LXXXVI

 85. No dejes de intentarlo II.

Al fondo del pasillo apoyado en la pared y sonriente Esteban esta feliz, por fin ha conseguido hablar con Larissa, por fin van a volverse a ver y aclarar las cosas.

    - Esteban llama a todos y bajar a cenar – dice Rui Faria  desde el principio del pasillo.

Con una sonrisa, de oreja a oreja, llama a todas las puertas, de camino al comedor y todos juntos Esteban echa de menos a alguien.

    - ¿Dónde esta Ramos?

    - Ha salido detrás de ti y no ha vuelto a entrar – dice Raúl.

    - ¿Por qué estas tan contento? – Lo abraza Marcelo.

    - Estoy normal.

    - Algo me dice que es por Larissa – sonríe Karim.

    - ¿Otra vez te ha colgado el teléfono? – aparece Sergio Ramos de la nada.

    - Muchas gracias – le da un fuerte abrazo.

    - ¿Os habéis vuelto tolais? - pregunta Álvaro.

    - ¿En que habéis quedado? – continúan hablando haciendo caso omiso a Arbeloa.

    - Mañana vendrá y hablaremos.

    - ¡Bien Pirata, bien! – sonríe Ramos.

    - Dejar de chapurrear y sentaos a cenar – dice Aitor.

    - Mesut, ¿has recordado ya? – le pregunta Karim mientras se sienta a su lado.

    - ¿Recordar qué? – Pregunta Raúl.

    - Estas muy preguntón  hoy – dice Mesut.

    - Como siempre – sonríe.

    - ¿Le vas a contestar? – Dice Marcelo-. ¿Qué tienes que recordar?

    - Que el otro día…

    - Nada – le da una patada por debajo de la mesa.

    - ¡Ah! – se queja Karim mirando a Mesut.

    - Otros que andan misteriosos.

Todos miran riendo a Antonio y a la vez le tiran sus servilletas. Entre risas y bromas terminan de cenar y vuelven a sus habitaciones. Álvaro, Raúl y Xabi quieren que Sergio Ramos vaya con ellos a jugar al parchís. Por muchas veces que les diga que tiene que hablar con Alicia por skype consiguen secuéstralo. Juegan un par de partidas y Sergio se marcha a su habitación.

Al no estar conectada la llama por teléfono.

    - Jo, ya era hora. Me estaba quedando dormida.

    - ¿Por qué hablas tan bajito? – la imita.

    - Están durmiendo las chicas. Espera.

    - Espero.

Alicia coge una chaquetilla, la sabana, el portátil y se mete al baño.

    - Ya esta – dice hablando normal.

    - ¿Podemos hablar por skype?

    - Estoy encendiendo el ordenador.

    - Hasta que no te vea no colgare.

    - Ya estoy.

    - No te veo.

    - Te pones gafas. ¿Me ves?

    - Que guapa estas.

    - No, no me ves.

    - Venga cuelga el teléfono. Estas muy guapa.

    - Guapisimaaaa, mira que ojos – se acerca a la cámara.

    - Divina como siempre.

    - Tú que me ves con buenos ojos.

    - Eso va a ser – ríe-. Y lo de los ojos seguro que es por estar en el ordenador sin ponerte las gafas.

     - Que va…- pone cara de no haber roto nunca un plato.

     - ¿Cómo llevas el trabajo?

    - Mañana por la tarde volveré ha hacer fotos.

    - ¿Por la tarde? ¿Por qué no vas por la mañana?

    - Tenemos la reunión de las bases.

    - No sé que necesidad tenias de ir y participar.

    - Aclárate, ¿esto es bueno para mi carrera o no?

    - La clase, pero el viaje no. No tenías porque haber ido.

    - No he venido, me han traído.

    - Dejemos de discutir. ¿Has hablado con Larissa?

    - No, he estado haciendo el otro trabajo.

    - Mira que me gustas, ni en Barcelona haciendo un trabajo maravilloso como el de fotografiar cosas dejas de hacer el resto.

    - Si es que me aburro y no estoy en la misma onda que ellos.

    - Que buena estudiante eres.

    - Dime que pasa con Lari y Esteban.

    - Por lo visto Larissa ha entrado en razón y mañana vendrá a verlo.

    - ¿Cómo que ha entrado en razón?

    - Sí, por fin ha aceptado hablar con el pirata.

    - Yo la entiendo y se pasa mal. ¿O es que ya lo has olvidado? Bueno, a no ser de que tú no lo pasaras mal.

    - Deja de decir tonterías. Lo pase muy mal y también sé lo mal que lo esta pasando Esteban.

    - Por eso mismo deberías entenderla.

    - Si no se hubiera ido y lo hubieran hablado desde un principio.

    - Yo también me fui.

    - Tenías motivos.

    - Cierto, unos cuernos enormes – gesticula.

