viernes, 2 de septiembre de 2011

FIC LXXIII



 
 73. Recoge tus cosas y vete. 



Eran finales de mayo del 2008, y estamos celebrando que yo había fichado por el Barcelona. Fuimos a la discoteca a la que solemos ir, estábamos en el reservado y de vez en cuando bajábamos a donde estaba todo el mundo. Bebimos, bailamos, reímos y nos hicimos fotos con algún que otro fan.
Cuando ya nos volvíamos al reservado me fije que Bojan estaba mirando fijamente a un punto, miré hacia el mismo sitio y vi que miraba a una chica que estaba acompañado por otra chica, las dos apoyadas en la pared del fondo. Lo agarre por el cuello y lo lleve hacia ellas.

    - Hola chicas, ¿qué tal? – Le di dos besos a cada una y me presente-. Soy Gerard y mi amigo Bojan.
    - EL burro por delante para que no se espante. Ella es Cris y yo Vanesa-. Dijo la chica morena con el pelo largo.
    - No nos interesan los futbolistas – dijo la otra chica un poco mas bajita que Vanesa y con media melena.
    - A ella solo le interesan los del Madrid así que nos vamos – dijo Vanesa agarrando de la mano a su amiga.
    - ¿Y a ti? – La frene poniendo el brazo en medio.
    - Solo los del Zaragoza – quito mi brazo de la pared con brusquedad.
    - Pues mira he tenido suerte – la rodee por el cuello.
    - ¿Enserio? -  me miró con una sonrisa sarcástica-. ¿Qué te has tomado? – quitó mi brazo de su cuello.
    - Ahora he fichado por el Barça pero no olvido Zaragoza.
    - ¿Quieres un premio? – dijo alzando las cejas; solté un leve sonrisa, ella puso los ojos en blanco y se marchó.

No se ha donde se marcho pero se fue dejando a su amiga sola con Bojan. Ni se inmutaban. Me toco hacer de celestino. Lo conseguí porque Cristina y Bojan empezaron a quedar, ha verse todas las tardes hasta que acabaron juntos. Eso lo aproveche para intentar conocer a Vanesa. Solo había cruzado cuatro palabras con ella pero no dejaba de pensar en ella. Era una chica diferente, otra chica se habría aprovechado y se hubiera metido en el reservado pero ella no lo hizo. Se fue.

Antes de ir concentrado con la selección para la Eurocopa fui de visita a Zaragoza a ver a amigos. Siempre voy al bar de uno de ellos, es mi segunda casa. A los dos días de estar allí y después de jugar un partidillo de fútbol sala fuimos allí a comer, estábamos riendo, charlando, contándonos anécdotas cuando de repente la vi. La vi saliendo del almacén muy cabreada gritándole a un chico que no se movía de la puerta. Hice como si tenia que llamar por teléfono y disimuladamente salí para pararla. No se porque lo hice fue mi instinto. No se la veía de buen humor pero aun así lo intente.

    - ¡Hey! – Sonreí - ¿Todo bien? – pregunte parándola. Me miro un instante y siguió caminando; la seguí.
    - Que estas haciendo aquí – bufó secamente.
    - De visita. Para un momento – le pedí agarrándola del brazo haciendo la parar. Se soltó al instante.
    - Que quieres – seguía siendo seca. Mire hacia la derecha, donde había una aficionada esperando mi autógrafo, la sonreí y  le quite la libreta y el boli. 


Mientras Vanesa me miraba sin decir nada apunte mi número de teléfono.

    - Llámame si necesitas hablar – le di el papel y le devolví el boli y la libreta firmada a la aficionada que también esperaba para hacerse una foto.
    - No. Si quieres me llamas tú – le quitó la libreta y el boli a la aficionada y escribió su número de teléfono.

Me dio la libreta y como la otra vez puso los ojos en blancos y se fue, eso si, antes me echo una mirada fulminante.

Seguí con mi vida…

    - Tío – interrumpe Sergio-. ¿Me vas a contar lo que pasó o tú vida? – Protesta.
    - ¿Continuo o te quedas sin saber que paso?

Durante la Eurocopa hablamos unas cuantas veces por teléfono aunque durante las primeras llamadas seguía en su salsa: borde, dura como el cemente. Con el tiempo se fue ablandando y nos fuimos conociendo. Ese verano lo paso en Barcelona con su amiga Cristina. Al volver después de ser campeones de Europa intente sacarle donde estaba pero no me lo quería decir, así que Bojan y Cristina me lo dijeron. Cristina me contó que desde que ella y bojan habían empezado a salir no la reconocía. Iba siempre de discoteca en discoteca y apenas se veían.

