lunes, 4 de febrero de 2013

NUEVO RUMBO


Cuando el balón se detiene. Capítulo 7.


Sentados en un lado de la habitación Mesut, Gonzalo, Nayelin y Lara, expectantes, escuchan y observan la reacción de Sergio y Alicia en cada una de las palabras que pronuncian.
De pie. Uno en frente del otro se observan.
·         Desapareciste cuando terminaste el curso y no volví a saber de ti hasta que me dijisteis que estabais juntos.
·         Solo tuve noticias de una persona que me buscaba y esa persona fue Mesut. Ni estando en Madrid me buscabas.
·         Siempre le quisiste más a él – se lamenta Sergio sentándose.
·         Yo te quería Sergio – se sienta junto al que una vez fue el hombre de su vida-. Lo eras todo para mí.
·         Lo destruiste todo – mira fijamente el suelo como si de un agujero negro se tratase.
·         Yo…
·         Cambiaste – la mira a los ojos-. Eras otra, no te reconocía. Nadie lo hacía. Deambulabas de un lado a otro sin tratar con nadie. De casa a clase y de clase a saber dónde. Aparecías en casa y te metías a la cama, me despertaba y ya no estabas. Ni si quiera me preguntabas por los entrenamientos, partidos o lesiones
·         ¿A caso me preguntaste tú cómo estaba?
·         No me dejabas. Te cerrabas.
·         ¡¿Cómo querías que estuviera?! ¡Perdí a mi hijo!
·         Nuestro.
·         ¡¿Qué?! – grita Lara.
·         Calla – le tapa la boca Gonzalo.
·         Era mi  primer hijo y de la mujer de mi vida, ¿crees que a mí no me dolió? ¡Claro que me dolió!
·         Ya lo veía. Esa pérdida te la cubría una sí y otra también.
·         No solo perdí nuestro hijo también te perdí a ti.
·         No te esforzaste en intentar no perderme.
·         Tampoco me diste más opciones.
·         ¿Ya han terminado de hablar? – pregunta Lara tras el incómodo silencio que invade la sala.
Sentados el uno al lado del otro observan el suelo. Callados. Esperando a que el otro diga o haga algo. Recordando el momento que desmorono sus vidas dejando un gran vacío.
·         No derramaste ni una puta lágrima – rompe Sergio el silencio-. ¡Joder!
·         Eso no significa que sufriera menos.
·         Ni una – la mira-. Un abrazo, un beso, una mirada… ¿Por qué no? ¡¿Por qué?!
·         No sé – limpia una lágrima que cae por la mejilla de Sergio.
·         Dame ahora una explicación – la mira agarrando la mano con la que Alicia aún seca la mejilla de Sergio.
·         No la hay.
·         Alguna hay. Tiene que haberla.
·         No sé Sergio. Cuando se fue se llevo mis sentimientos, deje de sentir. No sentía nada.
·         Sabías que podías apoyarte en mí.
·         En ti y en las otras ¿no?
·         No vayas por ahí.
·         Lo intentaba, de verdad que lo intentaba. Quería un abrazo tuyo, lo necesitaba pero tu comportamiento en público me lo impedía. Solo llorabas cuando nadie te veía. Ni siquiera delante de mí.
·         Al menos lloraba.
·         ¿Me devolvería a mi hijo llorar?
·         No.
·         ¿Y tus infidelidades tenían excusa? – continua Alicia preguntando después de unos minutos de silencio.
·         No te fui infiel.
·         Un día estabas con Sole, otro con Lara, otro con otra. Y así todos los días. Que no hablara no significa que fuera tonta.
·         Ya no estábamos juntos.
·         Sí lo estábamos Sergio, antes de… - traga saliva – antes de que Pablo se fuera ya te veías con ellas. Y después ya no estábamos juntos de cuerpo pero sí lo estábamos. En ese momento todavía no nos dijimos adiós.
·         Tampoco te falto mucho tiempo para decírmelo.
·         ¿Qué querías que hiciera? Era como si no nos conociéramos.
·         No lo dirás por mí.
·         No. Siempre me he reconocido que tengo parte de culpa de todo lo que pasó.
·         ¿Qué nos pasó? – la mira.
·         No lo sé – le contempla la mirada.
·         Tal vez el destino lo quiso así.
·         Tal vez tú no estabas preparado para formar una familia.
·         Si tú eres parte de ella cualquiera podría formar una familia – acaricia las mejillas de Alicia esbozando una sonrisa.
