viernes, 22 de febrero de 2013

NUEVO RUMBO


Cuando el balón se detiene. Capítulo 10.

No es la primera vez que salgo de fiesta con Josh pero, no sé por qué, hoy no estoy cómoda. A estas horas de la noche nadie sabe dónde está ni cómo se llama. Idioteces, chicas vomitando y chicos creyéndose ser los mejores intentando impresionar a las chicas es lo único que queda. Y uno de esos chicos es Josh. Me sorprende verle así, no parece él. Y lo peor es que desde que llegamos aquí no hemos hablado.
·         ¿Te gusta? - me pregunta un chico apoyándose en la misma mesa en la que estoy apoyada.
·         ¿Perdona? - le miro. Es un chico rubio de ojos azules, vestido con un vaquero y una camisa desaliñada de color celeste.
·         El chico al que miras - señala a Josh que anima a alguien a beberse una cerveza de un trago-, el que lleva la corbata azul en la cabeza.
·         Es mi novio - le digo sin quitar la vista de sus ojos.
·         Ah - dice sorprendido y decepcionado.
·         Se supone - aparto la mirada de esos ojos azules para mirar a Josh.
·         Ah - repite.
·         ¡¿Qué?! - le miro.
·         Nada - me devuelve la mirada esbozando una leve sonrisa.
·         Dime, nadie se entera. Seguro que ni saben dónde están - señalo a los borrachos de mí alrededor.
·         Guapa y divertida - me sonríe jugando con unas llaves.
·         No te va a servir, tengo novio.
·         Que está más pendiente de otras que de ti.
·          Si no me lo dices no me doy cuenta - pongo los ojos en blanco.
·         Si fueras mía no te dejaría sola en una fiesta como ésta.
Río.
·         Tú también eres divertido.
·         No he dicho nada divertido - me mira anonadado.
·         No soy una niña, sé cuidarme sola.
·         Estoy seguro de ello pero debería ser delito dejar que una chica como tú esté sola y aburrida - me guiña un ojo-. Que te sea leve la espera - y se marcha.
Lo observo para ver dónde va. No quiero que termine la conversación y no sé porqué. Ni si quiera sé su nombre. Le pierdo el rastro y sin saber el motivo el techo de esa casa se me desploma encima.
Voy al encuentro de Josh para pedirle que deje de beber y avisarle de que me voy a casa pero no me hace caso. Ni a una cosa ni a la otra.
Decido dejarlo con su borrachera e irme. Es tarde y si llamo a mi padre para que venga a recogerme lo hará, pero no me apetece que vea así a Josh.
Cuando me encamino a la salida reconozco, en algún lugar de esa casa medio vacía, la voz del rubio de ojos azules. Es inconfundible. Dulce y Sexy. Y no sale de mi cabeza.
Me acerco al lugar del que procede la voz, la cocina, y está hablando con una chica. Los ojos del misterioso chico están llenos de rabia, de impotencia.
·         Vas ciega. No sabes ni dónde estás.
·         Claro que lo sé. Estoy en una fiesta - ríe-, ¡diviértete! - le da un golpe en el hombro - no seas un muermo.
·         Vámonos ya, no quiero que te pase nada - pide.
·         ¡Déjame y lárgate! - Dice cogiendo la primera botella llena que pilla.
·         ¡Joder Marta! - grita impotente al ver que la chica se aleja bebiendo de la botella.
Entrelazando sus dedos en su pelo da vueltas por la cocina y al girarse me ve. Sonríe y su mirada se dulcifica.
·         ¿Lo haces mucho? Lo de escuchar detrás de las puertas, digo - aclara rápidamente al ver que frunzo el ceño.
·         Em sí, de vez en cuando - sonrío -. ¿Tu novia? - pregunta mi boca sin que mi cerebro le dé permiso.
·         ¡Oh, no, Dios! - dice sacudiendo la cabeza como si intentara borrar ese pensamiento.
·         Lo siento.
·         Es mi hermana.
·         Ah.
·         Me llamo Riccardo - se acerca.
·         Yo Hazine.
Sonrío. Sonríe.
·         Bonito nombre...y... – se calla sin saber que decir.
·         ¿Raro?
·         Sí - se sonroja-. ¿Qué tal tu novio?
·          Creo que a la par que tu hermana - río.
·         ¿Le estás esperando para que te lleve a casa? - pregunta alarmado.
·         ¡No, ni loca! En su estado jamás me subiría con él a la moto.
·          ¿Y cómo vas a volver a casa?
·         Llamaría a mi padre pero no creo que le haga mucha gracia ver que Josh me ha dejado sola así que no me queda otro remedio que irme en taxi - tuerzo el labio.
·         Si quieres puedo llevarte.
·         Creo que eso le haría menos gracia- sonreímos.
·         A estas horas estará dormido - mira el reloj.
·         Será mejor que cuides de tu hermana.
·         Ella ha querido quedarse, que se busque la vida.
