55. Un cumpleaños diferente IV.
Mesut se acerca a Alicia y coge las maletas para meterlas al maletero del coche, una vez en el coche hacen el pequeño trayecto hasta casa de Mesut.
Una vez allí Mesut le presenta a su hermano y a su amigo y se va directo a una habitación dejando a Alicia con ellos dos.
- Hola – dice tímidamente sentándose en el sofá.
- Hola – contestan los dos a la vez - ¿Qué tal todo? – concluye Mutlu.
- Todo bien – sonriendo - ¿y a vosotros como os va por Madrid?
- Muy bien, bonita ciudad la gente es simpática.
- Cuando llevéis tres años estaréis deseando volver a vuestra casa.
- No creo se esta muy bien – dice Ümit – y si todas las chicas son como tú mucho mejor – sonriendo.
- Si todo Madrid estuviera lleno de chicas como yo, seria una locura – dice ella.
- ¿Esa no es la de Mesut? – dice Ümit.
- Si, me la regalo, pues hay que sacarle provecho – riéndose.
- Dejarla tranquila – dice Mesut entrado al salón.
- No importa, solo estamos charlando – dice Alicia sonriendo a Mesut.
- ¿Vamos a dar la clase? – dice en español.
- Si claro – levantándose – nos vemos – mirando a Mutlu y Ümit.
Mesut y Alicia van a la sala donde dan la clase, entran y Alicia ve una caja azul grande con un lazo rojo.
- No se lo que será y si será para mi pero… – se calla.
- ¿Qué pasa? – sentándose.
- Te has lucido con los colores.
- Uy – tapándose la boca – no me di cuenta.
- Que chico más despistado – sentándose.
- ¿No lo abres? – señalando la caja.
- No – cogiendo los folios.
- ¿Por qué no?
- Uno – levantando un dedo – no se si es para mi.
- Sabes que si es para ti – sonriendo.
- Pero tampoco me lo has dado tú.
- Pues toma – levantándose a por la caja.
- No, primero la clase.
- Pero… - mirando la caja.
- Ni pero ni pera – dice en español – siéntate – señalando la silla – que luego es mi culpa que no avances con el español.
Llevan 4 horas de clases y Mesut sigue traduciendo frases echando alguna que otra miradita a Alicia que no deja de observar la caja cuando un grito de Alicia le hace dar un bote.
- ¿Qué pasa? – echándose la mano al corazón.
- La caja se ha movido – dice en español señalando la caja y echándose hacia atrás.
- Ya te he dicho que la abras – levantándose a la vez que se ríe.
- ¿De que te ríes? – mirándolo mal.
- Toma ábrela – dándosela.
- No – alejándose.
- Ven – agarrándole la mano y llevándola hacia un pequeño sofá.
- Que no, ¿que hay dentro?
- Tranquila – sentándose.
- Dímelo en español – sentándose junto a él.
- Tranquilízate no va a pasar nada – le cuesta decir en español.
- Muy bien – sonriendo.
- Toma ahora ábrela – dándole la caja.
Alicia se le queda mirando y con la cabeza indica un no.
- Ábrela por favor – dice en español.
- Vale – cogiendo la caja.
Alicia quita el lazo muy despacio y la tapa con miedo con la sorpresa que se encuentra un gatito blanco con los ojos azules.
- Mesut – asombrada – es precioso – cogiendo al gato.
- Preciosa – rectifica.
- Muchas gracias – abrazando a Mesut – pero que cosa mas bonita – haciéndole carantoñas a la gatita.
- Esta muy sana tiene todas las vacunas y todo.
- Eres un amor – dándole un beso en la mejilla.
- ¿Y como la vas a llamar? – acariciando a la gatita.
- Pues… - pensando – manchita.
- ¿Manchita? – mirando a la gatita – si no tiene manchas.
- Si tiene, mira – enseñándole la cabeza.
- No me había dado cuenta.
- Y en la cola también tiene – enseñándole la cola.
- Si, cierto – quitándole la gata – ¿seguimos con la clase? – levantándose y dirigiéndose a la silla.
- ¿No te cansas de estar aquí encerrado? – levantándose a la vez que lo mira.
- Si, - dejando a Manchita encima de la mesa - pero ya sabes que tengo que aprender español.
- Pero hay muchas otras formas mas divertidas de aprender – cogiendo a manchita.
- Déjala libre.
- No, que hay papeles encima de la mesa.
- ¿Cómo que hay otras formas mas divertidas para aprender el español? – mirándola.
- El español y otros idiomas y otras muchas cosas más – jugando con Manchita.
- ¿Cómo por ejemplo?
- Haciendo la compra.
- ¿Haciendo la compra? ¿Si no se español como voy ha hacer la compra?
- Como se aprende a jugar al fútbol – mirándolo.
