lunes, 2 de mayo de 2011

Fic LI


 51. Castigos que no conducen a ningún camino.



Mesut se despierta y baja, como todos los días, a la cocina a desayunar y se encuentra a su padre terminando de desayunar.

     - Buenos días – dice en turco sentándose.
     - Buenos días – con una taza de café en la mano - ¿Estas mas tranquilo?
     - Si – levantándose.
     - ¿Te vas sin desayunar? – observándolo.
     - Solo voy a la nevera – abriendo el frigorífico - ¿Cuándo te vas? – sacando una caja de zumo.
     - En un par de horas – sin dejar de observarlo.
     - ¿Quieres que te lleve? – sentándose.
     - No ya voy en un taxi.
     - No hace falta que cojas un taxi, te llevo yo que no tengo nada que hacer.
     - ¿Enserio? – Echándose más café - ¿No tienes nada que hacer?
     - No, ya sabes que hasta el jueves no entreno – untando nutella en una tostada.
     - No deberías comer chocolate.
     - En el desayuno si puedo – dando un mordisco – terminamos de desayunar y te llevo.
     - No hables con la boca llena.
     - Perdón – tapándose la boca.
     - No hace falta que me lleves, ya me lleva tú hermano.
     - Que no papa, que te llevo yo, que ya te he dicho que no tengo nada que hacer.
     - ¿Y no has quedado con la chica esa? – con recochineo.
     - Papá… se llama Alicia – mirándolo mal – y tiene su propia vida.
     - Como últimamente estas más con ella que con tú familia.
     - No solo yo, el resto del equipo también, por que es como una hermana para el equipo.
     - ¿Para todos? – observándolo.
     - Ya vale papá – levantándose - ¿quieres que te lleve o no?
     - Si no te importa acercarme – mirándolo.
     - Me cambio y nos vamos.


Sergio Ramos esta tumbado en su cama con los ojos abiertos, no sabe que hora es pero sabe, aunque no le apetezca, que aun no es hora de levantarse. Dan las 9 de la mañana y el despertador suena, ahora si es hora de levantarse, - no podría haberse parado el tiempo – rechista. Estira el brazo y apaga el despertador, seguidamente mira a su derecha y ve la cama vacía - ¿Cunado me despertare otra vez con tú rostro alado? – resoplando al terminar la frase.
De muy mala gana se levanta de la cama y se dirige al cuarto de baño. Termina de ducharse y se queda mirándose al espejo, ve a un Sergio destrozado, se lava la cara y se vuelve a mirar al espejo – Sergio, tienes que seguir, como te vean con esa cara no jugaras –, dice en voz alta. Gira la cabeza y encima de la repisa ve el cepillo de dientes de Alicia, el peine, su colonia, su crema hidratante – ¡JODER! – grita dando un puñetazo al espejo dejando una pequeña raja.

     - Señor Ramos – toca la puerta Juana – ¿se encuentra bien?
     - Si – metiendo la mano debajo del grifo.
     - Ya tiene el desayuno preparado.
     - Recógelo todo, desayunare en Valdebebas – intentando que los nudillos dejen de sangrar.
     - De acuerdo.

Sergio con tiritas, vendas y esparadrapo intenta curarse la mano pero esta muy nervioso y no sabe como hacerlo, el baño acaba con las tiritas y las vendas esparcidas por encima del lavabo y por el suelo.

     - Señor Ramos – vuelve a interrumpir Juana.
     - ¡Te he dicho que lo recojas todo! – muy nervioso.
     - Lo se, pero tiene una llamada.
     - Di que no estoy.
     - Es la señorita Alicia.

Al escuchar el nombre de Alicia abre rápidamente la puerta.

     - Traiga – cogiendo el teléfono.
     - Señor – mirándole alarmada la mano llena de sangre y vendas mal puestas - ¿Qué le ha pasado? Esta sangrando.
     - Nada, retírese por favor – señalando la puerta.
     - Por favor déjeme curarle.
     - ¡Que se marche! – alza la voz.

Alicia un poco alarmada escucha lo que Juana dice.

     - Alicia mi vida Felicidades – dice contento.
     - Gracias – con voz apagada.
     - ¿Cómo estas?
     - Muy bien.
     - Me gustaría estar ahora a tú lado, me hubiera gustado prepararte el desayuno y llevártelo a la cama.

Al ver que Alicia no dice nada, continua hablando.