·         Sergio – gira la cabeza hacia el frente evitando la mirada y el contacto de Sergio.
·         No, enserio – la agarra la mano - me alegro mucho de que estéis juntos.
·         Mentiroso – sonríe echándole una mirada rápida.
·         De verdad, espero que seáis felices y duréis toda la vida – echa un vistazo a Mesut con el rabillo del ojo-. Sé que Mes te cuidó, te cuida y te cuidara como yo no supe cuidarte.
·         No está siendo fácil.
·         Lo empezará a ser pronto – le besa la mano que le sujeta-. Además, hacéis buena pareja.
·         Eso te ha dolido – ríe Alicia.
·         Un poquito – admite Sergio sonriendo.
·         Gracias por esta conversación – agradece a apoyando la cabeza sobre el hombro del Sevillano.
·         Si que se agradece sí.
·         ¿Ha terminado ya el numerito? – grita Lara rompiendo la tranquilidad del reservado.
·         ¡Dios! ¿Cómo puedes aguantarla? – susurra la periodista.
·         Déjalos -  le pide Gonzalo.
·         No hables con la boca llena – le ordena Nayelin.
·         Pensaba que estabas con la Rubio – retoma Alicia la conversación después de observar a su novio y a sus amigos-. Aunque cada temporada se te ve con una.
·         No encuentro a ninguna como tú – apoya la cabeza sobre la de Alicia.
·         Ni la encontraras – sonríe Mesut cuando se planta junto a ellos.
·         ¿Celoso? – bromea Sergio levantando la cabeza.
·         En absoluto. Solo quiero agradecerte que hayáis hablado, por fin podrá dormir tranquila.
·         Así que le quito el sueño a tu novia eh – ríe.
·         Muy gracioso – le sacude el pelo.
·         Id a celebrar.
·         Vente tú también, no te quedes aquí pensando – le pide Alicia dándole un beso en la mejilla.
·         Claro – le dedica una sonrisa-, ahora iré.
Cogidos de la mano y siendo observados por Sergio, Alicia y Mesut, abandonan el reservado y vuelven a con el resto de invitados.
Después de no hacer caso a Alicia y pensar durante un rato en la sala sin que nadie le moleste sale junto al resto de presentes que celebran los títulos conseguidos y lo primero que ve es a su amigo Mesut y su ex novia Alicia abrazados, bailando, susurrándose y sonriendo.
·         Ya habéis hablado, pasa la página – le recomienda Gonzalo.
·         No quedan más.
·         Pues si querés te regalo yo uno. Han pasado 3 años. Duele sí, pero perdiste tu oportunidad, deja ya de hacerlos culpables y de lamentarte.
Tras una noche de fiesta y celebración Mesut se despierta con la alegría de saber que durante unas semanas antes de volver a ver a sus amigos y compañeros de selección va a disfrutar unos días con su novia en la playa.
Alicia y Mesut Özil amanecen, una mañana más, en una lujosa suit de 'Rocabella Mykonos Art Hotel' con la isla de Mykonos, en Grecia, a sus pies. Al futbolista no le desaparece la sonrisa de la cara. Después de meses de duro trabajo y ver a su novia con cuentagotas por fin despierta junto a ella rodeados de tranquilidad.
En breves momentos llegará el desayuno y Alicia todavía sigue durmiendo. Sentado junto a ella la observa dormir.
·         Buenos días dormilona - dice cuando Alicia abre los ojos-. A la ducha.
·         Que vista más bonita al despertar - sonríe.
·         La verdad es que sí, Grecia es maravillosa - sonríe señalando las vistas que se ven por la ventana.
·         Tonto - le da un golpe suave con la rodilla.
·         Golpes bajos no eh - coloca el dedo índice sobre los riñones de Alicia.
·         Para Mesut - le sujeta la mano para que pare.
·         ¿O sino qué?
·         Te quedas sin postre - le guiña un ojo.
·         ¿Y si lo robo y me lo como antes?
·         No creo que le haga mucha gracia al doctor que te saltes la dieta.
·         No creo que afecte mucho a mí dieta - recorre el cuello de Alicia con los labios.
En el momento en el que sus cuerpos se unen para convertirse en uno sólo el servicio de habitaciones interrumpe llamando a la puerta.
·         ¡Joder! - maldice en español.
·         Si me hubieras dejado dormir cinco minutos más podríamos haber sudado antes de ducharnos.
