viernes, 8 de julio de 2011

Fic LXII


 
 62. Un viaje para pensar.





Los chicos terminan de entrenar y se encuentran en el vestuario cambiándose y haciendo un poco el tonto, como de costumbre.



Sergio al coger el peine de su neceser se encuentra la nota que le puso a Alicia en las flores, sin abrir la nota le pregunta a sus compañeros.



     - ¿Quién ha sido el gracioso? – enseñándoles la nota.

     - Se me había olvidado - dice Marcelo – Alicia escribió algo y me pidió que te la devolviera.

     - ¿Qué es eso? – pregunta Pedro.

     - Nada – dice Sergio de mala leche mientras recoge sus cosas.

 

Sergio sale del vestuario y se dirige a su coche, deja el neceser y la nota en el asiento del copiloto y arranca, no sabe por que, pero conduce hasta casa de Alicia. Mientras, en el hospital. Soledad esta intentando sacarle a Alicia de la cabeza que se marche a Londres a estudiar.



     -¿Qué necesidad tienes de irte tan lejos?

     - Sole no insistas. Lo tengo decidido, la semana que viene haré la entrevista y la suerte decidirá.

     - ¿Y que vas ha hacer con el bebe? ¿Vas a separar a Sergio de su hijo?

     - Yo no tengo ningún hijo con Sergio.

     - ¿Estas insinuando que es de otro?

     - Yo no soy ninguna zorra. Aunque a algunos les gustaría para poder estar a su altura.

     - ¿Has pensado en Sergio?

     - ¿Ha pensado él en mí?

     - Te puedo asegurar que mucho.

     - Si claro y ahora esta entrando un burro por la puerta.



Y de repente llaman a la puerta. Soledad y Alicia se miran.



     - Igual  es tú burro.

     - Adelante – dice Alicia.



Es Mesut. Con un ramo de flores y una caja de bombones.



     - ¡Ooh! – dice Alicia mirando a Soledad. – Que pena no es un burro.

     - Hola – dice Mesut acercándose a las dos. - ¿Cómo estas? – se esfuerza en decirlo.

     - Estupendamente – dice Alicia sarcásticamente - ¿No me ves? Estoy aquí a la fresa, tomando el sol y a la espera de una caipirinha.

     -¿Hasta cuando te vas a convertir como una puta cría? – dice Soledad enfadada.

     - ¿Una cría yo?

     - Si tú. Pensaba que eras una persona muy madura para tú edad pero me estoy dando cuenta que no. Que en cuanto tienes un problema grave huyes, sin ni siquiera intentar arreglarlo.

     - Llevo toda mi vida solucionando problemas que no son míos, problemas de mi familia. Haciéndoles las cosas a mis hermanos mayores.

     - ¿Y por que no sigues con ellos? ¡Por que has huido!

     - ¿Pensar en mí por una vez en la vida significa huir? Pues si lo quieres ver así ¡PERFECTO! ¿He huido de una vida de mierda para meterme en otra vida de mierda!

     - Será mejor que me marche – dice Mesut un poco asustado.

     - ¡CALLATE! – le gritan las dos a la vez.

     - ¿Tú crees que tienes una vida de mierda?

     - Mira donde estoy, y todo por meterme en un mundo donde no encajo. Por enamorarme de un chico del cual por su vida pasan más mujeres que aviones por barajas. Y de hacerme amiga de un chico – señalando a Mesut – que tiene una loca como ex novia.

     - ¿Y no crees que has llegado a este mundo como tú lo llamas para cambiar algo?



Esa pregunta la hace pensar por unos instantes pero rápidamente dice.



     - Se acabaron las charlas yo me voy a Londres, y con vuestro permiso – levantándose – tengo que coger un tren para ir a Zaragoza.

     -¿Qué vas ha hacer allí sola cuando no puedas ir a la universidad, o tengas muchas nauseas, o casi no puedas andar? ¡Me lo quieres explicar!

     - Todo eso no va a pasar por que ¡NO ESTOY EMBARAZADA!



Mesut no entiende lo que pasa, algo de español entiende pero discuten tan rápido que no retiene ninguna palabra.



     - Alicia ha donde vas – le pregunta Mesut.

     - Ha pedir el alta – saliendo de la habitación.

     - No puedes irte.

     - Claro que si, ¿no me ves? Estoy caminando.

     - ¿No vas ha hacer nada? – Le pregunta Mesut a Soledad.

     - No, ¿no dice que es madura? Pues entonces sabrá lo que hace. – cogiendo su bolso para marcharse.





Mientras Mesut y los médicos convencen a Alicia para que no pida el alta voluntario, cosa que es inútil. Sin tachones, sigue escrito lo que le escribió él.