La seguí una noche no entre a la discoteca porque pasaba de que la gente me reconociera y se armara un lío. Espere a que saliera.
Salió una chica insultando a un chico, no me metí, deje que se mataran entre ellos pero vi que era Vanesa y no dude ni un segundo en meterme, la cogí y la saque de la zona de discotecas. Cuando estábamos apunto de entrar al coche huyó, la vigile a ver a donde iba, se dirigía a la playa y en su estado me dio miedo que se metiera al agua y no saliera, así que la seguí. Al ver que se sentaba en la arena decidí irme pero no pude. Me acerque a ella para hablar y llevarla a donde estaba alojada.

    - No deberías haber entrado ahí – intente levantarla de la arena y llevarla al coche pero fue imposible. Iba tan borracha que por mucho que la sujetara se revolvía y acababa tirada en la arena.

Intentaba sacarle información para llevarla a dormir la mona pero no sabía ni donde estaba.

    - Venga va dime donde estas alojada – la levantaba una y otra vez de la arena.
    - No lo sé – no dejaba de reírse. Me estaba poniendo de los nervios-. Dame alcohol – Me pedía una y otra vez.
    - Si no sabes ni donde estas. Lo que necesitas es una ducha fría y dormir.

Y al fin entre pitos y flautas conseguí llevarla hasta el coche, que tuve que cerrarlo porque se me volvió a escapar. Gritando dijo.

    - Bañémonos desnudos en el mar – Me agarro de la mano, tiro de mi y como vio que yo no me movía, que no podía tirar de mi me soltó y corriendo hacia el agua empezó a quitarse la camiseta.

Corrí hacia ella, cogí la ropa que dejaba caer y antes de que pudiera llegar al agua la agarre y le puse mi camisa. Me canse y la cogí a corderetas, como no me dijo donde estaba alojada la lleve a  mi casa.

    - ¿Si te estabas cansando de ella, de sus tonterías porque la llevaste a tú casa?
    - Porque no podía dejarla allí y que le pasara algo. Era menor y si unos tíos la habían colado en la discoteca ha saber que le podrían haber echo en esas condiciones.
    - Lo que le hiciste tú.
    - No. No abuse de ella si es lo que estas pensando.

El camino fue un poco largo, estábamos en la playa y mi piso esta más en el centro de la ciudad. Me se su vida de pe a pa, por lo menos hasta ese momento. Hablaba, hablaba y hablaba. No callaba, hasta que se durmió. Me creí todo lo que decía porque se suele decir que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.

A llegar a casa la desperté y agarrándola para que no se cayera. Se debió de dar cuenta de todo lo que hizo porque en el ascensor me agarro fuertemente y no paraba de repetir ‘lo siento’. Entramos a casa y la lleve directa al baño, la desnude.

    - ¡Espera! – Dice Sergio indignado -¿La desnudaste? ¡Pero tío que era menor!
    - No la desnude. Si me dejas seguir te enteraras de lo que hice.

No veía dos en un burro, así que le quite la ropa, la deje en ropa interior y la metí en la ducha encendí el grifo del agua fría y ahí la deje. Ni se inmuto ni siquiera porque el agua estuviera tan fría.

Me fui ha hacer café y como tardaba mucho entre a ver si estaba bien. Estaba sentada debajo del agua rodeando sus piernas con sus brazos y con todo el maquillaje corrido, cerré el grifo, le puse mi albornoz por encima me senté junto a ella y con una toalla pequeña le limpie el maquillaje. Mientras le limpiaba la cara me miro a los ojos y se apoyo en mi hombro, no pude hacer nada. Solo abrazarla.
Después de un rato sentados en el suelo y abrazados le di ropa mía y salí para que se vistiera tranquila.
Tardaba mucho pero no la interrumpí, me imagine que necesitaría estar sola para asimilar lo que había echo, deje que saliera sola. Me debí de dormí en el sofá mientras la esperaba porque un ruido me despertó, allí la vi recogiendo algo del suelo vestida con su ropa.

    - Lo siento – me dijo en voz baja.
    - ¿Por qué no te has puesto la ropa que te he dado? – Me levante y caminé hacia ella.
    - Gracias pero tengo que irme – empezó a buscar su bolso.
    - No – la frené – necesitas dormir.
    - Por eso mismo me voy a mi hotel – seguía buscando su bolso.
    - Pues entonces tendrás que esperar porque te lo has dejado en el coche.
    - Pues bajas conmigo y me lo das – se dirigió hacia la puerta.
    - No – la agarré y la lleve al sofá – tú te esperas aquí y te subo el bolso.
    - Pero…
    - Ni pero ni pera.