    - Yo jamás hice eso. Ni lo hare. ¿Oyes? Nunca. Nuestro amor es mucho más fuerte para que unos idiotas lo rompan.

     - Ladrón – le saca la lengua.

     - Que pronto pasas del enfado a la risa.

     - Intentaba ponerme seria pero no puedo. Y no son unos estúpidos, es una estúpida.

    - Solo te puedes poner seria cuando estas cabreada o indignada con algo.

    - ¿Cómo va todo por allí? ¿Me estáis cuidando a Alvarito?

    - Si el espartano se sabe cuidar solo.

    - No me refiero al prego, me refiero a Morata.

    - Tranquila que lo cuidamos muy bien.

    - Así me gusta – sonríe-. Bueno cariño me voy a dormir que no he tenido un buen día.

    - ¿Has tenido algún problema?

    - No, solo estoy cansada.

    - Ali, dime que te pasa, ¿has vomitado mucho?

    - Solo un par de veces.

    - ¿Entonces?

    - He llamado a Male para saber como esta Gonza y no me ha contestado.

    - No te lo habrá cogido porque estaría haciendo algo.

    - Si que me lo ha cogido pero no me a querido decir como esta Gonza. Solo me ha dicho que deje de fastidiar a los que me quieren.

    - Que raro. ¿Por qué te habrá dicho eso?

    - No lo sé.

    - Averiguaré que le pasa.

    - Me imagino que lo estará pasando mal por Gonzalo, pero yo no le he hecho nada, ni a ella ni a él, por lo menos que yo recuerde.

    - Seguro que esta mal por Gonza.

    - Si hablas con él le das todo mi apoyo y si necesita algo le ayudare en lo que pueda.

    - Ahora descansa que no debe de ser bueno que estés tanto rato sentada en el suelo con el portátil.

Larissa llega al hotel donde se encuentran los jugadores del Real Madrid, le pregunta a la recepcionista y enseguida le indica el lugar donde Esteban acudirá después de desayunar.

Entra a la cafetería y lo ve sentado sin dejar de mover las piernas.

    - Como sigas así  esta noche no vas a poder controlar el balón – dice detrás de él.

Esteban se levanta, se da la vuelta y la ve ahí de pie sonriendo.

    - Siéntate por favor – le indica - ¿quieres algo? Voy a buscarlo.

    - Tranquilízate Esteban – lo agarra de las manos.

    - ¿Puedo abrazarte?

    - He venido ha hablar – le suelta las manos.

    - ¿De que tienes miedo?

    - ¿De verdad no lo sabes?

    - No, porque no hay nada de lo que tengas que temer.

    - ¿Crees que es fácil?

    - No veo el lado difícil.

    - No quieres entenderlo, ¿verdad?

    - Sentémonos – le indica con la mano.

Se sientan y esta un rato mirándose a los ojos. Hasta que Esteban rompe el hielo.

    - ¿Hablamos? Me estoy poniendo nervioso.

    - Yo también estoy nerviosa.

    - Dime de que tienes miedo.

    - De lo que pueda pasar.

    - ¿A que te refieres?

    - La prensa, tus fans, el día que lo dejemos – baja el tono de voz en cada palabra.

    - ¿Cómo que el día que lo dejemos? ¿Por qué lo vamos a dejar? Si estoy luchando tanto para estar contigo es porque quiero que sea para siempre.

    - Pero… ¿y si pasa?

    - No pasará – la agarra de la manos – te lo prometo – le acaricia la mejilla con la mano izquierda-. Porque es lo que quiero - la vuelve agarrar las dos manos -, pasar el resto de mi vida junto a ti, discutir por el lado de la cama, que me chilles porque he dejado el tubo de la pasta de dientes abierto, discutir por quien se ducha primero, discutir por el nombre de nuestros hijos.

    - ¿Y a parte de todo eso podremos hacer otras cosas sin que nos molesten?

    - ¿Qué tipo de cosas?

    - Pasear por la calle cogidos de la mano, ir a tomar un café, ir al cine, ir a hacer la compra…

    - Claro que podremos e ir al parque a pasear a nuestros hijos.

Se funden en un abrazo y Larissa le dice al oído.

    - Déjamelo pensar.

    - Si me quieres no hay nada que pensar.

    - Por favor hasta que vuelva a Madrid.

    - Cuando vuelves – deja de abrazarla.

    - No sé, tengo que hablar con mis tíos – se levanta – tengo que estar aquí hasta el domingo.

    - ¿Y la universidad? – se levanta después de ella.

    - Creen que me he venido a ver a un familiar enfermo.

    - Ya es mucho tiempo, deberías volver te van a suspender – dice preocupado.

    - Me pasan los apuntes todos los días, tenía que salir de allí, alejarme de ti.

    - ¿Lo has conseguido?