Cuando tú y yo estamos juntos,
Somos como una rosa blanca y una roja juntas.

Pero debajo de esa frase hay otra escrita por ella.

Cuando un corazón no se cuida se rompe,
Al igual que se marchita una flor cuando no la riegas.


Eso le hace pensar. Reconoce que ambos tienen gran culpa en que esta relación no funcione, enciende el motor para ir corriendo al hospital. No quiere perderla. No sin hablar con ella.



Pero de repente ve como Vanesa sale de portal con Paris en brazos, y se para a esperar un taxi. Sergio se imagina que va al hospital. Baja la ventanilla, la llama y se ofrece en llevarla.



     - ¡Vanesa! – pitando el claxon.

     - ¿Sergio? – Yendo hacia el coche - ¿Vas al hospital? – dice angustiada.

     - Si, sube – poneros atrás - ¿sucede algo? te veo angustiada.

     - Si. Alicia se ha ido del hospital.

     - ¿Cómo que se ha escapado? – girándose hacia atrás y mirándola.

     - Si, me acaba de llamar una enfermera.

     - ¿Pero como la dejas sola?

     - No la he dejado sola. Se ha quedado una tal Soledad, me ha dicho que era su amiga.

     - Si la conozco. Lo que no se es por que no lo ha impedido.

     - Me ha dicho el médico que después de discutir con una chica ha pedido el alta voluntaria y se ha ido. ¿Habrá peleado con esa chica?

     - Me imagino.

     - ¿Y si ha sido quien la atropello? – dice Vanesa asustada.

     - No creo, esa mujer esta en la cárcel.

     - ¿Seguro?

     - Si – dice dudando. Espera – frenando el coche.

     - ¿Qué pasa? – Asustada - ¿La has visto? – mirando por la ventana.

     - No.

     - ¿Entonces que pasa?

     - Digo yo que alguien se tendrá que quedar en casa por si viene.

     - No creo que venga.

     - Pero aun así tiene que haber alguien en casa.

     - Están sus compañeros de piso.

     - De esos mejor ni hablamos. Es una tontería ir al hospital si no esta pero vamos.



Ponen rumbo al hospital para saber que es lo que ha pasado con Alicia mientras que ella llega a su casa siendo perseguida por Mesut.



     - Alicia estate quita – le dice en alemán quitándole la ropa de las manos.

     - Mesut déjame en paz – cogiendo lo que Meust le quita.

     - ¿Pero estas loca? Acabas de tener un accidente ¿y te quieres ir a otra ciudad?

     - Hago lo que me da la gana. Necesito arreglar las cosas con una persona y nadie me va a impedir que lo haga.

     - Para hablar con Sergio no necesitas salir de Madrid.

     - Mira otra razón más para irme – mirándole.

     - ¿Y a donde te vas?

     - No se lo voy a decir a nadie.



Cuando suena el móvil de Alicia.



     - Te llaman – dice Mesut.

     - Ya volverán llamar – haciendo la maleta.

     - ¿Y si es importante? – sin dejar de observarla.

     - Ya volverán a llamar.



Mesut no deja de insistir en que Alicia coja el móvil así que Alicia decide cogerlo. Es Gabi, que esta preocupado por que no la ha llamado cuando ha salido de Madrid.



     - ¿Dónde estas?

     - Haciendo la maleta.

     - ¿Qué? ¿Aun?

     - Si.

     - ¿Y cuando coges el tren?

     - No lo se. Ahora iré a la estación cuando lo coja te llamo.

     - ¿Cómo que no sabes a que hora tienes que coger el tren? Mira la hora en el billete.

     - Que tengo que cambiarlo por que lo cogia a las 12.

     - ¿Y por que no lo has cogido?

     - Ahora no puedo hablar – mirando a Mesut – Cuando llegue hablamos.



Mientras termina de hacer la maleta en la televisión sale que Sergio Ramos ha sido parado por la policía y multado por exceso de velocidad, y que junto a él iba la periodista Lara Álvarez.



     - ¿Has escuchado eso?

     - Si y que – sin dejar de hacer la maleta.

     - ¿No te molesta?

     - ¿Por qué iba a molestarme?

     - Bueno no se, estáis juntos. Y…

     - ¿Y...?

     - Te dijo que no iba a ver más a Lara.

     - Uno no estamos juntos y dos no es ella.

     - ¿Cómo sabes que no era ella? Si lo dicen en la prensa.

     - ¿Tan seguro estas de que la prensa dice la verdad?

     - Si. ¿Tú no?

     - A mi me da igual la prensa yo confió en lo que Sergio me dijo  y ya vale – enfadada.

     - Yo no confiaría mucho.

     - ¿Y tú eres su amigo? – mirándolo.