     - Estos días sin ti me están matando, y me gustaría recompensarte, mañana quiero que vengas al partido.
     - Sabes que los veo con Marcos, ¿o ya te has olvidado? – molesta.
     - No, no me he olvidado.
     - Pensaba que si, como tienes tantas cosas en la cabeza.
     - Entonces después del partido iré a buscarte a casa de Marta para invitarte a cenar y celebrar tú cumpleaños como te mereces.
     - Solo te llamo para decirte que hoy cuando estés en la concentración iré a recoger mis cosas – muy seria, haciendo que la cara de Sergio cambie de una gran sonrisa a una triste – te dejare las llaves en la entrada, adiós Sergio.
     -  Alicia, no por favor, no cuelgues. Me digas lo que me digas después del partido iré, si no estas en la puerta y aunque me cueste te dejare en paz y no te volveré a molestar más. Pero por favor dame esta última oportunidad y te prometo que no la desaprovecharé.
     - Adiós Sergio.

Sergio tira el teléfono a la cama y se sienta en el suelo mientras Alicia esta sentada en el sofá con el móvil en la mano y pensativa.

     - Que madrugadora es la cumpleañera – dice Vanesa dejando a Paris en el sofá – muchas felicidades – abrazándola por el cuello.
     - Gracias – saliendo del trance.
     - Cambia esa cara que haces 21 años – yendo a la cocina.
     - Sabes que no me gusta celebrar los cumpleaños.
     - Lo se, - preparando café - ¿hoy vas a desayunar?
     - Si – jugando con Paris – hazme un te por fa.
     - ¿Dónde los tienes? – abriendo los cajones.
     - En el tercero.

Vanesa prepara el desayuno, Alicia deja de jugar con Paris y se pone a mirar los mensajes que le han llegado durante la noche, abre el mensaje de un número que no conoce pero que le sonaba de que la llamo el domingo.

     - Hay era Gabi, ya me podría haber avisado.
     - ¿Decías algo? – pregunta Vanesa desde la cocina.
     - No, estoy leyendo los mensajes.

Se guarda el número de Gabi y continua leyendo las felicitaciones que le han enviado prácticamente los mensajes son de  sus amigos de la infancia, de las amigas con las cuales compartía piso cuando llego a Madrid y que tanto la ayudaron a acomodarse a la ciudad, de sus hermanos y de casi toda la plantilla del Real Madrid; de Mesut, de Sami, de Cristiano nombrando también a Pepe, Marcelo y Kaká, de Irina, de Álvaro nombrando a Raúl, Esteban, Xabi y Adán,  cuando es interrumpida por una llamada.

     - ¿Quién?
     - ¿Alicia Martín? – dicen al otro lado del teléfono.
     - Si soy yo, ¿quien llama?
     - Soy Natascha Baltran.
     - Aja – mirando a Paris.
     - La llamo para informarle de que por problemas vamos a tardar un poco más en atenderles a usted y al señor Khedira.
     - Vale – sin prestar mucha atención a lo que le dicen.
     - Le informaremos cuando pueden volver a pasar por aquí.
     - De acuerdo – intentando que Paris le suelte el dedo.
     - Adiós y gracias.
     - Adiós – dejando el móvil en el sofá.
     - ¿Quién era? – dice Vanesa dejando las tazas en la mesa.
     - Esto… - mirando el móvil – no lo se.
     - Muy bien – cogiendo a Paris - ¿Y si era importante? – sentándose.
     - Ya volverán a llamar – cogiendo la taza.
     - ¿Qué es esa caja? – cogiéndola de encima de la mesa.
     - Nada – quitándosela rápidamente.
     - Vale, vale no me muerdas.


Las tres se ponen ha desayunar y a ver dibujos que pide Paris, por otro lado Sergio sigue sentado en el suelo de su habitación cuando Juana, la asistenta, llama a la habitación.