- Jugando al fútbol.
- Pues ahí tienes la respuesta – guiñándole un ojo.
- Pero aprender a jugar al fútbol no tiene nada que ver con aprender un idioma.
- ¿Confías en mi?
- Si.
- Pues vamonos – yendo hacia la puerta.
- ¿A dónde? – observándola.
- Me vas a acompañar a comprar cosas para Manchita – abriendo la puerta.
- ¿Y Manchita? – yendo hacia ella.
- Nos la llevamos así no venimos hasta aquí luego.
- ¿Huyes de mi casa? – pasándole el brazo por encima de los hombros.
- Llevamos 4 horas aquí metidos no se como he aguantado.
Alicia y Mesut se despiden de Mutlu y Ümit y van directos a un centro comercial a comprar lo necesario para Manchita. Cunado están buscando un sitio para aparcar en el parking tienen un pequeño problema.
- ¿Qué vas ha hacer con Manchita?
- ¿Qué voy ha hacer de que? – Mirando por la ventanilla – métete por ahí – señalando hacia la derecha.
- No se como es eso en España pero creo que no pueden entrar animales – aparcando el coche.
- Pues lo dejamos en el coche, no creo que tardemos mucho.
- ¿Estas loca? – Apagando el motor - ¿¡Como vas a dejar a Manchita sola!? – cogiendo a Manchita.
- Pues la entro – saliendo del coche.
- No se puede – saliendo del coche con Marchitas en sus manos.
- Que divino – mirándolo – si es mas grande tú mano – poniéndose las manos en la boca en forma de oración.
- ¿Qué vamos ha hacer con Manchita?
- Tráela – acercándose a Mesut.
- ¿Qué vas ha hacer?
- La meto al bolso – cogiendo a Manchita.
- No, pobre Manchita – sin querer dársela.
- ¿Que pasa que la Paris Milton puede meter a su miniparis en un bolso y yo no? – Cogiendo a Manchita – que no le va ha pasar nada, que no la voy a asfixiar le dejare la cabecita fuera – metiendo a Manchita al bolso.
- ¿Seguro que no le pasara nada? – cerrando el coche.
- Seguro – yendo hacia él – Y ahora vamos a comprarle cositas ha esta preciosura.
- Espera que me pongo en este lado – poniéndose a la izquierda de Alicia.
- ¿Para?
- Por que así se nota menos.
- Chico listo – sonriendo.
Los tres salen del parking y se dirigen a comprar todo lo necesario para Manchita, son observados por la gente que sale y entra, algunos se acercan para hacerse fotos con él, que muy amablemente acepta. Una vez dentro pasan como si nada pasara pero el segurata se acerca a ellos.
- Disculpen.
Los dos se miran y girándose dicen a la vez - ¿Si?
- Perdonen que les moleste, pero si tienen algún problema o les molestan no duden en avisarme.
Los dos se vuelven a mirar y Alicia le da un codazo a Mesut para que diga algo.
- Gracias – dice en español sonriendo.
- Que disfruten de sus compras – dice el guardia.
- Si dices algo mas igual te hernias – le dice Alicia en español.
- ¿Hernias? – mirándola.
- Es una frase hecha, anda vamos – agarrándolo del brazo – vamos ha comprar.
- ¿Sin carro? – dice en español.
- Pues vamos a por uno.
Retroceden y van en busca de un carro para meter todo lo necesario, una vez enfrente de los carros, cuando Alicia va a coger una moneda para coger el carro pone mala cara asustando a Mesut.
- ¿Qué pasa?
- Manchita.
- ¿Se ha asfixiado?
- No, no…no…no… - sin poder hablar.
- ¡¿No que?! – agarrándola de los brazos.
- No esta.
- Vamos a buscarla – agarrándola de la mano y tirando de ella.
- Pero… - sin reaccionar.
- Ni pero ni pera, vamos – tirando de ella.
Los dos se ponen ha dar vueltas por la tienda en busca de la traviesa gatita hace mil locuras, la encuentran dando vueltas por la zona de la ropa, Ali no puede cogerla por lo veloz que es - ¡Mesut aquí! – grita Alicia. Con paciencia Mesut consigue atraparla, pero Manchita se pone muy rabieta y consigue escapar de las manos de Mesut, los dos ríen y corren tras Manchita. La ven quieta y los dos se lanzan hacia ella pero consigue volver a escapar y volviéndola a perder de vista hasta que Alicia la visualiza encima de una montaña de latas de comida.
- Mesut – quedándose quieta.
- No te pares y sigue buscando a Manchita.
- ¡Estate quieto! – Agarrándolo de la mano – mira allí – señalando la montaña de latas.
- Vamos – tirando de ella.
- No, si vamos los dos huirá otra vez.
- Pues ya voy solo.
- Con cuidado.