    - Al Real Madrid lo conocen en todo el mundo y teniendo primos madridistas es imposible.

    - ¿Y tú? ¿Lo eres? – se acerca mas a ella.

    - No, yo no soy de fútbol, soy más de basket – sonríe mirándolo a los ojos.

    - ¿Vas a ir al partido?

    - No. Nos vemos cuando vuelva a Madrid.

    - ¿Será pronto?

    - No lo sé – le da un beso en la mejilla.

En un lado de la cafetería, el resto de la plantilla observa a Esteban y a Larissa.

    - ¿Qué dicen? ¿Están juntos o no? – pregunta Marcelo.

    - Calla que no se oye – le dice Cristiano tapándole la boca.

    - Van a terminar juntos – dice Sergio Ramos.

    - ¿Cómo estas tan seguro? – Pregunta Adán.

    - Menso se les nota – dice Pepe.

Observan como se acaba todo, como su amigo observa alejarse a esa chica que tanto nombra en las concentraciones y entrenamientos. Pero de repente ven como su querido amigo se acerca ella, como la agarra del brazo para que lo mire. La abraza y algo le dice al oído, algo que no pueden escuchar. Y como se despide de ella con un beso en la mejilla.

¿La volverá a ver? Se preguntan todos pero ninguno pronuncia.

Cuando todos se dan por vencidos y están dispuestos a acercarse para consolar a su amigo, un insignificantito gesto consigue detenerlos.

Se frena. Larissa se detiene antes de llegar a la salida. Todos se frenan en seco y observan atentamente como Larissa se da la vuelta y se encuentra a un Esteban cabizbajo y sin despegar la mirada de ella. Se acerca a él y sella con un beso en los labios lo que Sergio Ramos había pronosticado minutos antes.

Todos empiezan a gritar, a silbar y a aplaudir. Los dos los miran y ella sonríe tímidamente escondiéndose entre los brazos de Esteban.

    - ¡¿Qué pasa aquí?! – Llega José muy serio-. Dejar de molestar a los clientes.

    - Míster es un momento muy bonito – dice Marcelo señalando a Esteban y Larissa.

    - Sí muy bonito pero dejar de molestar. Ir tranquilos al salón que hay para vosotros.

Todos hacen caso al míster y van a la salita habilitada para ellos. Comen, duermen siesta y meriendan.

Minutos antes de salir rumbo al Ámsterdam Arena los jugadores esperan en la puerta del salón de actos a que el míster de la charla táctica.

    - ¿Y esa sonrisa? – Dice Xabi que esta sentado al lado de Mesut.

    - ¿Ya has recordado? – dice Karim apoyado en la pared en frente de Mesut.

    - Sí – le sonríe él.

    - ¿Recordar el qué? – pregunta Marcelo que llega bailando.

    - ¿Eres el sustituto del Chori o qué? – dice Sergio Ramos pasándo el brazo derecho por los hombros de Marcelo.

    - Sea lo que sea que se note en el campo – dice Iker desde atrás de Sergio y Marcelo.

    - Todos a dentro – dice Aitor desde la puerta.

Las bajas por lesión de Carvalho, Khedira e Higuaín y el descanso que Mourinho da a Pepe y Di María motivan que el once del Real Madrid incluya varias novedades. Albioll y Arbeloa entran en la defensa, Lass y Pedro León  en el centro del campo y Benzema en la punta de ataque. Cambian los nombres, pero no el estilo de un equipo que sigue con paso firme e invicto su camino por la Liga y la Copa de Europa. El Madrid sale concentrado, dispuesto a no dar un paso atrás frente a un Ajax que se juega la vida en la competición y en el que Martin Jol alinea a tres delanteros. Apuesta por reforzar el ataque, pero pierda la batalla en el centro del campo, donde al trabajo de Xabi Alonso y Lass se une el generoso esfuerzo de Pedro León.

Asegurada la tranquilidad para Casillas, las combinaciones entreÖzil, Cristiano y Benzema empiezan a generar las primeras ocasiones del Real Madrid. En 25 minutos ya  acumulan seis remates y un penalti no señalado por zancadilla de Van der Wiel sobre Cristiano. No importa, porque los madridistas llegan sin problemas al área de Stekelenburg. Hasta que ocurre lo inevitable. En el minuto 35, cuando Xabi Alonso envia un centro al área desde 30 metros sobre Özil. El alemán, en vez de intentar el remate, se inventa una obra de arte y deja el balón atrás con la espuela a Benzema, que con la derecha pone la pelota en la escuadra izquierda de Stekelenburg.