     - Señor Ramos – entrando a la habitación.
     - Le he dicho que se marche – metiendo su cabeza entre sus piernas.
     - Va ha llegar tarde – entrando al baño a la vez que lo mira.
     - Le he dicho que se marche y me deje en paz.
     - No puedo dejarlo así – acercándose – voy a curarle – sentándose a su lado y cogiéndole la mano.
     - ¡Que se marche! – quitando la mano bruscamente.
     - Se que esta así por la señorita Alicia - cogiéndole la mano – no se lo que ha pasado pero tiene que ser fuerte, ella lo quiere y seguro que lo perdona. - curándole la mano con un algodón
     - No creo que me perdone, la he engañado.
     - ¿Le ha puesto…? – mirándolo.
     - ¡No! ¡Nunca!
     - ¿Entonces? ¿Por qué dices que la has engañado?
     - Por que no le dije lo que me estaba haciendo la tía esa.
     - ¿Lara?
     - No la has llamado señorita – sonríe Sergio.
     - No se lo merece. Nunca me dio buenas sensaciones.
     - Solo estuve 5 días con ella.
     - Pero no me daba buenas sensaciones todo lo contrario a la señorita Alicia que me da muy buenas sensaciones, trasmite mucha dulzura.
     - Lo se -  dice sonriendo con cara de bobo -  es lo que me enamoro de ella, la dulzura que trasmiten sus ojos y su sonrisa.
     - Seguro que se soluciona todo.
     - Dios la oiga – mirando como termina de curarle la mano.
     - La señorita Alicia lo quiere muchísimo y seguro que ahora lo esta pasando muy mal y esta deseando estas junto a usted – mirándolo – esto ya esta – poniéndose a recoger el suelo.
     - Muchas gracias.
     - Y la próxima vez tenga mas cuidado que romper un espejo – mirando hacia el baño – son 7 años de mala suerte.
     - No puedo tener peor suerte de la que tengo ahora.
     - Si uno tiene paciencia las cosas cambian.
     - Tengo muy poca paciencia.
     - Lo se, pero tuvo mucha paciencia esperando a la chica adecuada.
     - Pero por tonto la he perdido.
     - Nunca diga nunca – abriendo la puerta.
     - Me puede hacer un favor – dice antes de que Juana salga
     - Trabajo para usted, así que usted dirá.
     - Se que como no voy a estar no estará pero cuando yo no este vendrá Alicia a por sus cosas, ¿podrá estar para recibirla? Le pagare lo que sea.
     - No se preocupe, yo estaré cuando venga y ahora cámbiese y a entrenar.


Alicia, Paris y Vanesa están terminando de desayunar.

     - Y bueno, ¿Cuándo te vas a poner ha trabajar? – le pregunta Alicia.
     - De eso quería hablarte.
     - Que pasa.
     - Tú ahora tienes contactos.
     - ¿Contactos? ¿Yo? ¿De que? Si no soy nadie.
     - Bueno te relacionas con los jugadores del Madrid y ellos pueden ayudarte a que me ayudes.
     - ¿Ayudarte en que?
     - ¿Tú conoces a la novia de Cristiano?
     - ¿A Irina? Claro, - mirándola - ¿por?
     - Quiero ser modelo profesional estudiar [maquillaje] y como ella se mueve en ese mundo pues si le puedes pedir que me ayude.
     - Hablare con ella, pero no te prometo nada.
     - Muchas gracias – sonriendo.
     - No te prometo nada.
     - Si no lo consigues no pasa nada – llevando sus cosas a la cocina.
     - Cuando la vea hablo con ella.
     - Vigila a Paris por fa que me voy a la ducha – yendo hacia el baño.

Alicia recoge su vaso y se vuelve a sentar junto a Paris, se coge el colgante con la mano, coge la caja, saca la rosa y la huele hasta que es interrumpida por el timbre, vuelve a meter la rosa en la caja y la cierra.

     - ¿Quién? – dice por el telefonillo.
     - Soy Sole.

A cabo de unos segundos Sole llama a la puerta y cuando Alicia abre la puerta le da un gran abrazo.