·         Un segundo - grita en inglés-. Espérame en la ducha - le pide al oído.
La besa y sonriendo abre rápidamente la puerta. Le indica al botones que deje el desayuno en la mesa y vuelve al baño para seguir disfrutando de su novia.
·         ¡Alicia! - corre hacia ella al encontrarla sentada en el suelo, apoyada en la pared y pálida junto al váter.
Alicia señala el váter con la cabeza y Mesut responde con un beso en la frente y un abrazo.
·         Voy a tener que pedir una dieta para ti - sonríe apartándole el pelo de la cara-, espera.
Mesut se levanta, coge la toalla de manos, la moja y en menos de un minuto vuelve a arrodillarse junto a Alicia.
·         Ya te avisé que no era bueno no comer nada un día y comerte todo el siguiente - le pasa la toalla húmeda por los labios.
La joven periodista vuelve a inclinarse en el retrete para vomitar y cariñosamente, Mesut, le sujeta el pelo.
·         ¿Mejor? - pregunta cuando termina. Alicia asiente-. ¿Una tila? - le vuelve a humedecer los labios con la toalla.
·         No.
·         Ven, vamos a bañarnos - le tiende la mano para ayudarla a levantarse.
Un largo baño con múltiples charlas han provocado que el desayuno lleve casi media hora encima de la mesa.
Mesut observa como la mujer de su vida arrasa con los croissants y las tostadas frías.
·         Cariño - cruza los brazos sobre el cristal de la mesa.
·         ¿Sí? - le devuelve la mirada ofreciéndole que muerda la tostado. Mesut niega con la cabeza.
·         ¿Qué pasa?
·         Nada - sonríe.
·         Dime qué pasa - le quita la tostada de la mano.
·         Anula la cita de submarinismo - dice con la voz baja, la cabeza agachada y mirándole de reojo.
·         ¿Por qué?
·         No me apetece.
·         Hasta donde yo sé siempre has querido bucear rodeada de peces - le coge la mano para que se levante y se siente en su regazo-. ¿Por qué has cambiado de opinión? ¿Qué ocurre? - recorre la espalda de Alicia con la mano.
·         Estoy embarazada.
·         Igual es una falsa alarma.
·         No Mesut no. No es una falsa alarma.
·         ¿Cómo estás tan segura?
·         Lo sé y punto, ¿podemos terminar de desayunar tranquilos? - Alicia se levanta de las rodillas de Mesut y vuelve a sentarse en su silla.
·         La noticia que Mesut ha conocido durante el desayuno a trastocado los planes y ahora se encuentran con las chanclas en la mano paseando por la orilla de la playa.
·         ¿Hace cuánto lo sabes? - pregunta Mesut en un tono tranquilo.
·          Desde que llegamos aquí.
·         Eh... - la mira-, entonces no es seguro - se detiene dejando a su vez a Alicia.
·         Sí Mesut, es seguro. Al llegar una señora...
·         La rara - interrumpe haciendo memoria.
·         No seas faltón - le da un pequeño golpecito en el pecho.
·         Pero a que es ella - sonríe satisfecho.
·         Sí - sonríe a la vez que le da un corto beso.
·          Sigue - pide rodeando la cintura de Alicia con los brazos.
·         ¿Con la historia que has interrumpido o con los besos? - posa el brazo derecho, libre de sandalias, en su cuello.
·          Me gusta más la segunda opción - la acerca más a él - pero creo que aquí me tengo que quedar con la primera - le da un beso en los labios.
·         La mujer me dijo 'enhorabuena y tenga cuidado' a la vez que me miraba la tripa - cuenta cuando Özil separa los labios de los suyos.
·         Eso no quiere decir nada.
·         Me hice un test y dio positivo.
·         ¿Cómo? ¿Cuándo? No nos hemos separado desde que llegamos.
El futbolista observa a Alicia que baja la mirada para evitar que los ojos de
su novio sé clave en los suyos.
·         Alicia - la agarra del mentón para poder mirarla a los ojos.
·         Cuando te pusiste a jugar fútbol con los niños me escapé unos minutillos.
Özil sonríe y sin perder la sonrisa la abraza.
A la hora de la cena pone sobre la mesa las dudas que le quedan respecto el tema que durante todo el día ronda en su cabeza.
·         Llamarás a tu jefe para decir que no vas, ¿no?
·         ¿Qué no iré dónde?
·         A Brasil a seguir el mundial.
