112. Tú decides.
Esperando a que sea lo
hora de poner rumbo al hotel de concentración Gonzalo, Sergio y Mesut conversan
en el gimnasio.
- Sergio lo digo en serio, necesito hablar con Alicia.
- ¿No te habla por lo de Male? – pregunta Özil.
- Sí – afirman los dos a la vez.
- No te querrá ver ni en pintura – mira Mesut a Sergio.
- Exacto.
- Pues necesito verla, tengo que convencerla para que convenza a Male y me coja el teléfono
- Veré lo que puedo hacer – promete Sergio-. Os dejo chicos.
- ¿A vos que te pasa? – le pregunta Gonzalo cuando Sergio ha salido del gimnasio-. Nadie diría que tenes novia.
- No somos novios.
- Sí, ya, seguro – lo mira-. Va decime qué te pasa.
- Nada, déjalo.
- Contáme.
- Temo encontrarme con Soledad.
- ¿Se te va a comer o qué? – ríe Gonzalo.
- Quién sabe, no le cojo el teléfono.
- ¿Hace cuanto?
- Bastantes días.
- ¿Qué querrá?
- Tal vez una respuesta.
- ¿A lo de…?
- Sí.
- Pues dásela.
Vanesa tiene un fin de
semana libre y por fin Alicia puede hablar seriamente con su hermana. Tumbadas
en el sofá y con una película de princesas de fondo Alicia observa a su hermana
sin saber cómo entablar la conversación.
- ¿Podemos hablar?
- Dime.
- El domingo hablé con Piqué – presta atención a su reacción.
- No quiero saber nada de él.
- Me pidió que hablara contigo.
- Alicia déjalo. No le voy a dar a la niña.
- Quiere recuperaros. Aprovecha estas navidades para hablar con él.
- Si quiere hablar conmigo que me busque, y dejémoslo así.
- Te buscara – confiesa Alicia.
Ya en el hotel de
concentración Cristiano, Álvaro y Marcelo ayudan a Sergio a convencer a Alicia
para que hable con Gonzalo y así poder arreglar sus problemas.
Con la decepción de la
conversación con su hermana Alicia no quiere volver a tener otra por lo tanto
decide no ir a casa de Gonzalo. Pero siendo uno de los mejores amigos de su
novio sabe donde vive.
- Alicia tienes visita – grita Vanesa dejando pasar a Gonzalo.
- Hola – dice él entrando y cerrando la puerta que da a la calle.
- Qué – sale Alicia de su habitación
- No me eches – suplica Gonzalo antes de que Alicia abra la boca.
- Gonzalo vete.
- Si no os conociera pensaría que sois novios – dice Vanesa colocándole el abrigo a Paris-. Habla con el chico que no te cuesta nada – mira a su hermana-. Nosotras nos vamos y os dejamos solos.
- ¿Quieres algo? – cede Alicia a hablar con él sentándose en uno de los taburetes de la cocina.
- Agua.
- Pues te la coges.
- Que amable – sonríe Gonzalo sentándose frente a ella.
- A que sí – sonríe irónicamente mirándolo-. Qué quieres – dice seria cogiendo una manzana del frutero.
- Que me hables. Esta semana ha sido un sufrimiento para Sergio – coge otra manzana.
- ¿Crees que no lo sé? A mí tampoco me gusta esta situación pero has hecho daño a Male.
- Lo sé y quiero solucionarlo.
- Sabes que no puedes.
- Por eso necesito tu ayuda.
- Yo no puedo hacer nada, solo tú puedes arreglarlo.
- Dime cómo, vos conoces a Male.
- Tú también deberías conocerla.
- ¿Si pongo empeño me ayudaras?
- No lo sé Gonzalo, lo único que quiero es que Male no sufra más.
Sentada en la grada
del estadio de la ciudad deportiva del Rayo Vallecano Macarena observa el
partido entre el Rayo Vallecano B y el Real Madrid Castilla.
Decidió no volver a
verle pero la preocupación que ha mostrado estos días se merece una
oportunidad.
Con 0-0 en el marcador
finaliza el partido, Macarena espera a
que Carvajal termine de cambiarse. Antes de que Daniel salga se encuentra con
la persona que temía encontrarse. Con un – hola- y dos besos Jesé Rodríguez se
coloca frente a ella.
- ¿De qué vas ahora? – le dice Macarena sin entender su cariñosa actitud.