     - Pasa.
     - ¿Cómo te encuentras? – dice Sole.
     - Ahí andamos – yendo hacia el sofá.
     - ¿Has hablado con Sergio? – yendo tras ella.
     - No.
     - Cuándo le vas ha decir que… - quitándose la chaqueta y el bolso.
     - Calla – poniéndole la mano en la boca.
     - ¿Que pasa? – sentándose.
     - Perdón – quitándole la mano de la boca – esta mi hermana – señalando el baño.
     - ¿Tampoco lo sabe?
     - No – agachando la cabeza.
     - ¿Quién lo sabe?
     - Mesut, Pedro y tú.
     - ¿Nadie más? – pasmada.
     - No.
     - ¿Cuándo se lo piensas decir a Sergio?
     - Pues no lo se. Quiere que mañana vaya al partido.
     - ¿Y vas a ir?
     - Le he dicho que no, los partidos los veo con Marquitos, pero…
     - ¿Pero?
     - Me ha invitado a cenar para celebrar mi cumpleaños.
     - ¿Y que le has dicho?
     - No le he contestado.
     - ¿Y que te ha dicho él?
     - Que aun así ira a buscarme y que si no estoy en el portal aunque le duela  no me molestara más.
     - ¿Vas a perderlo por una tontería?
     - Si es que ya no se lo que hacer, se me han quitado las ganas de todo, ya no le veo sentido a la vida.
     - ¿Y no crees que el que no le veas sentido a la vida es por que sabes que si no te tragas tú orgullo lo puedes perder?
     - ¿Tragarme mi orgullo? – Mirándola - ¿Qué he hecho yo para tener que tragarme mi orgullo?
     - Sabes que le quieres y que sin el no puedes estar, pero para castigarle estas castigándote a ti misma.
     - Eso no es verdad.
     - Si es verdad y lo sabes.
     - No y si me permites voy a seguir durmiendo – intentando que se marche.
     - ¿Cómo que ha dormir? Son las 10 de la mañana tienes que ir a clase.
     - ¿Perdona? – Cogiendo a Paris – ¿no que tenia que descansar?
     - Si, pero lo que no puedes hacer es estar todo el día metida en casa.
     - No puedo ir a clase.
     - ¿Y por que no? ¿Tú orgullo te lo impide?
Alicia le hecha una mirada fulminante y dice – no, mis cosas están en casa de Sergio.
     - Pues ves a por ellas.
     - Esta tarde iré.
     - ¿Y por que no ahora?
     - Por que tengo otras cosas que hacer.
     - ¿El que? ¿Qué darte aquí tirada llorando?
     - Por ejemplo.
     - ¿Y Marquitos?
     - Estará en su casa.
     - ¿No vas a decir nada más? – mirándola.
     - ¿Más visitas? – dice Vanesa entrando al salón.
     - Ya se va – dice Alicia mirando ha Sole.
     - Bueno quien se va a ir somos nosotras – dice Vanesa cogiendo a Paris y haciéndole carantoñas.
     - ¿A dónde?
     - Estoy buscando casa.
     - ¿Enserio? Pues búscala con una habitación más.
     - ¿Vas a dejar esta?
     - Si, se me acaba el contrato – mirando a su hermana - y no firme por que me pensaba ir a vivir con Sergio.
     - Aun puedes irte a vivir con Sergio – interrumpe Sole.
     - Bueno no se que pasara pero de todas formas la busco con una habitación más, pero eso si pagamos a medias – yendo a la habitación.
     - Que si.
     - Alicia pensaba que eras muy madura muy inteligente para tú edad pero me estoy dando cuenta que no, que eres una simple niña de 20 años que si no le salen las cosas como ella quiere lo deja todo – cogiendo su chaqueta y su bolso – debes empezar a madurar de verdad – yendo hacia la puerta.
     - Sabes que eso no es así – molesta.
     - ¿Enserio? ¿Y por que como no estas con Sergio dejas de lado a Marquitos? – abriendo la puerta y marchándose.

Alicia se queda pensando en lo que Sole le ha dicho y en Marquitos – no puedes dejar a Marquitos por un arrebato – dice en voz alta. Vanesa sale y ve a su hermana mirando a un punto fijo.

     - ¿Estas bien? – cogiendo el abrigo de Paris de la percha.
     - Si estoy bien, ¿has acabado en el baño?
     - Si ya nos vamos – metiendo a Paris en el carro - ¿Quieres algo en especial?
     - Que no sea muy caro – levantándose.
     - No te preocupes y acuérdate de hablar con Irina por fa.
     - Lo intentare – dandole un beso a Paris.
     - ¿Y este amor?
     - Que pasa es como tú hija ¿no? Pues si es como tú hija es como mi sobrina.

Alicia se ducha y se viste con un vaquero, unas zapatillas y una camisa a cuadros, vuelve a cambiar las cosas de bolso y al meter sus cosas al bolso negro que siempre lleva ve la gorra de Mesut la saca, sonríe y se la pone, coge la chaqueta y sale rumbo a coger el autobús para ir a visitar a Marquitos.

4 comentarios:

  1. bueno, hasta que al fin se lo digo, Amén!!!!! abre los ojos alicia, Sergio con el corazón en la mano está siendo sinsero y tú por los arebatos de chiquita malcriada estas dejando escapar la felicidad.

    mesut, tu comportate que no te reconozco.

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  2. (: graan capitulooo !! Juanaa si sabee ! haha (: muero por leer maas !

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  3. Sole no te pongas asi pero Alicia esta cabeza dura le duele demasiado lo de Sergio y ambos andan sufriendo de amores pero de una vez que Alicia ya debera decidir que hara xq tarde o temprano lo del bebe se notara y no podra tapar el sol con un dedo.

    Mesut que lindo estas como defiendes a Alicia hasta de tu padre como estas enamorado de ella, sigue apoyandola en serio eres de los pocos que ella confia sinceramente ya tendras tu recompensa lo se algo me lo dice.

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  4. ayyy siii aliciia ya perdonalo son el uno para el otro!!

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