Bajé a por el bolso y cuando subí me la encontré dormida en el sofá, la lleve a mi habitación para que pudiera descansar bien, le quite su ropa y le puse una camiseta mía.

Cuando amaneció no quise despertarla prepare el desayuno, le deje una nota y me fui a hacer mis cosas, a visitar a mi familia.

    - ¿Qué ponía en la nota? – Interrumpe Sergio curioso.
    - Tienes comida lista en la cocina, estas en tú casa.

Iba a comer fuera con la familia pero al estar ella volví a la hora de comer, seguía dormir pensaba despertarla, no podía ser bueno que durmiera tanto pero al pasar por la cocina vi que lo que le había preparado no estaba, estaba todo recogido y limpio.  Prepare algo de comer y me puse a ver la tele. Casi a las 8 de la tarde apareció por el salón.

    - ¿Qué hora es? – Me pregunto restregándose los ojos.
    - Casi las 8 de la tarde.
    - ¿Enserio?
    - Si, mira el reloj – señalé un reloj colgado en la pared.
    - ¿Por qué no me has despertado? – se apoyo en el respaldo del sofá.
    - No quería despertarte, necesitabas dormir.
    - ¿Qué hago aquí? No me acuerdo de nada – se dejo caer en el sofá.
    - Normal. Mejor que no lo recuerdes. ¿Tienes hambre?
    - Mucho -  me sonrió.
    - ¿Algo en especial? – me dirigí hacia la cocina.
    - Cualquier cosa que sea comestible.

No sabia lo que le gustaba, cogí el teléfono y pedí una pizza, cenamos en el suelo, hicimos el tonto, reímos y nos conocimos.  Después de pelear por el mando para ver que canal dejar, ella quería ver una peli y yo deportes, al final cedí y nos pusimos a ver una peli terminando tumbados y dormidos en el sofá.
Por la mañana despertamos como una pareja normal, desayunamos, me duche, se ducho me dio las gracias y me pidió que la llevara al hotel en el que se alojaba y allí, en la puerta, la deje.  Tarde mucho en arrancar el coche, lo arranque para aparcar, entre para buscarla pero la recepcionista me lo puso difícil.

    - ¿Vanesa que mas?
    - No lo sé. Es la chica morena con el pelo largo que acaba de entrar.
    - Si no me dice el apellido no puedo decirle en que habitación se aloja.
    - Ya se lo he dicho, solo se el nombre. No creo que haya más de una Vanesa alojada.
    - Hay dos, si no me dice el apellido no le puedo dar ningún dato. Lo siento.

Me aparté y llamé a Vanesa, sin darme opción ha hablarle me dijo.

    - Estoy en la habitación 33-. Sonreí y colgó.

Pregunté en que planta estaba, subí a la planta 3, después de unos minutos toqué la puerta. Me recibió en albornoz.

    - ¿Por qué no te has vuelto a tú casa? – Me dejó pasar.
    - Necesitaba hablar contigo.
    - ¿De qué?
    - Duerme hoy en mi casa.
    - ¿Para que?

Y sin contestarle la besé. Ella me correspondió. Acabamos tirados en la cama. Pero algo paso  por su mente que hizo no ponerle interés.

    - ¿Qué pasa? ¿Por qué paras? – Le aparte un mechón de pelo de la cara.
    - ¿Qué estamos haciendo? - Se quitó de encima de mí y se sentó en el borde de la cama.
    - No es nada malo – me senté a su lado-. Los dos somos mayorcitos y sabemos lo que hacemos – seguí diciendo mientras le besaba el cuello.
    - ¿Sabes en que lio te puedes meter si se entera alguien? – Me miró haciendo que nuestros labios estén a pocos centímetros.
    - ¿Lio por que? Además nadie tiene porque saberlo-. Acabe la frase con un beso.
    - Ahora que eres campeón de Europa y jugador del Barça la prensa no va a dejar de seguirte. A ver que haces o dejas de hacer en tus vacaciones.
    - ¿Y que tiene eso de malo? – La abrace por detrás.
    - Soy menor. ¿O lo has olvidado? – Me agarro las manos.
    - Tengo 21 y tú 17 si tuvieras 15 pues vale, pero tienes 17. No te preocupes que no va ha pasar nada.
    - La prensa es muy mala.
    - Si te molestan diré basta y no nos molestaran más.