- Tú me dejaste plantado primero.
- Así que ojo por ojo – ríe Macarena irónicamente.
- Pues sí.
- Pues adiós – sonríe Macarena.
Jesé observa como
Macarena se aleja y se acerca a su amigo Daniel. Con un cariñoso abrazo y un
bezo en la mejilla ambos se suben al coche del lateral del segundo equipo del
Real Madrid Club de Fútbol.
Después de comer y
tomar una pequeña siesta los jugadores del primer equipo tienen unos minutos
libres antes de merendar y tener la charla táctica Karim Benzema y Mesut Özil
conversan.
- ¿Qué tal te va con la chica esa? – pregunta Mesut.
- Solo hemos quedado una vez.
- ¿Sólo? Si estabas muy encaprichado con ella.
- Sí pero el encuentro fue frío.
- ¿Vas a volver a llamarla?
- No lo sé. Tal vez.
A pesar de estar
enfadada con él le tiene aprecio y es de los mejores amigos de su novio Alicia
decide acompañar a Gonzalo durante el partido.
- Me alegro verte acá – sonríe Gonzalo.
- No te hagas ilusiones, solo he venido porque Sergio me ha dicho que no tienes cuerpo para ir al Bernabéu.
- En el fondo me queres – pasa el brazo sobre los hombros de Alicia.
- Encerrado en una habitación – ríe dándole un beso en la mejilla.
- Gracias por venir – la abraza.
- ¡Me estrujas!
- Perdón – afloja el abrazo.
- Te perdono si me sacas muchas patatas y bollos.
- Estas en casa de un futbolista.
- Seguro que tienes culo gordo – le saca la lengua.
Minutos antes de que
comience el partido una visita inesperada vuelve a sacar a la luz la tormenta
que escasos minutos había llegado a su cauce.
- No podes comer tanto antes del partido, mira lo que te pasa. No dejas de vomitar – le dice Gonzalo a Alicia quitándole un paquete de patatas.
- Son gajes del oficio – vuelve a coger el paquete de patatas.
- Tenes que comer bien.
- Y tú, y no lo haces – se dirige al salón.
- Tú estás embarazada.
- ¿Quién es ésta? – pregunta Alicia al ver a una chica sentada en el sofá.
- ¿Embarazada? – pregunta la chica levantándose-. ¿Ella es Male? – mira a Gonzalo señalando a Alicia.
- ¿Tú eres la otra? – mira Alicia a la chica del pelo largo.
- He preguntado yo primera.
- Eso es un sí – deja el paquete de patatas sobre la mesa-. Y sí, estoy embarazada así que más te vale que te alejes de nosotros tres – dice con un tono amenazador.
- Ali no seas mala.
- He venido por ti pero prefiero irme – coge la chaqueta-, no quiero volver a estar mal contigo – mira a Gonzalo-, y así no lo vamos a conseguir.
- Ali no te vayas, te necesito por favor.
- ¿Vosotros que sois? – pregunta la chica interrumpiendo el abrazo que Gonzalo le da a Alicia.
- Papás – dice Alicia tocándose la tripa y sentándose en el sofá.
- Ali- la mira-. Somos amigos.
- ¿Solo amigos? – se acerca a Gonzalo.
- Guapa tu quién eres para hacer tantas preguntas, ya te ha dicho que somos amigos – dice Alicia volviendo a coger el paquete de patatas-. Y ahora callaros que empieza el fútbol.
- ¿Ya? – mira Gonzalo el reloj-. Sentate donde queras Naye.
-
En
la primera mitad al Real Madrid le cuesta encontrar su juego ante un Sevilla
bien plantado atrás. Aún así, el mejor defensor de los de Manzano es el
asistente Juan José Gallego Galindo, que pita tres fuera de juego inexistentes
al Real Madrid que evitan tres claras ocasiones de gol. Los de Mourinho que acusaran las bajas de Xabi Alonso y Marcelo, se descomponen con las constantes
interrupciones del juego por parte de los de Manzano y se van al descanso con
cierta sensación de frustración.
La segunda mitad es otra historia. El principal protagonista, Clos Gómez. El aragonés comienza con un recital de errores y, curiosamente, todos en contra del Real Madrid. En el minuto 62 expulsa por doble amarilla a Carvalho por un presunto codazo que no existe, porque el central portugués choca con su cabeza contra la de Negredo. Siguiente error de bulto. Minuto 69 de juego, Escudé agarra de manera reiterada a Granero dentro del área y Clos Gómez no lo ve. Penalti claro. Otro dato: los jugadores del Real Madrid reciben nueve amarillas y una roja, por tres amarillas y una roja para el Sevilla.