Mesut se acerca sigilosamente a la montaña de latas y la coge, las latas caen y él se aleja de allí con una tímida sonrisa siendo observado por dos supervisores de ‘El corte Ingles’, se acerca a Alicia y le da a la gatita, Manchita intenta huir otra vez pero él la agarra de la cabecita y la acaricia haciéndola calmar, Alicia coge a Manchita con una gran y dulce sonrisa.
- Muchas gracias.
- Creo que Manchita tiene hambre.
- ¿No le has dado de comer?
- Digo yo que le habrán dado de comer en el veterinario.
- Mesut en el veterinario los curan no les dan de comer.
- Pues seguro que si que tiene hambre.
- Que cafre eres – dándole suavemente en la cabeza.
- La que hemos liado – dice en español.
- La que has liado – señalándolo.
- ¿Yo? – Señalándose – ha sido Manchita.
- ¿No tendremos problemas verdad? – mirándolo.
- No lo se, voy a solucionarlo.
- No te muevas.
- ¿Por?
- Por que se acercan los encargados – mirando como se acercan dos hombres trajeados y una mujer por detrás de Mesut.
- Disculpe señor Özil – dice un hombre alto con el pelo canoso.
- Yo pagare toda la reparación. – dándose la vuelta.
- No se preocupe señor Özil, solo veníamos ha preguntarles si necesitan ayuda para hacer sus compras.
Mesut mira extrañado a Alicia.
- ¿Me ha entendido? – le pregunta el hombre bajito a Alicia.
- Si – dice Mesut.
- Chelo traiga una jaula para que lleven al gato – le dice el hombre alto a la mujer.
- Déjeme pagar los… - mirando a Alicia.
- Desperfectos – dice Alicia.
- Eso – mirando a los dos hombres.
- Lo único que queremos es que hagan sus compras a gusto, ¡Chelo! – Grita – acompáñelos.
- Tomen – dice la mujer dándole una pequeña jaula para llevar al gato.
- No hace falta lo puedo llevar en brazos – dice Alicia.
- Nos lo quedamos – dice Mesut cogiendo la jaula.
- Que disfruten de sus compras – dice el hombre bajito – ayúdelos Chelo.
- No hace falta – dice Alicia – solos podemos – mirando a Mesut.
- Si necesitan ayuda no duden en avisar a Chelo – dice el hombre alto y canoso.
- Gracias – dice Mesut.
Retroceden y ponen rumbo en busca de cosas necesarias para Manchita, una vez tienen todas las cosas necesarias van a la caja a pagar y Mesut insiste en pagar los desperfectos. Llegan a casa de Alicia y hacen dos viajes unos con el gato y sus objetos le ponen de comer y vuelven al coche a por las maletas de Alicia, dejan las maletas en la entrada y se sientan en el sofá a jugar con Manchita. Vanesa llega a casa con mala cara y ve a Alicia y a Mesut riéndose.
- Hola – dice Alicia sonriendo.
- Hola – sacando a Paris del carrito.
- ¿Cómo te ha ido con la casa? – Mirándola - ¿has encontrado algo?
- No me hables – sentándose en el pequeño sillón.
- ¿Buscáis casa? – dice Mesut jugando con Manchita.
- ¿Qué ha pasado? – cogiendo a Paris.
- Pues como soy madre soltera y aun no tengo trabajo pues no me alquilan ningún piso.
- Que cabrones.
- ¿Tu como conseguiste este? – dice Mesut en alemán.
- Yo lo encontré antes de venir aquí. Vivian unas chicas, se fueron y me quede yo.
- ¿Podéis ir los dos juntos? – les pide Vanesa.
- ¿Juntos a donde? – dice Alicia.
- A coger el piso, si vais los dos seguro que si os lo alquilan.
- Pero el piso es para ti.
- Y para ti – dice Mesut.
- Lo pones a tú nombre y no hay problema.
- Si vamos los dos querrán ponerlo al nombre de él – señalando a Mesut.
- No tiene por que - dice Vanesa.
- Es jugador del Madrid y lo querrán poner a su nombre – mirando a Vanesa.
- Se dice que va a tú nombre – dice Mesut en alemán.
- Pero solo si Mesut quiere – mirandolo.
- No hay problema – dice Mesut en español.
- Muchas gracias – dice Vanesa abrazando a Mesut.
- ¡Cuida! – grita.
- ¿Qué pasa? – dejándolo de abrazar.
- Manchita – enseñándole a la gatita.
- Lo siento – acariciando a Manchita.
Alicia y Mesut cocinan mientras Vanesa le da un baño a Paris, por otro lado, la plantilla del primer equipo del Real Madrid están en el autobús de camino al hotel, escuchando música, bailando e intentando que Sergio Ramos se anime que esta sentado al final del autobús.