Estuvimos un rato tumbados en la cama haciéndonos carantoñas en silencio hasta que nos fuimos a comer a mi casa, pasamos toda el día allí.

Se iba a quedar una semana más en Barcelona antes de volver a Zaragoza, y como no quise que pagara un hotel pudiendo estar en mi casa la convencí para que dejara el hotel y estuviera en mi casa.

Pasamos una semana perfecta, íbamos camuflados a la playa, hacíamos la compra, veíamos películas. Nos conocimos afondo.

    - Tan a fondo que la dejaste embarazada – interrumpe Sergio.

No era mi intención. Él ultimo día que pasó allí lo pensábamos pasar todo el día juntos, como llevábamos haciendo toda la semana, me desperté con una gran sonrisa, estaba feliz de despertarme junto a ella, de verla dormida apoyada en mi pecho. Me levante a preparar el desayuno y llevárselo a la cama, para que se fuera contenta. Era el último día y quería tratarla como una reina.

Al llegar a la habitación y verla tumbada en la cama, durmiendo dulcemente me entró miedo. Me di una ducha rápida en el baño de afuera, le deje en la mesilla el desayuno y una nota y me fui.

     - ¿Cómo que te fuiste? ¿La dejaste? ¿Pero no querías tratarla como una reina?
    - Me dio pánico, era diferente. Para ella no era un simple royo, se la veía que quería algo serio conmigo. Le brillaban los ojos.
    - ¿Y a ti te brillaban?
    - Estaba muy ha gusto pero me dio miedo. Empezaba a tener la vida que quería y junto a ella sabía que no la iba a tener.
    - ¿Qué le pusiste en la nota?
    - ‘Ahí tienes el desayuno. Dúchate, recoge tus cosas y vete.’
    - Te pasaste. ¿Qué hizo ella?
    - No se. Cuando vi que se iba subí a casa y la casa estaba destrozada.
    - ¿Te faltaba algo?
    - Así de vista no me faltaba nada, pero con el tiempo Bojan y Cristina me dijeron que me había quitado algo y que en cuanto cumpliera los 18 iría a la tele
    - A la tele no fue, ¿no?
    - No. Yo sabía que no lo iba ha hacer.
    - ¿Intentaste ponerte en contacto con ella?
    - Si y viajaba a Zaragoza cada vez que podía para ver si la veía pero fue imposible. Cuando quiere esconderse de alguien lo sabe hacer bastante bien.
    - ¿Qué te quito?
    - Nunca lo supe hasta el otro día que la vi.
    - O sea que aceptas que Paris es tú hija.
    - Si.
    - ¿Vas ha hablar con ella?
    - No quiere verme ni en foto.
    - ¿Quieres que hable con ella?
    - Si puedes te lo agradecería un montón.
    - ¿Sientes algo por ella?
    - Estuve mucho tiempo buscándola hasta que me di por vencido. Hice mi vida como si no hubiera existido, como si hubiera sido un royo mas pero al verlas me di cuenta que nunca me olvide de ella.

7 comentarios:

  1. O.O increíble!!! hasta siento pena por piqué!!! buenísimo cap Sonia!!!! Wow..........que HDP ese, pero al final reconoce que no dejó de pensarla u.u

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  2. wowwwww pique tiene su corazoncito OMG se enamoro groso de Vanessa pero la forma en la que acabo con ella es muy gacho no se que pensar xd pobre de vanessa quedarse sola y de paso con una hija mas, sin dudas este capi es wowww impresionente sonia felicidades, sin dudas me encanto esto de pique xd

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  3. Ogg... *_______* So cute!(L)
    Me encantóo! :) piqué tiene corazón O.ó
    Pues esperarée otro capii ^.^ con muchas ganas... con ganas de ver lo que pasa con Alicia, con Özil, con Sergio... y por supuesto con piqué.

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  4. buen capitulo incleible gerald sigue pensando en ella

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  5. sonia soy nayelin el comentario anonimo fue por que fue la unica opcion que pude mandarlo

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  6. Me encanta como la el Fic Sonia!! Mas le valia a Ali regresar con sergio ¬¬ Y Mesut mejor que se conporte con Sole ;) Genial Sonia!

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  7. wooooooow!!! esta padrisiimoo! aaa q fea forma de dejar a vanessa! pff oooo espero con ganas el proximoo!!!
    p.d: no se xq pero no puedo publicar de otra manera mi comen. mmm!

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