Pese a todo, el Real Madrid no se descompone, todo lo contrario. Se agarra al Bernabéu, a su historia y se lanza a por el partido. El empate no vale para nada. El Sevilla se asusta, se mete aún más atrás y eso le sentencia. En el 76’ de juego, internada de Özil en el área, el balón le llega rechazado a Di María y el argentino, en una genialidad, aguanta la salida de Palop y le bate con suspense. 1-0 y los de Mourinho se ponen por delante con 14 minutos de juego y un hombre menos en el campo. El técnico portugués reacciona rápido, quita a Özil y mete a Albiol.
Los últimos minutos no son ningún sufrimiento para el Real Madrid. El Sevilla, aturdido por la derrota, no es capaz de encontrar la portería de Casillas. El conjunto madridista logra una victoria merecida, agónica y digna de un equipo que nunca se rinde.
La segunda mitad es otra historia. El principal protagonista, Clos Gómez. El aragonés comienza con un recital de errores y, curiosamente, todos en contra del Real Madrid. En el minuto 62 expulsa por doble amarilla a Carvalho por un presunto codazo que no existe, porque el central portugués choca con su cabeza contra la de Negredo. Siguiente error de bulto. Minuto 69 de juego, Escudé agarra de manera reiterada a Granero dentro del área y Clos Gómez no lo ve. Penalti claro. Otro dato: los jugadores del Real Madrid reciben nueve amarillas y una roja, por tres amarillas y una roja para el Sevilla.
Pese a todo, el Real Madrid no se descompone, todo lo contrario. Se agarra al Bernabéu, a su historia y se lanza a por el partido. El empate no vale para nada. El Sevilla se asusta, se mete aún más atrás y eso le sentencia. En el 76’ de juego, internada de Özil en el área, el balón le llega rechazado a Di María y el argentino, en una genialidad, aguanta la salida de Palop y le bate con suspense. 1-0 y los de Mourinho se ponen por delante con 14 minutos de juego y un hombre menos en el campo. El técnico portugués reacciona rápido, quita a Özil y mete a Albiol.
Los últimos minutos no son ningún sufrimiento para el Real Madrid. El Sevilla, aturdido por la derrota, no es capaz de encontrar la portería de Casillas. El conjunto madridista logra una victoria merecida, agónica y digna de un equipo que nunca se rinde.
Para
animar a sus compañeros Gonzalo decide que Sergio y alguno más se pasen por su
casa para cenar. Pepe, Ángel, Cristiano, Marcelo y Mesut se presentan con sus respectivas
novias.
Nayelin
al no conocer a nadie no sabe de qué hablan, se siente desplazada y un bicho
raro así que decide irse. Gonzalo deja a
sus amigos y evita que se coloque el abrigo.
- No te marches.
- No sé porqué he venido.
- La verdad yo tampoco, porque me dijiste que no ibas a venir.
- Me arrepiento de haber venido – mira hacia la mesa clavando la mirada en Alicia.
- ¿Aún crees que estamos juntos? – mira a Alicia-. ¿No los viste durante la cena? – sonríe al ver a Sergio y Alicia abrazados y riendo en el sofá-. ¿No me crees? – vuelve la mirada hacia Nayelin.
- Es muy cariñosa con todos – sigue sin quitar la vista de Alicia.
- Porque es así. Sos muy celosa.
- Perdóname, pero es que no encajo, no soy como vosotros. Me siento desplazada.
- Las novias de ellos también piensan que no encajan en un mundo de futbolistas y míralas –señala a todas las chicas que miran revistas de moda en la mesa grande-, hasta Alicia a conseguido soltarse de Sergio. Si queres encajaras. Vos decidís – vuelve con sus amigos dejando a Nayelin pensar.
Al
cabo de unos minutos Nayelin entra otra vez al salón y tras dedicarle una
sonrisa a Gonzalo se sienta junto a las chicas. Nada más sentarse en la silla
Alicia se levanta y vuelve con los chicos.
- Siempre se ha llevado mejor con los chicos – la excusa Nicole-. Es muy chicazo – mira a su amiga Alicia dedicándole una sonrisa cómplice.
- Si ya – dice Nayelin.
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