Fic XXXIII

 33. Si no estas no soy nadie.

Larissa esta, desde lejos, mirando a Esteban. Le llega el balón a los pies y Esteban se acerca a cogerlo.

         - Me pasas el balón por favor. – Desde la valla.

         - Claro. – Cogiendo el balón y acercándose a él.

         - ¿Tienes tiempo para ir a tomar un café? – Viendo como se acerca.

         - No, no tengo tiempo. – Dándole el balón.

         - Gracias. – Cogiendo el balón. - No me has respondido a lo que te he preguntado antes.

         - Tengo que irme. – Alejándose de él.

         - ¿Intentas evitarme?

         - Si te quisiera evitar no vendría más aquí. – Mirándolo desde lejos.

Male esta en la escuela con Casandy y EriK.

         - Male, ¿sabes si le pasa algo a Alicia? – Pregunta Casandy.

         - Pues no lo se.

         - Es raro que no haya venido y llamado en todo el día. – Dice Erik.

         - Esperar que la llamo. – Saliendo de la sala.

         - Hola Male. – Dice Alicia al otro lado del teléfono.

         - ¿Qué tal?

         - Bien. – Un poco apagada.

         - ¿Segura? Te noto rara y se nos hace raro que no te hayas pasado por aquí.

         - Estoy yendo ha casa de Sergio para recoger unas cosas.

         - ¿Te vas de viaje otra vez?

         - No. Me voy de su casa.

         - ¿Ha pasado algo? – Asustada.

         - Si. ¿Quedamos mañana por la tarde?

         - Si claro te llamo después de comer y hablamos. Pero, ¿es para preocuparse?

         - No, no es grave, estoy bien. Puedes estar tranquila. Nos vemos mañana.

Male vuelve con Casandy y Erik y les cuenta que tenía que hacer cosas y no ha podido venir. Mientras Pedro León y Alicia llegan a la casa de Sergio.

         - Dame 10 minutos y salgo.- Abriendo la puerta.

         - No salgas. – Sujetándola del brazo. – Cierra.

         - ¿Qué pasa? – Cerrando la puerta asustada.

         - Mira. – Señalando la casa de Sergio. – Se esta abriendo la puerta. Si sales con cosas te preguntara a donde vas a estas horas. – Mirando a Alicia que mira hacia la casa.

         - ¡Será cabrón! – Grita Alicia saliendo del coche.

         - ¡He quieta! – Sujetándola del brazo. – Entra.

         - No puedo quedarme quieta. La ha llevado a casa. Se supone que ahí vive conmigo.

         - No te preocupes, – abrazándola -  todo va ha acabar.

         - ¿Cuando? ¿Hasta cuando va a durar esto? – Con rabia.

         - Hasta que tú digas basta.

         - No puedo decirlo. Pero si lo que quiere es una chica guapa con la que poder salir en las fotos, me alejare de él.

         - No digas tonterías, ojala tuviera yo una chica como tú, estaría todo el día presumiendo de ti, dejaría que me hagan todas las fotos que quieran para que vean que no todas las chicas guapas viven de su cara bonita si no que también hay chicas guapas que viven de su cerebro. – Mirándola a los ojos.

         - Que exagerado. – Soltando una sonrisilla. – Pero gracias.

         - Lo he dicho en serio, ojala un día encuentre a una chica como tú que lo único que le importa son las personas que tiene a su alrededor y no si tiene un pelo mal puesto o si tiene poco brillo en los labios.

         - Nunca me cansare de darte las gracias. – Abrazándolo.

         - Ahora cuando se vaya la tía esta te metes ha casa, y descansa que lo necesitas.

Alicia entra en casa y va directa a la habitación para coger el portátil y todo lo que necesita para hacer el trabajo, cuando pasa por el salón para ir a la cocina ve a Sergio tumbado en el sofá.

         - ¡Anda! Si estas aquí. – Dice Alicia sarcásticamente.

         - Llevo toda la tarde ¿tú cuando has venido?

         - Ahora mismo.- Parándose.

         - No te he oído.

         - Estarías pensando en otras cosas. – Yendo hacia la cocina.

         - ¿Qué?

         - Que he subido a por el portátil. – Mostrándoselo.

         - ¿Para que lo llevas a la cocina? – Siguiéndola.

         - Voy ha hacer el trabajo.- Entrando a la cocina.

         - ¿No cenas? – Entrado detrás de ella.

         - No, no ceno, mas tarde me cogeré algo.- Sentándose.

         - ¿Dónde has estado, que has llegado tan tarde?

         - En la universidad. – Sacando la carpeta.