·         No digas eso, es tu hermana y yo una simple desconocida. Llamaré a un taxi, igual gracias - sonrío.
·         ¿Segura?
·         Sí, no te preocupes.
Llevándome sólo una amena conversación, su nombre y la imagen de esos ojos salgo de la casa para llamar a un taxi. La verdad, no tengo ni idea de dónde estoy, veo el buzón y me acerco para mirar la dirección.
Cuando estoy a punto de meterme al taxi para volver a casa oigo la voz de Riccardo gritando mi nombre. Me giro y viene corriendo. Le digo al taxista que espere y espero a que el chico de ojos azules llegue.
·         Me gustaría volver a verte.
·         Riccardo, tengo novio.
·         Sí, uno que hoy se ha olvidado de ti.
Miro hacia otro lado porque sé que tiene razón.
·         Por favor - me agarra del mantón y me gira la cara-. Simplemente para saber que llegas bien a casa – se preocupa clavando sus ojos azules en mis ojos marrones.
·         Mañana estaré por el Bernabéu.
·         ¿A las 8 te viene bien?
Sonrío y asiento como una auténtica boba enamorada.
·         ¿A las 8 en la puerta de la tienda del Bernabéu?
·         Gracias - me da un beso en la mejilla. Puedo sentir una sonrisa en su boca.
Llego a casa sana y salva y antes de subir a mí habitación paso por la cocina para beber un poco de agua encontrándome a mi padre comiendo a escondidas. Cosa que me hace gracia.
·         ¿Ya estás aquí? - mira el reloj de la cocina que marca las 2:47.
·         Si quieres me voy - contesto cogiendo la jarra de agua.
·          Igual que tu madre - dice cuando paso por detrás de él. Le doy un beso en la mejilla.
·         ¿Sabe mamá que te estás comiendo la tarta?
·         Seguramente sí - sonríe-. ¿Qué tal te lo has pasado?
·         Bien - sonrío, al recordar a Riccardo.
·         ¿Sólo bien? - me mira sin dejar de comer tarta.
·         Sí.
·         ¿Y Josh?
·         Me imagino que en su casa.
·         Despiértate a la hora que quieras, pero no tardes mucho en acostarte - se levanta y se acerca a mí-. Dulces sueños pequeña - me da un beso en la cabeza.
·         Buenas noches papá.
Camiseta blanca de 'Los Ramones', short vaquero y unas Converse bajas blancas. Todavía queda una hora. He quedado con mis amigos y después de la borrachera que se pilló anoche no sé si Josh aparecerá. No he tenido noticias de él en todo el día así que me imagino que no estará. Sentada en la silla del escritorio no dejo de mirar el dibujo que hice está mañana al despertarme. La mirada de Riccardo.
Llaman a la puerta. Rápidamente guardo el dibujo en el bolso negro que está encima de la mesa.
·         Pasa - es mamá.
·         ¿Estás bien? - me pregunta asomando la cabeza por la puerta.
Niego con la cabeza. Entra y cierra la puerta.
·         Ven - me extiende la mano para que me siente en la cama junto a ella-. ¿Problemas con Josh? 
·         Puede - digo triste-. Durante la cena estaba bien, atento y cariñoso como siempre, y al llegar a la fiesta era todo lo contrario. Se emborrachó y es como si yo no existiera, iba a perseguir a otras.
·         ¿Has hablado con él?
·         No, no me contesta las llamadas.
·         Ay mi pequeña - me abraza.
Qué bien me sienta estar entre los brazos de mi madre en estos momentos. Sea el problema que tenga siempre está ahí, siendo objetiva e intentando hacer lo mejor para mi felicidad.
·         Espera - me suelta y me mira -, llegaste casi a las tres. ¿Por qué no viniste antes si estabas incómoda?
Sonrío. Me mira y sonríe también.
·         Creo que tiene nombre de chico.
·         Tal vez - me sonrojo.
·         ¿Y cómo es? ¿Es simpático?
·         Se llama Riccardo y no sé nada más. Bueno sí, que, como mínimo, tiene 18 años y tiene una hermana.
·         ¿Volverás a verle?
·         Igual hoy. No sé. Me dijo que quería verme hoy y como insistió le dije que a las 8 estaría en el Bernabéu pero no sé si hice bien.
·         Cuando tomas una decisión no sabes si saldrá bien hasta que la realizas.
·         ¿Crees que tomé la decisión correcta al quedar con él?
·         Decidas lo que decidas tiene que ser lo que de verdad quieras y ser sincera contigo misma, con Josh y con el chico. Tienes que decirle que tienes novio.
·         Ya lo sabe.
·         Eso es bueno - me coloca un mechón de pelo detrás de la oreja-. Lo que hagas que sea por tu felicidad. Piensa en ti.
·         Gracias - sonrío y la abrazo.
·         ¿Has quedado con Riccardo en el Bernabéu porque papá estará ahí?
·         Sí - río.
·         Si le necesitas le llamas.

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