El 0-1 hace justicia con el mejor equipo que hay en el campo. Pero el Real Madrid no cede en su empuje y en el minuto 43 volve a encontrar la recompensa a su buen trabajo colectivo, personificado en un Arbeloa perfecto durante toda la primera parte. El lateral recoge el balón rechazado tras una falta botada por Cristiano que había pegado en la barrera y saca un disparo con la derecha desde fuera del área. La pelota toca en El Hamdaoui y descoloca a Stekelenburg, que no puede evitar el 0-2.

Más decisivo es el guardameta holandés para impedir el 0-3 al minuto de iniciarse la segunda parte. Cristiano Ronaldo se lleva el balón tras un genial autopase y su disparo a bocajarro lo acierta  a rechazar el portero primero y el larguero después. Martin Jol ya ha intentado arreglar el desequilibrio ocasionado con su once inicial quitando a El Hamdaoui para sacar a De Zeeuw, un centrocampista. El Ajax frena el chaparrón y tiene más la pelota, pero apenas crea peligro al equipo madridista.

Mourinho responde dando entrada en el minuto 64 a Di María por Pedro León y en el 69 el argentino pide la palabra en el partido. Roba un centro mal medido de Enoh en la medular, se marcha por velocidad y abre a la izquierda a Cristiano Ronaldo, que de tiro cruzado con la zurda pone el 0-3. Es su gol 50 en los 54 partidos que lleva en el Real Madrid. Pero el portugués, un devorador de récords, no se detiene y en el minuto 80 tiene la oportunidad de ampliar la cuenta. Penalti claro de Emanuelson sobre Özil que Cristiano convierte en el 0-4.

El partido esta acabado, pero hay tiempo para ver el debut oficial de Mateos con el Real Madrid (entra por Lass), la salida de Canales (sustituyendo a Benzema) y las expulsiones por doble amarilla de Xabi Alonso (86’) y Sergio Ramos (91’).

Una vez en el avión y antes de despegar cada jugador recibe las felicitaciones de sus familiares, esposas y novias.

    - Ya me explicaras lo de las tarjetas.

    - Mira el lado bueno tendremos dos días más para estar juntos.

    - Cuida no te escuche José.

    - Mañana que tengo el día libre voy y nos volvemos juntos en tren.

    - No. ¿Y el coche?

    - Me fio de Nicole.

    - No. Tú vete a Sevilla a ver a tú familia, no cambies tus planes por mi.

    - Sabes que lo cambiaba todo por estar contigo.

    - Te han debido de dar algún golpe en el partido.

    - A que hora llegas a Madrid.

    - Pues no sé llegaremos por la tarde noche.

    - ¿Vas a conducir de noche?

    - Si, tú también lo haces, cuando lleguéis a Madrid iréis a Valdebebas, te montaras en tú coche y conducirás hasta tú casa.

    - Nuestra.

    - Si tuya, nuestra de quien sea.

    - Nuestra.

    - A saber cuantas han pasado por ahí.

    - Es nuestra, y han podido pasar muchas pero solo una se ha quedado. Tú.

    - Espero que no pasen más – se ríe.

    - No lo harán, tú eres la última y definitiva.

    - ¿Te acuerdas que te debo muchos besos por las cosas bonitas que me decías?

    - Ajá.

    - Pues añade otro a la lista.

    - Te tomo la palabra. No me queda mucho tiempo, a las 9 llegare a Madrid, ¿estarás?

    - Creo que si. ¿Te paso a buscar a la estación?

    - No vete directa a casa ya me cogeré un taxi y acudo allí.

    - Saludas a todos. A no ser de que no sepan de mi existencia.

    - Si saben tonta.

    - Pues los saludas, que ya tengo ganas de conocer a tú madre.

    - La conocerás.

    - Por cierto, felicita al espartano por ese golazo, uuf como le pega, a Karim por el gol y  a Mesut por ese pedazo pase.

    - Lo de Karim hecho, lo del espartano…

    - ¿Qué pasa conmigo?

    - Nada cotilla – lo mira-.  Y lo último lo llamas tú.

    - ¿Tú crees que me lo cogerá?

    - ¿Te lo paso por aquí?

    - Vale.

    - ¡Eh Mesut! – grita levantándose del asiento.

    - ¡Qué! – grita él desde su asiento.

    - Toma – le da el teléfono.

    - ¿Quién es? – lo coge.

    - No te lo voy a decir pero contesta.

    - ¿Hola? – contesta Mesut con miedo.

    - Enhorabuena por ese pase.

    - Gracias.

    - Pásame a Sergio, solo era eso.

    - Esta hablando con Álvaro, Karim y Raúl – dice en español.

    - Pues dale el móvil, ya no te molesto más.

    - ¿Alguna vez volveremos a ser los amigos que éramos? – dice en alemán.

    - Tú fuiste el que confundió las cosas.

    - Lo sé y lo siento, ¿pero podremos vernos y hablarlo?

    - Por mi no hay ningún problema, lo he intentado de todas las maneras.

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SönPL

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