         - Vente al sofá conmigo, necesitas descansar un rato. – Abrazándola por detrás. - Y mañana no tienes clase.

         - Tengo que ir a entregar el trabajo.

         - ¿Pero no lo tenias que entregar al final?

         - Si, pero yo no.

         - ¿Aun te sigue tocando las narices esa profesora? De verdad que por ser inteligente y llevar por dentro la profesión te explotan más, eso no puede ser.

Alicia escucha atentamente lo que Sergio dice y se da cuenta de que se acuerda de todo lo que le cuenta, no se olvidad de ningún detalle, si no la quisiera no la hubiera escuchado nunca.

         - Dime por donde vas y lo hacemos juntos. – Dándole un beso en la mejilla.

         - No. Yo sola puedo.

         - Ya lo se, pero así acabas antes. – Sentándose alado de ella. – Además por mi culpa lo has dejado de lado. – Cogiendo folios.

         - ¿Puedo abrazarte? – Mirándolo.

         - No, por que te abrazo yo. – Abrazándola fuerte. – Te quiero. – Le susurra al oído.

Alicia no puede evitar dejarlo de querer y accede a que la ayude y los dos entre risas, miradas, besos y patatas hacen el trabajo. A eso de la media noche Alicia le dice a Sergio que se marche a dormir que tiene entrenamiento.

         - Vete ya ha dormir. – Quitándole los folios.

         - No. Hasta que no te eches tú no me voy yo. El tiempo que podamos estar juntos lo quiero pasar contigo. – Abrazándola y dándole un beso en la boca. – Ademas mañana un duermo aquí.

         - Te prometo que no tardare, pero vete ya ha dormir.

         - No. – Besándola.

         - Si no te vas ya a dormir dormiré en otra habitación. – Sonriendo.

         - Esta bien, pero solo por que prefiero estar lejos de ti un ratito antes que toda la noche. – Besándola.

         - Te advierto que no vamos ha hacer nada.

         - Me da igual, solo quiero estar abrazado a ti. – Abrazándola. – No tardes ¿vale? – Besándola.

Decide dejar de darle vueltas a lo que lleva viendo desde el jueves por la noche, lo único que quiere  es estar con él pues le ha demostrado que la quiere y solo quiere estar con ella. Termina rápidamente el trabajo y lo guarda cuando esta recogiendo recibe una llamada de Mesut.

         - ¿Qué haces despierto ha estas horas? – Le dice Alicia en alemán.

         - Estoy preocupado por ti. ¿Cómo estas? [A]

         - Bien, Peter se ha empeñado en que vaya al médico. [A]

         - ¿Y han salido bien? [A]

         - No lo se le tiene que dar a él los resultados. [A]

         - ¿Y con Sergio como van las cosa? [A]

         - Bien, voy a  olvidarlo todo. Seguro que tiene una explicación y tarde o temprano me la contara. Hoy me ha demostrado que me quiere. [A]

         - Yo lo único que quiero es que tú seas feliz y si con él lo eres, lo respeto. [A]

         - Se que te sonara extraño pero lo que siento por él no lo puedo borrar de un día para otro. Si sigue pasando tendré que asumirlo, fastidiarme y dejarle. [A]

         - ¿Nos vemos mañana? [A]

         - No creo, no tengo pensado ir a Valdebebas así que nos veremos el domingo en el partido. El lunes tenemos clase, ¿no? [A]

         - Creo que nos entregan los coches, pero si. [A]

         - Bueno, pues ya hablamos este finde, que yo me voy a dormir y tú deberías de hacer lo mismo. [A]

         - Adiós. Un beso. – Dice en español. – Buenas noches.

         - Buenas noches.

Alicia deja las cosas en el salón y entra a la habitación de Sergio.

         - Te he escuchado hablar, ¿con quien hablabas?

         - Con Mesut. – Entrando al baño. – Quería saber cunado era la próxima clase. – Poniéndose el pijama.

         - Deberías hacer como yo, apagar el móvil por la noche.

         - Que mentiroso. – Saliendo del baño poniéndose la camiseta.

         - De mentiroso nada. – Enseñándole el móvil.

         - ¿Y cuando me llamabas a mi por las noches? – Metiéndose en la cama.

         - Por que así me sentía mas cerca de ti – abrazándola – cuando viniste a vivir aquí lo empecé a apagar.

Alicia esta apoyada en el pecho de Sergio siendo abrazada por él Sergio le agarra la mano con la que ella le hace rosquillitas en el brazo y dice:

         - Llevas varios días preguntándome si me quieres ¿tú me quieres?