·         ¿¡Cómo!?
·          Que no vas a ir a Brasil a trabajar - repite.
·          ¿Y por qué tendría qué dejar escapar ésta oportunidad?
·          Por tú salud, vuestra salud.
·          Me voy a dormir - tira la servilleta de tela en la mesa y se levanta.
Sin rechistar Mesut observa a Alicia meterse en la habitación. Decide terminar de cenar y dejarla pensar. Tranquilamente se mete en la cama y le da un beso, al no recibir respuesta esboza una sonrisa.
·         Sé que estás despierta - le susurra al oído-. No te enfades, sólo me preocupo por ti - recorre el cuello con los labios.
·         No hagas eso - le advierte apretando la mano que Özil tiene sobre el vientre de Alicia.
·         ¿Por qué?
·         Porque estoy enfadada contigo.
·         No te enfades.
·         ¿Cómo no me voy a enfadar? - se gira para mirarlo.
·         Sabes porque te pido que no vayas más a trabajar.
·         Sí, lo sé perfectamente - pone los ojos en blanco.
·         Y también sabías lo que te iba a pedir, ¿verdad? - le acaricia la mejilla. Alicia ausente-. Por eso no me lo querías decir - Alicia vuelve a asentir-. Ya no podemos ocultarnos nada - sonríe.
·         ¿De verdad quieres que me quede en España mientras tú estás en Brasil?
·         Mesut se tumba en la cama bocarriba y suspira.
·         Claro que no quiero que te quedes en España mientras yo estoy allí jugando el mundial - dice rápidamente.
·         ¿Pero? - le mira.
·         No quiero que perdamos a nuestro hijo.
·         Eso no pasará - apoya la cabeza sobre el pecho del futbolista.
·         Si te paseas de sede en sede por todo Brasil buscando jugadores de la premier para entrevistarlos sí que pasará.
·         ¿No confías en mí? - levanta la cabeza para mirarlo.
·         No digas tonterías, claro que confío en ti pero si estudiando pasó lo que pasó imagínate lo que puede pasar trabajando como trabajas tú. Porque sé como trabajas. Eres perfeccionista y si no está perfecto no lo dejas hasta que lo esté. Sólo quiero que descanses, que te lo tomes con calma y trabajando no lo vas a conseguir.
·         Ósea, que no sólo me pides que no vaya a Brasil sino que deje el trabajo que tanto me costó conseguir en Londres.
·         Sí - afirma sin que le tiemble la voz.
·         ¿En serio quieres que deje por el camino uno de mis sueños por un capricho? - se sienta en la cama con la piernas cruzadas.
·         No es un capricho - se sienta junto a ella.
·         ¿Dejarías de jugar un mundial, una Eurocopa o una final de la champions si te lo pidiera yo? - lo mira.
·         Si es por mi salud sí - confiesa sin pensarlo ni un segundo a la vez que la rodea por la cintura con los brazos-. Es más, si algún día pasa quiero que lo hagas.
·         Lo dices para que no vaya a Brasil y yo jamás podría prohibirte eso.
·         Quiero que dejes de trabajar durante un año, sólo eso.
·         Un año en el que se juega un mundial y yo participo como periodista.
·         Que cabezona te parió tu madre - suspira y se deja caer sobre el colchón.
·         Mesut, no puedes pedirme que me quede en casa tan lejos de ti. Ya hemos estado demasiado tiempo lejos - se gira para quedar frente a él.
·         No te estoy pidiendo que te quedes en casa, sólo que si vas  a Brasil no trabajes.
·         No puedo decirle a mi jefe que no voy a ir a Brasil a trabajar  y luego me fotografíen. Si voy a Brasil es para trabajar. 
·         No. Dile a tu jefe que te tomas un año sabático.
·         Si le pido un año de vacaciones me despide.
·         Pues que te despida, buscas trabajo en Madrid y punto, dentro de un año claro.
·         No es tan fácil, si voy a Brasil  es como periodista.
·         No - la agarra de la mano y se arrodilla frente a ella y mirándola a los ojos continúa-, ven a Brasil como mi prometida.

2 comentarios:

  1. wowwww como me encanta esta pareja con ganas de leer el sgte capitulo.

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  2. Ooooooooh qué final!!! :_)
    Me encanta!!!!

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