     - Somos compañeros.

     - Pues él si te considera su amigo a pesar de lo que ha visto.

     - ¿Qué ha visto?

     - Toma – lanzándole una revista.


Mesut ojea la revista y se le viene  ala cabeza todas esas preguntas que le hacia su familia.



     - ¿Aun crees a la prensa? – le pregunta Alicia desde el baño.

     - Si sacan esto será por que algo hay.

   - Vamos Mesut no me jodas. – Parándose en la puerta del baño con el neceser en la mano – Sabes perfectamente que entre nosotros no hay nada.

     - Aunque la prensa muchas veces no acierte, ¿Cómo estas tan segura que en el coche no iba Lara? – entrando a la habitación y apoyándose en el marco de la puerta con los bazos cruzados.

     - ¡Por que era yo vale! – cerrando la maleta.





Alicia llega a la estación y cambia el billete, tardara una hora aproximadamente así que decide ir a la cafetería para que la espera se le haga mas corta. De camino a la cafetería alguien la llama. Reconoce a Sergio. Como no quiere verlo entra a la tienda para coger la prensa y algo más para el viaje y así huir de él. Sabe que ahí no le va a montar ningún numerito. Pero cuando salio de la tienda Sergio la paró y ella no pudo huir.



     - ¿Estas loca? No te digo nada de irte a Londres, pero, ¿escaparte del hospital?

     - Sergio déjame en paz – intentando escapar de él.

     - Da media vuelta y vulva al hospital.

     - Que no Sergio, que me dejes en paz. Estoy bien vale. Mira. – Saltando.

     - Estate quieta – agarrándola de las manos – no sigas, vete a Zaragoza si quieres. Pero por favor no te vayas de España. No es lo mismo coger un avión para ir a Zaragoza que a Londres.

     - ¿Cómo sabes que voy a Zaragoza? - mirándolo a los ojos.

    -Por que con mirarte a los ojos se lo que necesitas y se que lo que mas necesitas en estos momentos es ir a la plaza del Pilar y ver a Gabi.

     - Sergio no me lo hagas más difícil por favor.

     - No te voy ha obligar que te quedes conmigo si no quieres. Pero por favor. No estas bien. Te has ido sin saber el resultado del TAC.

     - ¿Qué TAC? – mirándolo a los ojos.

     - El que te hicieron. ¿No te acuerdas?

     - No – negando con la cabeza.

     - ¿Qué es lo que recuerdas?

     - Recuerdo que tú te fuiste y yo veía pero no veía, que no paraba de llorar y el brazo derecho no lo podía mover, no podía abrir la mano – con lágrimas en los ojos.



Sergio puede ver en sus ojos miedo y lo único que le sale hacer es abrazarla.

Alicia esta muy a gusto entre los brazos de Sergio, se siente protegida pero sabe que si se queda no podrá superarlo y lo pasara mal.



      - Tengo que irme – vocaliza. – No quiero perder el tren – sin separarse de él.

     - No hagas una locura.  – abrazándola fuerte - No me separes de nuestro hijo – le dice al oído a la vez que le toca la tripa.

     - Lo siento Sergio – separándose de él. –  Sabes que te quiero muchísimo – agarrándole fuerte la mano – pero tengo que pensar, todo esto me supera. La prensa, los rumores.

     - Solo tienes que confiar en mí.

     - Y confió.

     - ¿Pero?

     - La prensa me supera.

     - No te entiendo, estas estudiando periodismo y saldrás en la tele.

    - Pero aun soy estudiante. Y quiero que en un futuro me den trabajo por que valgo y no por estar contigo.

     - Sabes que eso nunca pasara tienes mucho talento.

     - Por favor Sergio. Déjame pensar.

     - ¿Volverás? – abrazándola.

     - Si. Solo me voy el finde.

     - ¿Vendrás a Portugal?

     - Sergio… – mirándolo.

    - Vale te dejo que lo pienses. Pero piensa en cosas positivas. En todos los momentos bonitos que hemos tenido.

     - Esos momentos están siempre en mi mente y en mi corazón. Al igual que esto – sacando las dos medallas del bolsillo – Toma esta – dándole la virgen del Pilar – te pertenece.

     - No esta es tuya.

     - Por favor Sergio yo te la di y quiero que te la quedes.

     - Pero te la devolví por que me fui, por que te quería dejar.Te deje.
     - Pero me dejaste esta – enseñándole el colgante que le regalo por su cumpleaños – y ahora estas aquí evitando que me marche – soltando una sonrisa.
     - Si vuelves a Madrid me llamas.

     - Te llamare antes del partido, para desearte suerte.

     - Te quiero. – Terminado con pequeño pero dulce beso.

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