Alicia lo mira a los ojos, le toca la cara con la mano izquierda y le dice.

         - Tú eres mi brazo izquierdo, mi pierna izquierda, eres mi todo si no estoy contigo me falta el oxigeno.

         - Te quiero. – Le dice abrazándola mas fuerte. – Toma. – Quitándose un anillo del dedo. – Este anillo desde que me lo dio mi madre cuando fiche por el Madrid no me lo he quitado nunca y ahora quiero que lo tengas tú. – Poniéndoselo.

         - No puedo aceptarlo. – Escondiendo la mano. – Telo dio tu madre.

         - Es para ti, quiero que lo tengas tú. – Cogiéndole la mano. - Eres una pieza fundamental en mi vida. Si no estas en  mi vida no soy nadie, es como un leñador sin su camisa de cuadros o un partido de fútbol sin balón. Tú me has cambiado la vida.

Apagan la luz y abrazados se ponen a dormir.

Mesut es el primero en levantarse y no deja que la asistenta le prepare el desayuno prefiere hacerlo él y descargar tensión.

         -Hey tío no trates así las cosas. – Dice Sami en alemana entrenado a la cocina.

         - Son mías. [A] - Dice muy borde

         - ¡Tranqui, tranqui! Ya que te pones podrías hacerme el desayuno. [A]

         - Te lo haces tú. – Saliendo de la cocina con una bandeja. – Y haber si os vais ya a vuestra casa. [A] – Gritando.

Sami se queda quieto por la reacción de Mesut y la asistenta le hace un gesto indicándole que ahora le prepara el desayuno.

         - ¿Qué coño te pasa? [A] – Sigue Sami a Mesut.

         - No te importa. [A] – Desayunando.

         - ¿Qué son esos gritos? [A] – Dice Mutlu entrando con Rocky.

         - Nada. – Dice Mesut. – Yo me voy ya. [A]  – Levantándose y cogiendo la bandeja.

         - ¿No desayunas? [A] – Le pregunta Sami observándolo.

         - Se me han quitado las ganas. [A] – Yendo hacia la cocina.

         - ¿Qué le pasa? [A]  – Le pregunta Sami a Mutlu.

         - Pues si no lo sabes tú que pasas mas tiempo con él. [A]

         - ¿Te vas en tu coche o voy a tener que esperar a que el señorito desayune? [A]  – Dice Mesut enfadado entrando al comedor.

         - Vete, vete ya me iré en mi coche. [A]

En casa de Mesut el ambiente es muy tenso todo lo contrario sucede unos metros mas atrás. Sergio se levanta muy feliz y cuando termina de ducharse pone música.

         - ¡Quita esa música, por favoooor! – Grita Alicia desde la cama tapándose la cara con la almohada.

         - Venga levanta. – Destapándola. – Vamos cariño, – dándole un beso, - que hoy es un día feliz y bonito.

         - Lo será para ti. – Volviéndose a tapar. – Hoy es sábado y tengo que ir a la universidad a entregar un trabajo.

         - Para mí si que es un día feliz, – volviéndola a destapar, – por que lo primero que he visto al despertar ha sido la mujer con la que quiero despertarme todos los días de mi vida. – Terminado con un besos en la boca.

         - Pues te recuerdo que mañana no me tendrás alado cunado despiertes.

         - Si pero es solo mañana, el domingo me volveré a echar con la mujer mas maravillosa del mundo.

         - Que pena que seas tan famoso, – levantándose, - sino serias el hombre perfecto. – Yendo hacia el baño y dejándolo sentado en la cama.

         - ¿Por qué dices eso? – Yendo tras ella.

         - Por que tienes muchas fans, te siguen muchas chicas y cualquier día me cambias por alguna.

         - Eso nunca. – abrazándola por detrás. – Si tú solo fueras un pasatiempo no te habría dicho todo lo que siento ni te habría dado el anillo de mi madre. Eras a la única chica que se lo he dado y la única que lo va a tener.

Alicia se da la vuelta lo abraza por el cuello, lo mira a los ojos y dice – te quiero.

         - No más que yo. – Le responde él dándole un beso en la boca. - ¿A que hora tienes que entregar el trabajo?

         - A partir de las 9.

         - Pues te llevo yo.

         - Luego me llevas a casa de Marta.

         - Hoy si comemos juntos, ¿verdad?

         - Claro. – Dándole un beso en la boca.

         - Pues venga dúchate y baja a desayunar que te lo preparo yo.

         - ¿Tú ya te has duchado?

         - Si. Y date prisa que llegaras tarde.